Andoni Iraola se vuelve a cruzar con el equipo de su tierra en un momento clave de la temporada. Nacido en Usurbil y apasionado aficionado txuri-urdin de txiki, solía ir a apoyar a Anoeta con su carnet de socio, pero la vida le llevó a fichar por el Athletic desde el Antiguoko. Allí se convirtió en una auténtica leyenda, tras convertirse en el cuarto futbolista que más veces ha defendido su camiseta con 510 encuentros. Conociendo su cariño hacia los colores rojiblancos, a nadie se le escapa que todos los caminos de su magnífica carrera como entrenador le conducen más pronto que tarde al banquillo de San Mamés. O quien sabe si en un futuro no muy lejano incluso al de Anoeta...

Iraola siempre fue un jugador inteligente, por lo que no parecía complicado de adivinar que iba a medir muy bien sus pasos en su progresión como técnico. Comenzó en el AEK Larnaca chipriota, un país en el que los entrenadores no suelen tener proyectos largos porque sus dirigentes son de gatillo fácil. Aguantó algo más de medio año en el puesto para un total de 29 encuentros, con una media de 1,62 puntos, la mejor de su carrera.

Después fichó por el Mirandés, en la 2019-20, donde completó una buena liga, al acabar decimoprimero, y llegar de forma increíble hasta las semifinales de la Copa donde se topó con la Real que le ganó los dos encuentros después de apear al Celta, Sevilla y Villarreal, que se dice pronto. Con los realistas cayeron 2-1 en la ida, donde el Mirandés llegó a silenciar Anoeta y 0-1 en la vuelta, cuando incluso obligó a que Imanol cambiara su forma de jugar para actuar de forma más directa y evitar así su asfixiante presión adelantada. Iraola siempre se mostró ilusionado con la vuelta a su tierra y respetuoso con la Real a pesar de que se mostró muy ofendido al denunciar que iba a tener más días de descanso, algo en lo que, como es lógico, no tenía ninguna responsabilidad la entidad txuri-urdin: “El partido no nos lo van a adelantar. Hay decisiones que cuesta mucho entender. La diferencia que ya existe inherente a los equipos con esto se hace más grande aún, y es que de tener tres días a tener cinco hay una diferencia sustancial. Se está cometiendo una injusticia con el Mirandés. Y no es una queja porque beneficie a la Real. Si hubiera sido el Sevilla, el Valencia o el Atlético de Madrid estaríamos igual. Hemos empezado a ser un equipo que molesta más que otra cosa. No quisiera perder energías en esto, pero la gente lo debe saber y nuestra postura es esta. Nos tenemos que hacer oír de alguna manera”.

Más enigmático y ambiguo se mostró al explicar las causas por las que creía que no habían cambiado de fecha a su partido: “Sé cuál es el motivo. Hay muchas excusas que se pueden buscar con el tema de parrillas de televisión. A nosotros nos cambiaron el partido del Albacete con una semana de adelanto, y a la Real contra Osasuna, dos veces. Casi todas las semanas hay algún cambio y creo que si quisieran cambiarlo podrían haberlo hecho perfectamente, pero han decidido que no”.

Eso sí, después aceptó con caballerosidad la derrota, felicitó a la Real y le deseó lo mejor para la final en la que acabó derrotando por 1-0 a su Athletic. Hubiese sido el colmo de los colmos para el usulbildarra, enfrentarse a su equipo en Sevilla. Con el Mirandés promedió un total de 1,45 puntos por duelo.

Al llegar al final de temporada, Iraola entendió que era el momento de dar otro paso adelante y fue valiente al aceptar el proyecto de un siempre inestable Rayo. Con los franjirrojos subió a Primera y decidió quedarse, a pesar de que la continua marejada en el club no invitaba a nada bueno. Aunque la planificación deportiva fue bastante desastrosa, el guipuzcoano convirtió en la gran revelación al equipo de la franja, sobre todo al inicio del curso donde levantó un fortín en su estadio de Vallecas. Por si fuera poco, en la Copa condujo al Rayo de nuevo hasta la semifinal, pero solo un gol en la prolongación del Betis le dejó otra vez el sueño a medias.

Iraola volvió a pisar Anoeta en la segunda jornada de Liga donde también perdió 1-0, por un tanto de penalti de Oyarzabal. Con los franjirrojos promedia 1,57 puntos por choque. Después de caer en una profunda crisis, que incluso le acercó a los puestos de descenso, en una semana ha reaccionado tras vencer en Barcelona al Espanyol y al equipo culé y está virtualmente salvado, algo que hace justicia a los méritos contraídos a lo largo del curso en el que ha practicado un gran juego.

Por si fuera poco la influencia guipuzcoana en el cuerpo técnico del Rayo, el segundo de Iraola es Unai Mendía. El de Beasain lleva trabajando codo con codo con el usurbildarra desde que recaló en el Mirandés y tiene un papel relevante en el día a día del conjunto vallecano.