La Real Sociedad visita este sábado (18.00 horas) a Osasuna en partido correspondiente a la 38ª jornada de Liga. El cuadro navarro, actualmente undécimo, puede ascender a la novena plaza o bien caer a la duodécima, por lo que en el envite se juega las importantes distancias económicas entre unas posiciones y otras. El meta Rubén, Aridane, Calleri, Adrián y Chimy Ávila causan baja por lesión en el bando rojillo.
¿DE DÓNDE VIENE?
Se hace difícil sacar conclusiones sobre qué Osasuna aguarda a la Real analizando los dos últimos partidos de los de Jagoba, disputados en contextos extremos y muy distintos. En la victoria contra el Cádiz (3-2) en El Sadar, el cuadro navarro se enfrentó al característico repliegue de los amarillos.
Y en el Wanda Metropolitano contra el Atlético, mientras, los rojillos tuvieron que jugar un encuentro de trabajo defensivo casi constante. Pasaron del 63% de posesión en la jornada anterior a un escaso 27% en el estadio colchonero.
LOS SISTEMAS
Jagoba maneja cintura, plantilla y herramientas tácticas para cambiar la estructura de su equipo según las circunstancias. Aquí vemos a su Osasuna con una especie de 4-1-4-1 ante el Cádiz, sistema que durante fases mutaba a 4-2-3-1 (con Oier en paralelo a Torró formando un doble pivote) pero que, sobre todo, se veía marcado por la tremenda movilidad de los centrocampistas. Chimy (partía a menudo desde la derecha), Javi Martínez, Oier y Rubén García intercambiaban sus puestos jugada tras jugada. En esta imagen vemos, por ejemplo, cómo Oier ejerce de 4, Torró de interior, Chimy se ha ubicado en la zona izquierda, Rubén hace de enganche y Javi Martínez estira en la derecha.
En el Wanda, mientras, se trataba de defender antes que de atacar, y el baile de posiciones apenas existió, dentro de un claro dibujo 5-4-1.
UN BUEN TRIUNFO ANTE EL CÁDIZ
La victoria de Osasuna marcándole tres goles a un equipo rocoso como el Cádiz pasó más bien desapercibida. Y la incertidumbre que generó el equipo de Jagoba en el Wanda está siendo muy destacada. Sin embargo, repasados ambos partidos, queda la sensación de que los navarros se manejan mejor a la hora de intentar agitar los encuentros que tratando de frenarlos y tranquilizarlos. Este propósito no lo cumplieron ante el Atlético. Y el primero, dentro de la dificultad, sí lo completaron contra el propio Cádiz. ¿Cómo? Con esa movilidad que ya hemos visto antes, traducida en distintos movimientos. Este, con el 4-1-4-1 como punto de inicio, consiste en que el extremo se retrasa y el interior de su costado gana altura para pedirla en largo al espacio generado.
Aquí tenemos a los cinco integrantes del centro del campo ocupando los carriles centrales y dejando todas las bandas a los laterales.
Esta es la génesis del 1-0 de Budimir al Cádiz, con Torró incrustándose entre centrales y facilitando así tanto la salida por fuera con Unai García como la proyección de los carrileros. Manu Sánchez recibirá este envío en la banda izquierda y pondrá el centro del gol.
Otro buen ejemplo de la movilidad osasunista. Chimy y Budimir se asocian prácticamente en la zona de pivotes y hasta tres compañeros han ganado altura para ocupar posiciones de ataque.
El ingreso en la segunda parte de Enric Gallego aportó flexibilidad con la estructura (el equipo pasó a formar en 4-4-2) y buenos apoyos del punta a la medular, gracias a su juego entre líneas.
El equipo de Jagoba combinó todos estos movimientos con un buen trabajo a la hora de poblar el área. Cuando se producían situaciones de centro lateral, hasta tres futbolistas pisaban zona de remate.
¿Qué podemos poner en el debe de los rojillos durante aquel partido? Quizás cierta debilidad a la hora de defender los envíos aéreos a su área. El Cádiz consiguió rematar la mayoría. En esta acción de Saponjic, por ejemplo.
SUFRIENDO EN EL WANDA
Para visitar a un Atlético que vuelca la mayor parte de sus ataques en ambas bandas, Jagoba apostó por un 5-4-1 que le permitiera dibujar dos cuadrados de contención en ambos costados, facilitándose así las ayudas entre central, carrilero, extremo y pivote del costado.
Sin embargo, los de Simeone utilizaron esa misma movilidad que había empleado Osasuna para ganar al Cádiz, e hicieron muchísimo daño al equipo navarro añadiendo matices a sus ataques conforme iban pasando los minutos. De inicio, se centraron en agredir por la banda derecha. Aquí, Marcos Llorente fija a Juan Cruz y Rubén García (ROJOS) y Correa aprovecha para correr a sus respectivas espaldas, despojado de la marca de Brasanac (AZUL).
En esta acción, la conducción de Savic atrae al extremo Jonny (ROJO) y Marcos Llorente ejerce de nuevo un rol fijador, esta vez con Brasanac y Juan Cruz (AZULES). Luis Suárez se encarga igualmente de centrar la atención de Unai García (AMARILLO) y Correa es una vez más quien rompe al espacio.
Aquí Brasanac (ROJO) ha tenido que ayudar con Koke, por lo que Juan Cruz (AZUL) sale de sitio para perseguir a Correa. Este tiene tiempo para jugar con Marcos Llorente, quien ganará la espalda de Rubén García (AMARILLO).
Pese a dañar los espacios que dejaba Osasuna detrás ese sector izquierdo de la defensa, Simeone fue introduciendo matices durante el partido para dificultar los ajustes de Jagoba. Tras el descanso, los colchoneros pasaron a combinar en mayor medida desde el sector zurdo (Hermoso, Carrasco, Saúl…), al que se sumó desde el derrecho Correa. Aquí le vemos sorprendiendo a la espalda del carrilero Ramalho (ROJO).
El ingreso de Joao Felix acentuó esta nueva tendencia de los ataques atléticos. Y Correa, posiblemente el mejor local, lo siguió aprovechando, por ejemplo recibiendo a la espalda de los pivotes osasunistas.
El izquierdo pasó a convertirse definitivamente en el lado fuerte del Atlético de Madrid, cuando durante la primera parte había sucedido todo lo contrario.
Osasuna apenas pudo salir durante todo el partido, pero en una de las primeras ocasiones en que pudo enganchar por dentro (pase de Ramalho a Moncayola) generó la jugada del gol de Budimir.
Sin embargo, Simeone continuó moviendo el árbol con acierto. La remontada del Atlético nació nada más concretarse un cambio de sistema a 4-4-2 que dejaba toda la banda izquierda a Lodi, con Joao Felix (BLANCO) metiéndose a interior. A Osasuna le costó ajustar esta situación a las primeras de cambio y llegó el 1-1, previo al segundo de Suárez. Ramalho (AZUL) pide a un pivote que vigile a Joao y Torres (AMARILLO) no va a poder contener la carrera al espacio de Lodi.
CONCLUSIONES
Es difícil extraerlas de forma muy concreta analizando estos dos últimos encuentros, muy diferentes entre sí y con características muy marcadas. Pero sí dejan la lectura de que Osasuna se siente más cómodo dentro del papel agitador que se vio obligado a desempeñar contra el Cádiz que en un rol tranquilizador como el que tuvo que jugar en el Wanda. En el primero de estos duelos, los de Jagoba intentaron que pasaran cosas, y lo cierto es que, estando los amarillos enfrente, el bagaje rojillo fue muy bueno. No es sencillo hacerle tres goles al Cádiz, cosa que Osasuna logró con un muy buen trabajo y variantes. En Madrid, mientras, y pese al ajustado marcador final, los navarros estuvieron mucho más incómodos tratando de provocar un partido de mínimos. Podemos deducir que esta tarde volverán a apostar por pisar el acelerador antes que el freno, un panorama que seguro que tiene contemplado Imanol Alguacil.