- El sueño olímpico se ha hecho esperar más de la cuenta. La pandemia mundial que todavía sigue azotando el planeta impidió que los Juegos Olímpicos de Tokio se disputaran el verano pasado. Un año después, la ciudad del Sol Naciente acogerá la celebración de una cita olímpica muy especial y en la que tendrán cabida, entre otros muchos deportistas, tres jugadores de la Real que pueden ponerle la guinda a un año inolvidable con la consecución de algún metal. NOTICIAS DE GIPUZKOA se desplazó hasta Madrid para charlar con dos de esos futbolistas como son Mikel Merino y Martín Zubimendi. El tercero en discordia, Mikel Oyarzabal, se incorporará al grupo una vez finalice su participación en la Eurocopa, en la que está teniendo una actuación destacada.

El camino olímpico para Mikel Merino y Martín Zubimendi comenzó el jueves pasado con el primer entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Las Rozas a las órdenes de Luis de La Fuente. Su cara era el fiel reflejo de la ilusión que supone para ambos deportistas la cita de Tokio 2021. "Es una experiencia única en la vida, una experiencia que voy a recordar para siempre. Voy con el chip de aprovecharla, de sacar el jugo a cada minuto, a cada momento que esté en la Villa Olímpica con mis compañeros, tanto compitiendo como viendo los aritos del escudo", asegura el centrocampista navarro, que va más allá: "Para mí es algo especial, algo que un futbolista tiene la suerte de poder vivirlo una vez en su vida como mucho, si te toca y tienes suerte, así que nosotros, los 22 que estamos aquí somos unos privilegiados".

Para Zubimendi, "es lo máximo". Reconoce que "es un sueño" y no le importa haber tenido que acortar sus vacaciones, ya que "no hay mejor motivo que venir aquí y jugar unas olimpiadas".

El año, tanto en lo personal como en lo grupal, está resultando brillante. Zubimendi echa la vista atrás y recuerda el cuarto de hora que jugó ante el Real Madrid al final de la temporada 2019/20. Fue un 21 de junio: "Solo ha pasado un año, pero desde entonces todo ha ido rodado. He conseguido más cosas de las que pudiera pensar". Sostiene, en este sentido, que "es un año inolvidable por todo, por haber conseguido la clasificación para Europa, por el título de Copa, porque he jugado en campazos como Old Trafford o el Diego Armando Maradona de Nápoles... Jugar en esos estadios para mí es la hostia y la verdad es que no me puedo quejar".

lesión superada

Mikel Merino, por su parte, va a poder terminarlo sobre el terreno de juego, después de superar la lesión que le impidió acabar la temporada jugando, y, quién sabe, haber entrado en la lista de elegidos de Luis Enrique para la Eurocopa. "Estoy bien, con ganas de volver a tocar el balón, a sentirme de nuevo futbolista y, sobre todo, a aprovechar esta experiencia tan bonita que nos brinda el seleccionador para estar en unos Juegos Olímpicos", confiesa el navarro para quien "la lesión está superada". Eso sí, "todavía a uno no se le termina de ir de la cabeza. Debo tomar las medidas convenientes para que no me vuelva a pasar, así que hago trabajo de prevención antes de los entrenamientos y hago caso a mis preparadores físicos".

Pese a la inoportuna lesión, Merino ha disfrutado de la temporada como si de un niño con zapatos nuevos se tratase. Le ha tocado vivir "de todo", pandemia mundial incluida. Por ello, estima el navarro, que "ha sido un año largo, que parece que han sido tres en uno". Saca conclusiones positivas pese a todo. "Lo bueno es que de este año tan largo también se saca una experiencia única que en otras temporadas no se había conseguido. El hecho de jugar tantas competiciones, de jugar tantos partidos, de haber jugado partidos importantísimos, de haber ganado un trofeo y todo lo que nos hemos estado jugando hace que tanto yo como el resto de mis compañeros hayamos adquirido una experiencia que nos va a venir muy bien para el futuro", asegura Merino, que quiere poner en relieve el esfuerzo realizado tanto por jugadores como por la afición. Por eso, considera que "el año está terminando de la mejor manera posible para todos, para todo txuri-urdin, para mí personalmente también. Creo que incluso para la afición, a pesar de no haber podido estar en el estadio, ver al equipo hacer lo que ha hecho durante un año tan largo, desde el principio hasta el final, dando el callo y consiguiendo objetivos, a pesar de estar fundidos, a pesar de estar cansadísimos y con muchas bajas, el hecho de haber metido al equipo en Europa la última jornada, hace que sea un año redondo y que nos llene de energía para afrontar el siguiente con más fuerza".

A ninguno de los dos les importa la elevada exigencia que puede haber de cara a la temporada que viene. Los dos coinciden en señalar que "hay margen de mejora". Zubimendi no olvida su etapa como seguidor de una Real en Segunda División cuando pocos le conocían. "Ahora la Real lleva una progresión ascendente. Cada año hay que ponerse objetivos nuevos. Eso te pone una exigencia muy alta, pero creo que estamos preparados, porque el equipo es muy joven y por eso mismo tiene margen de mejora", quiere dejar claro. Merino se expresa en términos similares a su compañero de equipo y selección: "Por supuesto que hay margen de mejora, porque somos un grupo joven, que tenemos todavía muchos años por delante para aprender cosas". Subraya, en este sentido, que "nuestro límite a nivel futbolístico todavía está muy alto". No olvida que "la afición va a exigir porque se está acostumbrando a lo bueno". Entiende el sentir del aficionado: "Aunque igual en años anteriores no lo hayan tenido, es fácil acostumbrarse a lo bueno. Lo que no tenemos que hacer es acostumbrarnos a esto, sino querer más, querer más e intentar darlo todo para conseguirlo. Vamos a necesitar de todos, de los jugadores, del staff, incluso de la afición, que incluso cuando haya momentos peores, que estén ahí con nosotros, que sabemos que van a estar, porque sabemos que lo vamos a dejar todo. De eso no hay ninguna duda".

soñar a lo grande

A Merino no le puede la presión. Desde pequeño siempre ha soñado con poder vivir momentos de esta magnitud. "De pequeño sueñas muchas cosas y cuando tú planificas un poco tu vida, tu carrera, tus objetivos, por lo menos yo lo que hago es ponerme las miras altas, ponerme siempre objetivos difíciles para intentar cumplirlos y siempre exigirme al máximo". Por eso lo está disfrutando al máximo: "Soñaba con conseguir todo esto algún día y ahora está sucediendo. Quizá no esperaba que pudiera pasar tan rápido o de esta forma, pero el ver que tus objetivos se van cumpliendo te produce una ilusión enorme".

Pese a la rapidez con la que está pasando todo, tanto Zubimendi como Merino están teniendo tiempo de disfrutarlo. "Todo lo que ha ido pasando lo he llevado con mucha naturalidad. Es muy grande todo lo que me está pasando, pero creo que lo estoy llevando muy bien", se sincera el donostiarra, que, a sus 22 años, muestra un saber estar difícil de ver en alguien de su edad. Y eso que tiene motivos para sacar pecho: "Es que es increíble. Llevo, como quien dice, dos años y en los dos he jugado la Europa League. Parece lo normal, pero no lo es. Para mí es un orgullo formar parte de este equipo". Tampoco le da mucha importancia a la cantidad de elogios que recibe. "Intento no hacerles mucho caso, la verdad, ni para bien ni para mal. Es cierto que, para mal, igual me lo tomo peor que cuando me elogian, pero bueno... No le doy importancia. Mi familia también lo lleva con naturalidad, no somos muy de celebrar las cosas. Eso es bueno para mí".

También le ayuda en su crecimiento no presionarse, algo que ha logrado cambiar: "Antes sí que era más negativo. Después de un partido en el que mi actuación hubiera sido normal, sí me achacaba errores, pero últimamente le estoy dando la vuelta, porque, como empiece así desde tan joven, me va a pasar factura". Pese a su buen hacer, no se considera titular indiscutible y lo argumenta: "No hay más que ver la cantidad de jugadores que hay en el centro del campo. Asier (Illarra) ya está recuperado, Guevara ha demostrado que está muy capacitado... así que habrá mucha lucha".

Dicen que la experiencia es un grado, algo que se nota cuando toma la palabra un Mikel Merino que sí está saboreando todo lo que está ocurriendo a su alrededor. "Es cuestión de intentar aprender a disfrutar del proceso", aconseja. "De los logros a veces no eres capaz de darte cuenta de lo que hemos conseguido, porque somos campeones de Copa y quizá todavía no somos conscientes de lo difícil que es conseguir algo así". Por este motivo, "no vamos a valorarlo del todo hasta que pase un tiempo. Lo único que queremos es volver a ser campeones de Copa otra vez. Te da tiempo a disfrutar del proceso, del trabajo, del día a día, de aprender a disfrutar del sufrimiento y de aprender a disfrutar de tus compañeros".

Centrocampistas. Los elogios entre ambos son continuos. "Desde el principio se le veía que era un chico que jugaba muy bien", recuerda Merino sobre Zubimendi. Habla de un "físico privilegiado" para ganar los duelos y para llegar a las coberturas a ambos lados de las bandas. "Con balón tiene esa tranquilidad para poder jugar hacia adelante sin ningún tipo de problema", sostiene. También le gusta "mucho" las ganas de aprender: "Escucha y se deja enseñar por la gente que igual lleva más años en esto. Para mí es una gozada poder compartir centro del campo tanto aquí como en la Real porque tiene un futuro brillante por delante. Estoy encantado de poder ayudarle en lo que sea". Para Zubimendi, Merino es "un jugador muy completo. Me ha ayudado mucho, siempre se está ofreciendo, te ayuda, te habla, te pide la bola, se la das aunque esté rodeado y te saca una buena jugada".