La Real ha activado la operación Bryan Gil. La dirección deportiva llevaba muy atenta a la situación del futbolista desde que regresara a Sevilla una vez finalizado su préstamo en el Eibar. El pasado verano preguntó a los técnicos sevillistas sus intenciones con el extremo internacional y se encontraron con que, como ya ha sucedido en varias ocasiones con bastantes de sus mejores canteranos, su intención era hacer caja para afrontar otros refuerzos. Su intención era abrir una subasta al mejor postor y no tardó en encontrar a un buen tiburón como el Tottenham Spurs que abonaron 25 millones por su incorporación. Una cifra inasumible para la Real, sobre todo si se tiene en cuenta que no se trata de un futbolista contrastado en la elite. Eso sí, sus buenas actuaciones en el Eibar no tardaron en llamar la atención de Roberto Olabe y Erik Bretos que le siguieron la pista a lo largo de todo el curso anterior en el que fue, de largo, el mejor de los armeros.

Ahora la Real ha encontrado una interesante oportunidad de mercado, ya que la lesión de Barrenetxea le va a dejar en el dique seco al menos hasta el próximo curso y necesita un extremo de máxima fiabilidad para afrontar un largo y duro invierno repleto de compromisos en tres competiciones. El cuerpo técnico considera que Naïs todavía está muy verde y no es un relevo de plenas garantías para los tres extremos que se encuentran ahora en el plantel y que son de primer nivel como Oyarzabal, Januzaj y Portu. El hecho de que este último haya bajado considerablemente su rendimiento ha motivado que la Real se esté planteando un segundo fichaje en forma de cesión tras el de Rafael. Antonio Conte, el nuevo técnico del club londinense, ha pedido que le traigan a Adama Traoré, de los Wolves, y en cuanto se cierre su incorporación permitirá la salida de Bryan. El Valencia y el Niza son, según desveló el periodista Fabrizio Romano, dos de sus pretendientes que más están presionando fuerte para lograr su llegada a préstamo.

Bryan Gil parece seguir el mismo camino que David Silva. El canario se mudó muy joven desde Arguineguín con toda su familia y a los 18 años, en 2004, se salió cedido en el Eibar a las órdenes de José Luis Mendilibar. Incluso se quedaron a las puertas del ascenso por primera vez en la historia armera. La Real siguió con lupa todos sus encuentros, sobre todo los de Ipurua en los que siempre había uno o dos técnicos, pero aunque su agente le comunicó que les esperaban el tiempo que necesitaran para intentar que actuara a préstamo en Anoeta, finalmente José María Amorrortu decidió que no le interesaba, al contar con Igor Gabilondo y José Javier Barkero para la banda izquierda. La historia la conocen todos. Silva se fue al Celta y también fue la estrella de su equipo antes de regresar para triunfar en el Valencia, su club de origen. Ha habido que esperar casi quince años para que finalmente su representante, un fiel seguidor txuri-urdin, consiguiera su objetivo de verle defender la camiseta de su equipo.

Da la casualidad de que es el mismo que el de Bryan Gil y que su relación con la dirección deportiva es magnífica, por lo que en caso de igualdad en las ofertas y de que les dejen decidir, no cabe duda de que empujará de nuevo para que regrese a Gipuzkoa. Sería hasta el mes de junio y probablemente sin opción de compra porque se trata de una apuesta de futuro de los Spurs. Si se cierra la operación, Gil vendrá a ocupar la plaza de Barrenetxea su compañero en la sub'19, con la que se proclamaron campeones de Europa y en la sub'21. El donostiarra, que es once meses más joven, siempre ha hablado maravillas del gaditano.

Si la Real cierra su cesión demuestra que apuesta a caballo ganador con mucha ambición ya que, con los tres del verano (Ryan, Rico y Sorloth) y Rafael en el mercado de enero, serían cinco los jugadores incorporados para este curso.

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