La Real es el campeón de los duelos contra los equipos que no luchan por los puestos europeos. Lo es, entre otras cosas, porque cuenta con jugadores capaces de marcar las diferencias. Oyarzabal, Isak o Silva pueden serlo algún día, sin duda, pero el elemento clave que dispone de todas las llaves es Mikel Merino. Un futbolista esencial en el engranaje del equipo txuri-urdin, quizá el que más, y una mala bestia competitiva que jugaría si le dejan hasta con una pierna a rastras si sus compañeros lo necesitan. En Zubieta cuentan que Karpin se volvía loco cuando veía que un compañero pasaba semanas y semanas sin reaparecer después de haberse roto la nariz. El ruso no había vacilado en jugar solo una semana después de sufrir la misma lesión con una máscara que se hubiese quitado en el minuto 1 del encuentro. Qué orgulloso estaría el seleccionador ruso de este navarro cabezón como el que más, que tiene la llave de cualquier puerta que se le aparece en su camino y que hace de todo y todo bien. Imanol lo desveló la víspera. No había podido entrenar, pero le iba a preguntar a ver si estaba seguro de que podía viajar y ser titular, y no albergaba ninguna duda de que la respuesta iba a ser un sí rotundo. Como ante el Leipzig, cuando se debió comer hasta las yemas de los dedos porque no le dieron el ok médico para saltar al ruedo.

No es solo que aceptó arriesgar su integridad física cuando el lunes no podía ponerse la bota por el dolor, sino que encima salió de inicio y dio la victoria de la Real con una asistencia que hubiese firmado cualquier mediapunta que se precie, con un gol que hubiera rubricado cualquer killer dentro del área y con una jugada de crack que finalizó con un remate a la cruceta. Con Merino todo es mucho más sencillo y puede que con su concurso la vuelta de la eliminatoria europea hubiese sido distinta. Se habla mucho de Isak, pero a ver cómo hacemos para que no nos lo quiten este verano pagando lo que haga falta. Es decir, simplemente su precio justo. Un auténtico dineral porque es de oro.

  • Las notas: el mejor, Mikel Merino

La Real sumó su segunda victoria seguida en cuatro días con un once de circunstancias condicionado por las bajas por lesión y con el plantel en la UCI debido a su alarmante estado físico general. Un gol en la primera parte de Silva, que ha decidido aparecer con fuerza por fin este curso, y otro del pamplonés en la segunda senteciaron a un Mallorca que fue menos rival de lo que se esparaba al chutar una vez entre los tres palos ya con el 0-2.

Imanol introdujo cuatro cambios respecto al equipo que derrotó a Osasuna. En el centro del campo entró Guevara, una vez purgado su error en el duelo de Copa ante el Betis, y el tridente ofensivo lo renovó por completo, con Portu, Sorloth y Oyarzabal en lugar de Naïs, Isak y Ander Martín. Podía haber sido peor en forma de más ausencias por lesión, ya que, como se esperaba porque es una auténtico titán, Merino dio el OK para jugar (imaginamos que, ¡una vez más infiltrado!, ya que la lesión en el dedo del pie es muy dolorosa). La portería y la defensa fue la misma, algo previsible, sobre todo en el eje de la misma con los centímetros y el poderío por arriba de Le Normand y Pacheco para contrarrestar el juego directo de los locales con el gigante Muriqi.

El delantero kosovar ha cambiado la forma de jugar de los bermellones que salieron con Amath en lugar de Ángel como su gran novedad.

Pronto se confirmó que el partido no iba a ser sencillo. El Mallorca incomodaba mucho la creación de la Real y cuando recuperaba generaba bastante peligro con sus ataques. El centro de Oyarzabal que no encontró rematador casi al minuto no fue más que una acción aislada porque los isleños atacaban con más peligro de inicio. Casi a renglón seguido, Dani Rodríguez se topó con Pacheco, en una buena internada de Maffeo. Y a los diez minutos, Kubo probó desde fuera del área sin encontrar portería. Los realistas se fueron rehaciendo poco a poco, sobre todo gracias a las apariciones de Silva, que ayer tenía ganas de ser el futbolista que todos conocemos. Un servicio suyo no lo aprovechó Sorloth, en una acción en la que los donostiarras reclamaron penalti.

Después de varios minutos sin excesiva historia, llegó la jugada del primer gol. Silva se apoyó en su socio favorito, el superhéroe Merino, que le dio una asistencia de locos para que anotara después de controlar dentro del área con su indudable calidad. La confirmación de que el canario atraviesa por su mejor momento del curso. El tanto les hizo daño a los locales, ya que antes del descanso, las dos oportunidades del duelo fueron un trallazo de Sorloth que salió lamiendo el palo y una contra conducida por el noruego que Oyarzabal finalizó demasiado cruzado.

En la reanudación los realistas arrancaron de forma titubeante con muchas pérdidas y un gran susto incluido en una acción en la que Dani Rodríguez dejó atrás a Aritz con una sorprendente facilidad, pero que salvó el nuevo ángel de la guarda txuri-urdin que se llama Jon y se apellida Pacheco. ¿Pero dónde estaba este hombre que lo despeja todo? Impresionante. El tándem que forma con Le Normand es el futuro de la defensa de la Real. Dicen que se parece a Iñigo Martínez. Eso sí, con bastantes centímetros más. Un central como la copa de un pino que se ha ganado ser titular gracias a dos actuaciones superlativas. Simplemente lo que muchos que le conocen de las categorías inferiores llevaban esperando desde hace bastante tiempo...

Poco después, llegó el segundo y definitivo tanto obra del gran Merino. El navarro casi logró el tercero en una acción maravillosa que terminó en el travesaño y se acabó. Imanol reforzó su entramado defensivo y el Mallorca solo asustó en un chut centrado de Raíllo que atajó Remiro. Naïs, en la acción final, no pudo acertar en un su fuerte disparo que se marchó alto..

La Real es sexta. Una posición con un mérito increíble a estas alturas, después de haber superado mil y una vicisitudes en forma de lesiones. Aunque la decepción por las eliminaciones siempre estará ahí, sobre todo porque sucedieron en casa, al final parece que Imanol va tener razón en que la temporada del equipo es impresionante. El octavo que puede marcar el límite de Europa ya está a siete...