La Real Sociedad cayó derrotada el sábado en el campo del Huesca (1-0). El equipo local consiguió mostrarse superior durante los primeros 55 minutos de partido, mientras las fuerzas le acompañaron para presionar muy arriba a los txuri-urdin y generar un contexto táctico en el que supo manejarse mejor. Después dominaron los de Imanol, pero sin generar grandes ocasiones y dejando una puerta abierta a las salidas del rival por la que llegó el único gol del encuentro. Así se disputó el duelo en las pizarras del oriotarra y de Pacheta.

1- ¿Cómo sorprendió el Huesca?

PRESIÓN MÁS AGRESIVA. En estas dos imágenes se aprecia dónde venía situando a su bloque Pacheta durante las últimas jornadas (captura del partido contra el Atlético de Madrid) y dónde lo colocó contra la Real. La presión del Huesca fue ante los txuri-urdin mucho más alta y agresiva que en los partidos previos al duelo de este sábado.

UN MATIZ EN EL DIBUJO. El Huesca empleaba últimamente un claro 5-3-2, con un extremo como Ferreiro metido a interior derecho y cayendo a banda de forma ocasional (captura del partido contra el Getafe). Ante la Real, mientras, el propio Ferreiro se movió constantemente en posiciones más escoradas, dejando a Rafa Mir como ariete y propiciando que Sandro desempeñara en el sector izquierdo un papel idéntico al suyo.

OTRA IDEA DE ATAQUE. En los compromisos previos, el Huesca había basado gran parte de sus ataques en conseguir situaciones de centro a Rafa Mir a través de la profundidad de sus laterales (captura con Pedro López y Galán ganando mucha altura contra el Getafe).

Pero contra la Real cambió este funcionamiento, lo que hizo cobrar sentido al mencionado matiz del sistema de Pacheta. Frente a los txuri-urdin, los carrileros Maffeo y Galán no ganaron tanta altura y se dedicaron principalmente a atraer a Gorosabel y a Monreal, para que Ferreiro y Sandro rompieran a sus respectivas espaldas.

2- ¿Y qué hizo la Real?

El planteamiento del Huesca superó de inicio a los txuri-urdin, a quienes el panorama cogería por sorpresa solo a medias. En el primer minuto de partido (repetimos captura anteriormente mostrada), Zubimendi ya está muy atento a la posición de Ferreiro colocándose como tercer central, un papel que tuvo que desempeñar durante un tramo muy largo del encuentro.

Con el balón, mientras, la Real sufrió para conseguir su objetivo, muy similar al de Ipurua cinco días antes. Ante un rival que presionaba arriba, intentaron los de Imanol conectar con Oyarzabal (o Januzaj) para que lanzaran al espacio a Portu e Isak. Pero los envíos largos para que el sueco sirviera de cara al eibartarra fueron dominados por la defensa del Huesca. Esta secuencia en la que la dejada de Portu permite a Oyarzabal correr en transición simboliza lo que buscó la Real y lo que encontró en contadísimas ocasiones. Zubimendi se incrusta entre centrales y Guevara maniobra bien al recibir como pivote, facilitando la posterior superioridad a la espalda de Seoane.

El panorama de superioridad del Huesca se trasladó también a los primeros minutos de la segunda mitad, como ilustra este peligrosa jugada de Ferreiro a la espalda de Monreal que después sería anulada por fuera de juego.

3- Otro partido

La media hora final resultó muy distinta. La entrada de Silva dio a la Real un mayor control del balón, circunstancia que también facilitó Zubimendi actuando ya como centrocampista más fijo. ¿Por qué esto último? Porque Pacheta tuvo que sustituir a un cansado Ferreiro y su relevo, Sergio Gómez, actuó en la medular, recuperando el Huesca su triángulo habitual.

Los locales se mostraron ya menos agresivos en la presión. Aquí vemos al propio Sergio Gómez centrándose en Guevara, no en Le Normand. Y a Sandro emparejándose con Zaldua cuando de inicio había saltado a por Aritz.

Además, cuando los de Pacheta se animaron a volver a apretar arriba, como en este saque de puerta de Remiro, lo hicieron de forma descoordinada. La jugada terminaría con un envío vertical de Zubimendi a Guevara (libre de marca) y una carrera de Portu cuyo centro no remató Isak.

4- A por la victoria

La Real pasó a ser mejor que su rival durante esos 30 minutos finales. ¿Se conformó en ellos con el empate? Es posible que, a posteriori, la lectura del punto no hubiese resultado negativa. Pero, sobre el campo, el equipo fue valiente como acostumbra. Otra cosa es que le faltara precisión y acierto para generar más. Aquí tenemos a los txuri-urdin en el minuto 84 apretando muy arriba y deparando un arriesgado uno para uno en todo el campo.

Y aquí tenemos cómo se situaron en la acción previa a la pérdida de la contra del gol (la de la mano de Zaldua). Zubimendi se incrusta entre centrales. Los laterales ganan mucha altura. Barrenetxea se sitúa como interior. Y Aritz, a través de su salida por fuera, va a enganchar con Silva a la espalda de la medular local.

Pero Siovas corta el envío del canario a Portu y coge a la Real en una mala posición que responde a los riesgos adoptados en busca del triunfo. Sandro, Rafa Mir y Sergio Gómez (casi fuera de la imagen) detectan nada más recuperar el balón que pueden hacer sangre en el espacio rojo, como luego termina sucediendo.

La Real fue superada por el Huesca durante los primeros 55 minutos. Y después, cuando bajaron los bríos locales, pudo disfrutar de un dominio que le permitió generar las típicas situaciones previas a esa gran oportunidad que no llegaría. Le faltó finura y acierto en tales momentos, lo que hizo que el meta Álvaro Fernández tuviera una tarde tranquila y provocó además contragolpes como el que terminaría decidiendo el encuentro. Dentro de su actuación gris, sin embargo, los de Imanol siempre trataron de buscar el triunfo.