ueridos Reyes Magos: ya sé que estamos en primavera y que probablemente no les vendrá muy bien, pero he pensado que sí de verdad son magos como David Silva, pues imagino que serán capaces de complacer mis deseos en cualquier momento del año. O al menos es ese mi concepto de Reyes Magos, a ver si solo vais a trabajar unos días en enero y en el resto os convertís en figuras de Belén. Y ojo con las críticas que pueda recibir, un aviso, desconfía siempre del que tiene la confianza de escribirles en este mes, igual sabe más de lo que tú te crees o simplemente cuenta con hilo directo con Oriente, y si me pones a caldo, igual repercute en vuestros regalos de enero... Cuidadito conmigo que en la jornada 37 estoy muy loco ya.

Los Reyes nunca fueron tontos. Sabían que tenían que afrontar un viaje muy largo y no dudaron en incorporar a un socio negro. Aviso a los lectores, en este artículo se va a hablar del color de la piel y se va a intentar hacer con la mayor normalidad posible, lo que ya de por sí significa situarse lo más alejado posible de un hipotético racismo. Lo digo porque un servidor fue acusado por un importante miembro de este grupo de comunicación de cometer dicho agravio por decir que Mariga, el box to box de palo que nos vendió Loren y que no superó ni el mercado de invierno ataviado con la txuri-urdin, era el único jugador africano que acusaba el calor de Mallorca en un mediodía de septiembre. No me apetece pararme a explicarlo, pero mi tesis es que la raza negra es muy superior físicamente a la blanca, por eso me sorprende que un keniata baje (aún más) su rendimiento en un buen día en las islas, insisto, en septiembre. Fuera de temporada alta. Una pena que tengamos que andar así para evitar el cansino tema de las susceptibilidades hoy en día. Yo voy a tratar de hablar con naturalidad.

Me da la impresión de que todos los años escribo algo parecido. Pero allá voy, insistiré, aunque no me hagan ni caso. Cuenta la leyenda que cuando a la Real le tocó el Olympique de Lyon en octavos de final de la Champions en 2004, en la redacción de MD, uno de los mejores periodistas guipuzcoanos, que por cierto ahora es estrella en nuestra cabecera, comenzó a analizar la plantilla francesa y no tardó en echarse las manos a la cabeza y suspirar con un definitivo: "No tenemos nada que hacer". La explicación es que iba analizando uno a uno a todos los jugadores y se dio cuenta de que tenían un equipo plagado de negros grandes y muy físicos. Para los que no lo recuerdan, con media entrada en Anoeta, porque parte de la afición confiaba en que nos iba a tocar uno mejor en cuartos (hay que reírse, eran otros tiempos), los lioneses le dieron un meneo espectacular a la Real, que no se sabe muy bien cómo logró aguantar viva en la eliminatoria con un 0-1.

Uno de mis mejores amigos de toda la vida, que además es su vecino en Donostia, se encontró hace poco con Jokin Aperribay por las calles de Madrid paseando tras cenar con Nicolás Redondo. Solo se atrevió a comentarle en vísperas de la visita txuri-urdin al Bernabéu, "mañana partido difícil eh". Entre otras cosas, porque es más merengue que la familia de los Llorente. El caso es que conoce bien a Butragueño, y hace pocas noches estuvo cenando en su casa. Me dijo que no hablaron mucho de fútbol pero que lo único que le comentó con vehemencia e insistencia es que el Madrid tenía que fichar a más negros. El Buitre no estaba tan de acuerdo, pero algo de razón le daría porque de momento van a incorporar a Rudiger, del Chelsea y, todo parece indicar que a Mbappe, del que solo le dijo que es de largo "el mejor y lo va a ser en los próximos años en el panorama internacional".

Yo lo tengo clarísimo y los hechos en propia clave txuri-urdin desgraciadamente me dan la razón. Los que me conocen ( y los que no) saben que a lo largo de una temporada, como es lógico porque esto es fútbol, me han gustado muchos de los planteamientos de Imanol y alguno no tanto. Yo siempre defiendo que su gran mérito reside en el, en mi opinión y a los resultados me remito, su altísimo porcentaje de acierto en la toma de decisiones. Pero hubo un día que lo llevo grabado a fuego y fue el del Leipzig. El encuentro de vuelta, tras el 2-2 de la ida. Más por una cuestión de actitud y de mentalización, que de pizarra. No he visto a ningún equipo salir este año en los cruces de las eliminatorias europeas con un estrategia tan acobardada, sobre todo cuando tiene a su disposición a su estadio en ebullición. Vale, meses más tarde y después de comprobar cómo el Rangers se merendó a los alemanes al remontarles y atemorizarles con una salida como fieras, a lo Braveheart, con el hacha de guerra y que llegasen hasta donde pudiesen. No es una cuestión de oportunismo, para las mentes sensibles y los guardianes del alma de Imanol que no admiten ninguna censura a su trabajo, que tristemente los hay y no le hacen ningún bien porque todos los entrenadores deben estar expuestos a la crítica porque, insisto, toman muchas decisiones y no pueden acertar dar en la diana siempre. Pero la explicación que nos dieron los que supuestamente saben de esto de verdad es que los escoceses son como aviones y también disponen de un poderío físico muy superior al nuestro. Estamos hablando del segundo de la liga escocesa, por comentar.

La semana en la que ha salido a la palestra en Argentina el posible interés de la Real por Nico de la Cruz, un centrocampista negro uruguayo, mediapunta, que se caracteriza por el ADN de su país. Es decir que mete la pierna, pega, salta, lucha, compite. Un ganador. Uno recuerda lo que aportó el Negro Gómez (que era moreno, no negro), que aterrizó como un desconocido en nuestro fútbol, y, aunque le costó, acabó siendo un valladar inexpugnable en el centro del campo realista. En el recuerdo para siempre su actuación memorable la maldita noche del asesinato de Aitor Zabaleta, con unas recuperaciones de balón absolutamente heroicas. O el mismo Oceano, que Toshack se trajo al ser consciente de que necesitaba a uno que corriese mucho por él y por lo que no lo hacía el irrepetible Carlos Xavier.

El caso es que la Real parece apostar por la continuidad, algo que me parece lógico y previsible dado el sobresaliente rendimiento del proyecto a pesar de que, como el mismo Imanol reconoce, este año se podía haber soñado con un logro más grande. Cuando más dudas estaba generando, Silva nos ha confirmado lo bueno que es y lo privilegiados que somos teniéndole cada día en Zubieta. Ahora se quiere atar a Rafinha, además de sus pilares básicos como Remiro, Le Normand, Oyarzabal, Merino e Isak. Todo esto me parece perfecto, sin crítica. Pero a la hora de abrir la puerta de las incorporaciones, si en Europa hemos salido amedrentados por nuestra supuesta inferioridad física que nos ha impedido jugar con nuestro estilo los encuentros clave, y en la Liga nos ha faltado fondo de armario, músculo y oxígeno (y por supuesto acierto de cara al gol) para entrar entre los cuatro primeros, tal y como escribí el curso pasado, creo que más que jugadores de parecido perfil al que tenemos (aquí también meto a Tello), lo que necesitamos es traer a dos negros que, además de jugar bien al fútbol, sean unas bestias pardas, no se lesionen casi nunca, lo aguanten todo y den un plus en la parcela fisonómica al equipo. Puestos a elegir, un extremo con gol y un todocampista al estilo Supermán Merino, pero más fuerte aún. Y aunque no lo parezca, y no sea yo el que compare nunca a las plantillas de Villarreal y Sevilla con las de la Real, estos dos clubes han apostado claramente por la vertiente corporal para reforzar sus equipos. Lo vamos a ver y sufrir esta tarde en La Cerámica y lo hemos comprobado en el Sevilla. Al conjunto hispalense también le ofrecieron a Silva y en su cuerpo técnico gustaba mucho, pero Monchi tiene muy claro desde hace tiempo que en el mercado hay que apostar por otro tipo de futbolista. Tan mal no le ha ido y este no es de los que sabe poco.

Sin los negros, con los que han logrado de forma legendaria la tercera clasificación consecutiva para Europa, la Real busca en Vila-real su billete para la Europa League. Si nos guiamos por las sensaciones de su juego, su principal argumento es que nadie genera más que los realistas en este tramo final. Pero como muy bien sabe Emery, que nos conoce al dedillo, el fútbol tiene muchos más condicionantes. La Real domina muy bien los suyos, e incluso Imanol, en su versión 2.0, ha mejorado de forma increíble sus prestaciones defensivas con 20 porterías a cero en 36 jornadas (que se dice rápido). Con el impulso del pasaporte ya sellado y con Silva iluminado, no hay nada que nos pueda desmentir que este equipo merece y es favorito para acabar en la sexta posición. Nos habéis vuelto a hacer felices. Estamos muy orgullosos de vosotros. Los Reyes Magos también y quieren darnos más regalos por habernos portado tan bien sea el mes que sea. Ya no queda nada, esta es la batalla definitiva. No mires atrás, última remada, patrón. ¡A por ellos! l