- Dentro de la pésima noticia que supone que vuelva a tener que parar, las pruebas médicas que le practicaron a Mikel Oyarzabal dejaron unos de los diagnósticos más amables de la temporada. El capitán no se llegó a romper, por lo que solo se perderá seguro el encuentro de este domingo en Getafe y será él mismo, en función de sus sensaciones, quien decida si está en condiciones de poder volar el próximo miércoles a Turín para enfrentarse al Manchester United en el partido de ida de la eliminatoria. El parte médico concretaba que el eibartarra sufría “una tendinopatía en la inserción proximal de la musculatura isquiosural del muslo derecho” y que ya había comenzado a ser tratado mediante fisioterapia. “La vuelta a la dinámica habitual dependerá de la evolución de los síntomas”.

Lo cierto es que había mucha preocupación en el club porque se trata de una recaída en la zona muscular en la que se lesionó ante el Rijeka con una “rotura de grado I a nivel proximal del músculo semitendinoso derecho”. Esto puede provocar que los galenos sean cautos y no tengan ninguna prisa para forzar su regreso a la competición, visto que arranca el comienzo del momento clave de la temporada. No es cuestión de tomar riesgos que pueden motivar una convalecencia de mayor duración cuando, entre otras cosas, ya hay que empezar a tener muy presente la madre de todas las batallas que se celebrará el 3 de abril en la final de la Copa de Rey.

Los datos sin Oyarzabal no son nada buenos. Este año se ha perdido cuatro partidos de Liga, con un balance de dos empates y dos derrotas, seguidas y a domicilio. Tampoco jugó en Nápoles, donde el equipo empató, pero cuajó una magnífica actuación.

Una pena, porque Oyarzabal había recuperado su velocidad de crucero una vez superada su primer contratiempo físico en mucho tiempo. Nunca antes había alcanzado los diez goles en Liga tan pronto como en esta jornada 22, aunque era la cuarta vez consecutiva que lo lograba.

No parece muy buena plaza Getafe para comparecer sin el mayor referente del equipo, aunque al menos, como bien ha sufrido en sus carnes, esta vez se va a librar del marcaje de un viejo conocido como Damián Suárez. La estadística de la Real en el Coliseum no deja lugar a la duda. Por una cosa o por otra, lo cierto es que los realistas siempre se sienten muy incómodos en Getafe. El balance es significativo: dos victorias, dos empates y ocho derrotas. Los triunfos realistas fueron el 0-4 de la 2010-11, con Griezmann señalándose la ikurriña del brazo a los cinco ultras que había detrás de la portería, y 0-1 de la 2014-15, con gol de Iñigo Martínez. De los que jugaron ese día, solo queda en la plantilla con posibilidades de tener minutos el domingo, Joseba Zaldua.

El Getafe y su entrenador Bordalás siempre han sido un frente abierto para la Real. No son pocos los malos recuerdos tanto con el equipo como con el alicantino. La revancha está servida, porque el técnico se encuentra más discutido que nunca y podría ser destituido en el caso de que la Real lograra su tercer triunfo al sur de Madrid.

Oyarzabal podría no ser la única baja de la Real en Getafe. Portu tuvo problemas con su rodilla durante el entrenamiento de ayer y habrá que ver cómo evolucionan las molestias del murciano en las próximas horas.

Portu sufrió un problema en la rodilla durante el entrenamiento de ayer y está pendiente de su evolución