- La principal conclusión que se puede extraer, ya en un análisis en frío, de la videoconferencia de Roberto Olabe es que el coronavirus va a cambiar por completo el escenario del fútbol. Se acabaron los fichajes supermillonarios y todos los clubes están obligados a apretarse el cinturón en la planificación de su próxima campaña. El director de fútbol defendió que la Real se encuentra fuerte y no entra en el alto porcentaje de equipos que actualmente supera el límite salarial que le aguarda el siguiente curso. Es decir, todos ellos están obligados a hacer encajes de bolillos para recortar gastos sin que disminuya su nivel competitivo. Algo que, obviamente, no va a ser fácil.

En esta tesitura y, aunque no lo reconoció Olabe, se avecinan buenos tiempos para la Real. El patatero, como se definió con gracia él mismo durante la videollamada, incidió en repetidas ocasiones en que el futuro txuri-urdin pasa por la gestión de la actual plantilla de 23 jugadores, más los siete cedidos y el Sanse. Las cuentas no salen, por lo que, pese a que no descartó rotundamente que no fuera a haber fichajes ni traspasos, sin duda estos se van a producir. También entraba dentro de lo previsible que no se mojara de forma contundente en los nombres propios, ya que, como reconoció cuando se refirió a Illarramendi, "vamos a necesitar a todos" y van a ser claves con la nueva norma de los cinco cambios.

La confianza del club en sus jugadores es absoluta. Por eso cuesta encontrar cuáles son las posiciones en las que se puede reforzar el equipo la próxima campaña. Olabe dio por seguro que Guridi y Merquelanz van a tener plaza en el primer equipo y aventuró que con protagonismo, por lo que si no sale ningún futbolista de los teóricos titulares con un traspaso lógicamente provechoso para las arcas txuri-urdin, solo hay dos posiciones en las que se puede intentar retocar en función, claro está, del tipo de proyecto europeo que afronte la entidad: el eje de la zaga y la mediapunta.

En lo que respecta al eje de la zaga, la posible marcha de Diego Llorente provocaría sin duda una incorporación, pero no se puede descartar que se fiche aunque se quede, ya que ahora solo están el madrileño, Le Normand y Aritz. Sin olvidar que los potrillos Aranbarri y Pacheco, dos de las joyas de Zubieta, llaman a la puerta del primer equipo.

En lo que respecta al enganche del centro del campo con la delantera, y teniendo en cuenta que Guridi cubrirá la vacante que dejará salvo sorpresa mayúscula Zurutuza, la continuidad de Odegaard no significaría que no se tratara de traer otro refuerzo. Los propios jugadores han reconocido a lo largo de esta campaña que les faltaba esa figura, como expresó con su habitual soltura Moyá en Onda Cero: "Yo siempre había dicho que desde que llegué a la Real, y con la marcha de Canales y Xabi Prieto, igual nos faltaba ese 10 que es media punta y filtra esos pases y tiene esa visión de juego. Con Odegaard la dirección deportiva de la Real ha acertado. Qué voy a decir que no sepa la gente ya de Odegaard. Él solito se muestra ya al fútbol mundial".

Esto pondría en una situación complicada a Luca Sangalli. El canterano es un hombre de plena confianza para Imanol, que casi siempre ha apostado por él cuando el noruego no ha podido jugar esta campaña, además de defender su aportación públicamente a capa y espada. Sin olvidar que hay varios jugadores capaces de jugar en esa posición, como han acreditado Oyarzabal o Januzaj. El que podría salir cedido es Roberto López, que en principio hará la pretemporada con Imanol. Se confía mucho en él, pero en Zubieta creen que aún le falta para ser pieza relevante en la Real.

En lo que concierne a la portería, laterales, mediocentros, extremos y delanteros, no se espera ningún movimiento. Solo las posibles ventas (que a día de hoy Olabe descarta) de Willian José y Januzaj, a los que ya pusieron en el mercado el verano pasado, propiciaría novedades. En lo que respecta al Sanse, aunque varios de sus jugadores van a seguir teniendo protagonismo en los entrenamientos, parece complicado que este verano ascienda alguno de forma definitiva al primer equipo.