- Álex Remiro compareció durante la noche del pasado martes ante los micrófonos de la Cadena Ser y se refirió al episodio vivido hace dos semanas con motivo de los primeros test médicos en Zubieta. El examen realizado al meta detectó valores positivos en la prueba serológica, la que determina si una persona ha padecido el COVID-19, aunque él mismo se encargó de relatar que durante la etapa de confinamiento no percibió ninguna sensación anómala. "No tuve ningún síntoma. Hicimos los test y cuando me llamó el médico para comunicarme el resultado me sorprendí bastante. Me comentó que ya estaba pasando la enfermedad, y tuve una sensación extraña. Había pasado por un virus que ha detenido el mundo entero y ni siquiera me había enterado".

Recibida la noticia, gran parte de los pensamientos de Remiro se centraron en rebobinar y pensar cómo había podido contagiarse. "Me preguntaba dónde había podido coger la enfermedad. Durante los dos meses de confinamiento, solo salí de casa en la primera y en la segunda semana. A partir de entonces, me trajeron a casa la compra y todos los productos que necesitaba. Siempre tuve mucho cuidado. Así que, cuando supe del positivo, me pregunté y pensé dónde había podido fallar".

Tras tres días aislado del grupo y nuevas pruebas que confirmaron su total recuperación, Remiro volvió a los entrenamientos hace ya más de una semana, tiempo en el que no ha percibido que haber padecido el virus le haya perjudicado en lo físico. "Al final, es como si todos estuviéramos de pretemporada. En épocas así, resulta normal estar algo más cansado. Hemos pasado mucho tiempo parados, y no es lo mismo entrenarte en casa que hacerlo sobre el césped", señaló el navarro, quien se está sometiendo, como Moyá, Zubiaurre y el joven Gaizka Ayesa, a las exigentes sesiones de Luis Llopis.

El trabajo resulta necesario para completar una buena puesta a punto, en un periodo que Remiro considera fundamental, antes del regreso de la competición. "Pienso que hace falta, como mínimo, un mes para que nos preparemos bien".