uando la Real anunció durante el verano de 2013 el fichaje de un delantero centro llamado Haris Seferovic, el imaginario de la afición txuri-urdin se trasladó a tiempos pasados. Arietes de origen balcánico como Meho Kodro y Darko Kovacevic dejaron un imborrable recuerdo en la hinchada, compensando con creces la negativa experiencia de Igor Cvitanovic o el ascenso interruptus vivido en Mendizorroza con Andrija Delibasic. Sorprendió luego que el propio Seferovic tuviera nacionalidad suiza. Aunque su origen era y es bosnio. Llegó procedente de la Fiorentina, tras brillar cedido por el club italiano en el Novara de la segunda transalpina. Y aterrizó también con el cartel de campeón mundial sub-17, título logrado en 2009, con Suiza.

Seferovic tenía 21 años cuando debutó oficialmente con la Real en la primera jornada de Liga contra el Getafe. Marcó. Y vio puerta de nuevo solo tres días después, en Lyon, enganchando un tremendo voleón de 40 metros que supuso el definitivo 0-2. De lo que apuntaba la cosa a lo que terminó siendo, sin embargo, medió finalmente un abismo. No es que el suizo sufriera un repentino bajón en cuanto a sus prestaciones. Estas fueron apagándose poco a poco, en lo que, desde fuera, ofreció toda la sensación de suponer un problema de confianza. Imanol Agirretxe había brillado la temporada anterior. Se encontraba también a un nivel notable. Y, en medio de un calendario muy cargado, merecía unos minutos que Jagoba Arrasate le proporcionaba igualmente. Seferovic no encajó bien la exigencia que supone competir por el puesto a diario. Y pasó muy poco a poco a jugar un papel cada vez más secundario. Completó el curso con 40 comparecencias y solo cuatro goles en el casillero, quedando inédito en las dos últimas jornadas (ante Athletic y Villarreal), en las que el equipo peleó por evitar las previas de la siguiente Europa League.

Seferovic dejó la Real Sociedad aquel verano y puso rumbo al Eintracht de Frankfurt, donde militó por espacio de tres campañas (16 goles). Y ahora completa su tercer curso en el Benfica portugués, club con el que la pasada temporada anotó 23 goles en la liga lusa y fue el máximo anotador de la competición. En verano iba a disputar la aplazada Eurocopa como referencia ofensiva de la selección suiza.

Marcó en sus dos primeros partidos con la Real; después jugó 38 más e igualó en ellos bagaje anotador, haciendo únicamente otras dos dianas