uchos se preguntan, visto su rendimiento en los dos últimos compromisos de la Real, ¿por qué Jon Pacheco? Imanol Alguacil ofreció una explicación al respecto en su comparecencia ante los medios de este pasado martes: “Hay que tener tranquilidad. He decidido que sea en este momento porque entendía que era el momento en el que estaba preparado. Eso no significa que siempre vaya a dar ese nivel porque cuesta mantener este nivel en Primera. Ha demostrado que para momentos puntuales está capacitado”. ¡Vaya que si lo está!

El partido estaba llegando a su fin y la Real tocaba y tocaba sin que el Mallorca pudiera coger el balón. En uno de esos múltiples pases realizados por los jugadores de Alguacil en el tiempo de descuento, el balón le llegó a Jon Pacheco, que lo controló, se lo acomodó y devolvió la pelota hacia Remiro. Vedat Muriqi corría como loco intentando presionar pero al verse incapaz de alcanzar el esférico, al pasar cerca del central de Elizondo, le dio un pequeño golpe en el brazo como diciendo: Vaya noche que me has dado. Normal. A Pacheco no le impresionaron los casi dos metros de envergadura de este gigantón kosovar que, una vez tras otra, se topó con el defensor blanquiazul, que cuajó un auténtico partidazo ayer en Son Moix.

Buena culpa de que la Real terminara con la portería a cero, la decimoquinta de la temporada, la tuvo un Jon Pacheco espectacular en tareas defensivas, tanto por arriba como por abajo. De hecho, desbarató la primera ocasión clara del partido a favor del Mallorca. Muy clara, todo hay que decirlo. El balón le llegó a Dani Rodríguez y el disparo de este fue taponado por el navarro. Era una señal de lo que iba a pasar en el resto del partido. Y eso que a punto estuvo de no poder continuar por un encontronazo sufrido con Muriqi. Le tocó la peor parte. Era el minuto 14 y el de Elizondo tuvo que ser atendido sobre el terreno de juego. En el área del Mallorca, Sorloth, dolorido, reclamaba penalti a Melero López. Unos metros atrás, Pacheco tenía que ser atendido por un choque, cabeza con cabeza, con el delantero kosovar. Tuvo que abandonar el terreno de juego acompañado por los integrantes del cuerpo médico, pero, por suerte, el de Elizondo pudo continuar sin problema ninguno.

Frente al Mallorca, Jon Pacheco encadenó la segunda titularidad de manera consecutiva, algo que no había sucedido en ningún momento de la temporada. De hecho, las oportunidades habían brillado por su ausencia. Hasta el partido del domingo pasado ante Osasuna, el navarro solo había jugado un total de 54 minutos repartidos en cinco partidos de Liga. Nunca había jugado más de media hora en ninguno de esos duelos en los que había tomado parte. Pero frente a Osasuna disputó los 90 minutos. Y ayer, más de lo mismo. Y el rendimiento ha resultado espectacular, dando muestras del potencial que se le presupone. Formó de nuevo pareja de baile con Robin Le Normand. Si el domingo le dieron el partido a Chimy Ávila, Budimir y compañía, ayer hicieron lo propio frente a Muriqi, Dani Rodríguez y Kubo, que acabaron soñando con un bretón de 187 centímetros de altura y un navarro de 185 centímetros.

En todas y cada unas de las acciones de peligro del conjunto bermellón, Jon Pacheco parecía multiplicarse para despejar ese balón que rondaba las inmediaciones del área blanquiazul, como en esa en la que a falta de seis minutos para el 90’, tras una jugada de tiralíneas entre Muriqi y Llabrés, Pacheco cortó justo a tiempo. En el 54’ también despejó de la mejor de las maneras un centro peligroso de Dani Rodríguez. El balón le cayó a Kubo, pero el disparo de éste se marchó un tanto desviado. Pero ya no solo en labores defensivas brilló el central nacido en Elizondo, en la salida de balón volvió a mostrar ese guante que tiene en su pierna izquierda, con desplazamientos en corto como en largo.

Ahora llega el Santiago Bernabéu y habrá que ver si Imanol Alguacil vuelve a contar de inicio con Pacheco o vuelve al banquillo. Méritos ha hecho de sobra para seguir.