Pasan los años y el recuerdo de lo sucedido en Gijón sigue siendo inolvidable...

Lo de Gijón es lo mejor que me ha pasado en la Real y hay que celebrarlo por todo lo alto. Es algo inolvidable. Yo no sé si llegaré a muy mayor, pero como tengo experiencia de estar con ellos, y he visto todo tipo de cosas, si algún día tengo Alzheimer, de lo único que me acordaré será de lo de Gijón. Es algo inolvidable, no solo en el aspecto personal, sino por lo que supuso aquella fecha para la gente, para la sociedad. Fue un hito único.

¿Se sigue emocionando escuchando la narración de Josean Alcorta?

Sí, me sigo emocionando. Siempre que oigo la narración de la jugada, se me pone la piel de gallina. Parece fácil decirlo y es como que tiene que ser así, pero ocurre. Oír la voz de Josean Alcorta, al que le tenía muchísimo cariño, en ese momento de Gijón es muy especial.

Echa la vista atrás a ese día, ¿y?

Lo hemos estado comentando con el grupo de 'fútbol andando' esta mañana en Zubieta. Siempre he comentado lo mismo, que como jugador es lo mejor que me ha pasado en la Real, pero fue una semana de mucho sufrimiento, de muchos nervios, de tensión por lo mucho que nos jugábamos. El Molinón era un campo difícil, con un equipo muy complicado en frente. Teníamos la experiencia del año anterior, que habíamos perdido la Liga y todo eso se nos pasaba por la cabeza en los días previos al partido. En el campo estábamos dándolo todo. Solo teníamos un objetivo y peleamos por él. La gente comenta que tuvimos suerte, incluso yo lo he pensado en algún momento, pero creo que no, lo buscamos hasta el último minuto y tuvimos el premio al esfuerzo y a la fe que tuvimos aquel día para sacar el partido adelante. Analizas la jugada y sí que influye en algún momento la suerte, pero bueno, lo buscamos hasta el final, empatamos ante un gran equipo y conseguimos la Liga, que tuvo mucho mérito.

Dio la mejor asistencia de su carrera deportiva...

(Risas) Hoy me ha tomado el pelo Mikel Loinaz con eso, que mi peor tiro había sido la mejor asistencia que he hecho en mi vida. Y es verdad, lo resume todo. Siempre he dicho que fue un intento de pase a lo Laudrup, pero bueno, me voy a sincerar. Fue un tiro horroroso que se convirtió en la mejor asistencia en todos los años que he jugado a fútbol.

¿Se acuerda de qué se le pasó por la cabeza cuando Enríquez Negreira pitó el final del partido?

Fue marcar el gol y todavía tuvimos que padecer el saque de ellos del centro del campo. Pero ya estábamos como locos. No me acuerdo, pero alguien cogió el balón y lo tiró fuera del campo. Luego lo recogió otra persona porque en un momento concreto nos lo trajeron para firmarlo. Alguien lo recuperó. Me acuerdo de esa explosión de felicidad, de júbilo, no de una persona solo, ni de dos, ni de tres, ni de once, sino de todos los que estuvimos allí aquel día. Fue algo que lo conseguimos entre todos. Aquel título de Liga. fue muy bonito. Me acuerdo, sobre todo de la gente, de lo mucho que sufrimos todos, y de la alegría enorme de conseguir un título tan importante.

Aquella Liga fue más que un simple título, ¿no?

Sí. Era un momento diferente. Ahora te pones a analizarlo 41 años después y tiene mucho mérito ganar un título de Liga, pero en aquel contexto, tal y como estaba la sociedad, fue un algo más que un título deportivo. Fue un logro social para los vascos en general, pero sobre todo para Gipuzkoa, para los aficionados de la Real. Siempre he pensado que aquello fue más que un logro deportivo. Fue un logro social muy importante para todos.

Aquella fue la época dorada de la Real, que ahora está viviendo una etapa brillante. ¿Es posible volver a ver a la Real ganar una Liga?

Es muy difícil. Pero hace unos años, en la temporada 2002/03, tuvimos esa oportunidad y la tuvimos muy en la mano. Parecía imposible. Es verdad que cada vez es más complicado porque los equipos de arriba cada vez son más potentes económicamente, y hacen que casi sea imposible un trofeo como la Liga de tantos partidos, pero nunca hay que echar la toalla. La Real tiene un gran equipo, una cantera buenísima, para mí la mejor, y eso es lo que te puede permitir soñar y alguna vez, poder aspirar a un título de Liga. La Copa ya le hemos ganado, es una competición diferente. La Real tiene la obligación de estar peleando cada año por algo importante. No podemos pensar solamente en meternos en Europa. Hay que pensar que se puede conseguir un título y por qué no la Liga. Si algún día se pone a tiro y fallan los de arriba, hay que estar ahí y para estar ahí hay que hacerlo muy bien.

¿Cuánto está disfrutando con esta Real?

Mucho. Sufro como todos, pero disfruto mucho. Veo que el equipo juega un fútbol bueno, que está compitiendo con los mejores, que está ahí arriba. A mí me alegra mucho cada vez que veo a los chavales saliendo de la cantera y que están cumpliendo. Y me alegra tener un entrenador como Imanol. Nadie daba un duro por él hace unos años, pero es de la casa y ha demostrado que es un profesional como la copa de un pino y está dando muchísimo también.

¿Le recuerda a Ormaetxea?

Sí, en todo, en el carácter, en su forma de ser, muy guipuzcoano, como era Alberto, muy de aquí, muy de los valores de casa. Conocía perfectamente, como Imanol, lo que es el club, los sentimientos y los transmiten muy bien al vestuario, al equipo para sacar provecho de todos los jugadores que tiene. Creo que se parecen mucho.