Durante la primavera de 2020, en pleno auge de la pandemia, pocos se escandalizaron en Toulouse cuando los organismos pertinentes acordaron dar por finalizada la liga francesa de fútbol, activando los efectos de una clasificación que pasó de momentánea a definitiva en un abrir y cerrar de ojos. Restaban diez jornadas por disputarse, pero el equipo morado tenía poco que hacer en ellas: cuando el campeonato se detuvo, figuraba colista con catorce puntos en 28 partidos, a otros tantos puntos (14) de la permanencia. Así, el descenso se daba ya por hecho para una entidad que desde entonces, en solo dos años, ha lavado su cara para regresar a lo grande a la máxima categoría. El conjunto de Philippe Montanier visita esta tarde a la Real en Anoeta (19.00 horas) en la antesala de su reencuentro con la elite gala. ¿Pero cómo resultó antes su particular travesía del desierto?

datos y ambición

El camino, cuando menos curioso, comenzó con un movimiento empresarial, justo tras confirmarse el descenso de 2020. El fondo estadounidense RedBird Capital Partners adquirió el 85% del club, promovió una revolución interna y otorgó la presidencia de la entidad al francés Damien Comolli. ¿A quién? A Damien Comolli, un técnico con experiencias en las direcciones deportivas de Arsenal, Saint-Étienne, Tottenham, Liverpool o Fenerbahçe. La apuesta tenía muchísima personalidad, pues entregaba el bastón de mando a una persona que siempre se había caracterizado por sus novedosos métodos a la hora de reclutar futbolistas: lo hacía trillando el mercado mediante gigantescas bases de datos que analizaban a millares de futbolistas futuribles. Es decir, tirando de tecnología y de estadísticas.

A la segunda

Obviamente, y pese a ostentar un cargo distinto a los que venía teniendo, Comolli imprimió su sello desde un inicio al modus operandi del Toulouse para confeccionar la plantilla. El primer asalto al ascenso, el de la campaña 2020-21, se saldó con una promoción fallida ante el Nantes, lo que terminó costando el puesto al entrenador Patrice Garande y situó en el banquillo al citado Philippe Montanier. Con el exrealista al frente, mientras, el regreso a primera se confirmó por la vía rápida el pasado abril (campeones con cinco puntos de renta respecto al tercero), éxito que en Francia enseguida situó el foco sobre el peculiar funcionamiento del club. “RebBird Capital Partners y yo juntamos nuestras fuerzas porque queríamos trabajar así. Buscamos un club para hacerlo y llegamos al Toulouse”, explicaba el presidente Comolli en una entrevista concedida a L’Équipe el pasado mayo.

“Nuestro área de reclutamiento la dirige una persona (Brendan MacFarlane) que ya trabajaba así en el Brentford; nuestro mánager de datos procede de la compañía Airbus, en la que se dedicaba a construir simuladores de vuelo; y nuestra mánager estratégica tiene tres Másters y un grado superior en Ciencias Económicas”, añadía a continuación, ofreciendo importantes pinceladas sobre lo que es este Toulouse. “Manejamos una base que monitoriza a más de 40.000 futbolistas, sobre quienes tenemos estadísticas exclusivas. Las compramos en bruto a agencias externas, pero luego les aplicamos nuestros propios algoritmos para generar datos que solo controlamos nosotros”. En Zelus, una compañía de análisis numérico propiedad de RedBird y muy conocida en Estados Unidos, hay nueve empleados trabajando desde la distancia y de forma exclusiva para el Toulouse. Significativo.

La inversión

Hablamos, sin duda, de un club peculiar. Ficha de forma distinta, lo cual no significa que gaste más dinero que el resto. De hecho, no invierte en exceso. “En estas dos temporadas que llevamos en el club solo hemos pagado 5,2 millones de euros en traspasos”, aseguraba Comolli hace dos meses. Ahora, en primera división, prevé triplicar dicho montante y duplicar la partida de salarios, intención facilitada también por las cantidades que la entidad ingresa vendiendo jugadores (el pasado verano traspasó a Adli al Leverkusen por 7,5 kilos). “Tenemos beneficios, pero los utilizamos para reforzar las posiciones que quedan vacantes. Nuestra filosofía no es especulativa; no buscamos inventar un modelo de negocio, sino poner en práctica una forma propia de gestionar una entidad”, defiende el presidente.

El máximo mandatario galo se muestra partidario, eso sí, de gestionar los recursos de forma precavida. “Existe una realidad. Cuando fichamos a Van den Boomen (una de las estrellas del equipo) le ofrecimos un salario de segunda y acordamos igualmente otras cifras en caso de ascenso. A partir de ahí, podían suceder dos cosas: que el club progresara y avanzara de la mano del jugador (parece que ha sido el caso), o que este compitiera a un nivel superior al del equipo y ya no te lo pudieras quedar. Vamos a hacer todo lo posible por mantenerle en la plantilla, pero siendo realistas y sin volvernos locos”. El centrocampista neerlandés sigue perteneciendo al Toulouse y apunta a pisar hoy el césped de Anoeta, donde los de Montanier van a seguir apostando por el juego ofensivo que les ha llevado a primera. “¿Por qué no? Nuestro modelo matemático concede más peso al ataque que a la faceta defensiva. No nos ponemos límites, dentro de la modestia. Lo que hemos hecho en segunda es factible también en la máxima categoría”, dice Comolli sobre su Toulouse: datos al servicio de una ambición que supondrá esta tarde en Donostia la primera piedra de toque en la pretemporada de la Real.

El club

Nombre. Toulouse Football Club.

Año de fundación. 1937.

Estadio. Stade Municipal de Toulouse. Tiene capacidad para albergar a 33.150 espectadores.

Presupuesto. El de este pasado curso 2021-22 (en segunda) ascendió a 22 millones de euros. Aumentará de cara a la presente temporada.

Socios. 8.000, aunque la campaña de abonos continúa en marcha. Durante la pasada temporada en segunda, la media de asistencia al campo fue de 12.500 espectadores por encuentro.

Ciudad. Tiene en torno 480.000 habitantes, siendo la cuarta ciudad más poblada de Francia, por detrás de París, Marsella y Lyon.

Sin títulos de liga ni de copa en el palmarés, su techo histórico se encuentra en las terceras plazas obtenidas en el campeonato galo en 1987 y 2007.

Tras el descenso a segunda de 2020 y después de un primer intento fallido por regresar a la máxima categoría (perdió la promoción contra el Nantes en 2021), el Toulouse certificó el ascenso el pasado abril de la mano de Montanier, como campeón de la división de plata