- Hace dos semanas a Mikel Oyarzabal le sorprendieron en fuera de juego cuando le preguntaron, en una entrevista en la Ser, sobre el rival que les esperaba en la reanudación del campeonato: "Pues ahora no caigo", respondió en un alarde de sinceridad. Precisamente, la pregunta iba con trampa, ya que su intención era poner de manifiesto que la pandemia había obligado a desconectar tanto a todo el mundo del fútbol que ya casi nadie se acordaba de quién era el rival que les aguardaba el fin de semana en el que se canceló el campeonato.

La mejor demostración de que cada vez está más cerca la reanudación del campeonato es que poco a poco los entornos de los clubes vuelven a estudiar las once estaciones de las incertidumbre que les aguardan hasta el desenlace del campeonato. Es la famosa Ley Luis Aragonés, que pregonaba que todo se decidía al final y que lo importante en el resto del curso es alcanzar este momento bien situado y con aspiraciones. Es evidente que ya nada va a ser igual y que el escenario no tendrá mucho que ver con el planeado en un principio, por el hecho de tener que jugar cada 72 horas, casi sin tiempo para recuperarse, lo que sin duda condicionará el rendimientos de los distintos equipos.

El temor y la preocupación de los protagonistas por si lograrán recuperar el nivel que tenían antes de la suspensión es evidente. En el caso de los blanquiazules, las expectativas deberían ser altas, puesto que el coronavirus frenó en seco su mejor momento de la campaña. Pese a ello, Aritz Elustondo manifestó días atrás que en el vestuario no sentían ningún vértigo por alcanzar la misma altura de competitividad.

Resulta complicado aventurar a quién le va a perjudicar más el hecho de jugar a puerta cerrada. Desde luego que, después de lo mucho que ha luchado por tener un estadio con pistas de atletismo y aunque no se pueda medir con concreción la influencia en los encuentros, sí que parece que, vistas la ilusión que habían generado en su afición y el ambiente que se respiraba en Anoeta, sí que da la sensación de que la Real será uno de los grandes damnificados de jugar sin público. Eso sin tener en cuenta que su imparable evolución parecía no encontrar límite y era la más frenética de la Liga.

A los de Imanol les quedan seis partidos en casa y cinco fuera, otro argumento de peso para calibrar el perjuicio que les causará la nueva dimensión en silencio. Osasuna será el primer rival en Donostia, en un duelo que perderá gancho por la ausencia de las dos parroquias y la excelente relación que mantienen. Los siguientes en pasar por la casa txuri-urdin serán el Madrid, en otro duelo en el que la Real acusará la ausencia del aliento de los suyos para equilibrar la balanza. Luego vendrá el Celta y el Espanyol, en plena lucha por salvar la categoría; el Granada, que apurará sus pocas opciones europeas; y, por último, el Sevilla, segundo de los tres equipos que están por encima de los realistas, en lo que parecía una gran final por la Champions que se iba a disputar con el factor cancha. Una pena.

Ya casi nos hemos olvidado, pero la Real acumulaba seis victorias a domicilio, por lo que se encuentra a tres de igualar su marca histórica en Primera. Es justo reconocer que el coronavirus le va a permitir evitar ambientes fuertes como el del Alavés, en otra tarde en la que se lamentará ausencia de la convivencia de ambas parroquias en la grada. Luego afrontará la salida a Getafe, marcada por todo el morbo que ha rodeado por sus quejas para asegurarse la última plaza de Champions en caso de que se hubiera acabado el campeonato sin completar el calendario. Después llegarán dos viajes a Levante, a sendos estadios siempre difíciles como los del Levante y el Villarreal; y, por último, otra gran final como despedida y cierre de la Liga, en el Wanda, en el que la Real puede y debe agradecer por todo lo que conlleva que se dispute sin gente en ese estadio.

En lo que respecta a sus rivales, el Getafe recibirá a Celta, Espanyol, Eibar, Villarreal y Atlético; y visitará a Granada Valladolid, Real Madrid, Osasuna, Alavés y Levante. El peligroso Atlético jugará en casa ante Valladolid, Alavés, Mallorca, Betis y Real; y fuera contra Athletic, Osasuna, Levante, Barcelona, Celta y Getafe. Por último, el Sevilla, un punto por encima, acogerá a Betis, Barcelona, Valladolid, Eibar, Mallorca, Valencia; y viajara a Levante, Villarreal, Leganés, Bilbao y Donostia.

Hagan juego, porque el final de la Liga de la incertidumbre promete.

Osasuna (Casa)

Alavés (Fuera)

Real Madrid (C)

Celta (C)

Getafe (F)

Espanyol (C)

Levante (F)

Granada (C)

Villarreal (F)

Sevilla (C)

Atlético (F)

Granada (F)

Espanyol (C)

Eibar (C)

Valladolid (F)

REAL (C)

Real Madrid (F)

Osasuna (F)

Villarreal (C)

Alavés (F)

Atlético (C)

Levante (F)

Athletic (F)

Osasuna (F)

Valladolid (C)

Levante (F)

Alavés (C)

Barcelona (F)

Mallorca (C)

Celta (F)

Betis (C)

Getafe (F)

REAL (C)

Anoeta se queda sin disfrutar de una 'final' de Champions ante el Sevilla y la Real se aprovechará de que no habrá público en el Wanda