BECERRIL David Ramírez; Pozo, Guti, Álex Sánchez, Víctor González; Julio (Ezequiel, m. 69), Polaco (Ismael César, m. 64), Ismael Maruja, Chakir; Nané, Cristo (Benji, m. 69).

REAL SOCIEDAD Remiro; Zaldua, Aihen, Le Normand, Zubeldia; Guevara, Sangalli (Willian José, m.78), Barrenetxea, Januzaj (Portu, m. 66); Oyarzabal (Mikel Merino, m. 70) e Isak.

Goles 0-1, m. 54: Sangalli. 0-2, m. 56: Januzaj. 0-3, m. 61: Sangalli. 0-4, m. 65: Barrenetxea.

- Aspirar a ganar la Copa tiene estas cosas. Debes estar preparado para vivir más aventuras que Tarzán. Si a las primeras de cambio se las vio con el club más humilde que jamás haya disputado la competición, el caprichoso destino emparejó a la Real en la segunda con el Ceuta. Técnico y jugadores txuri-urdin confiaban en que, teniendo en cuenta lo apretado del calendario, la suerte les deparara un rival más o menos cercano y se encontraron con casi el más lejano. Situado en otro continente y con el agravante de tener que aterrizar en otro país, Marruecos, para poder viajar en chárter, ya que su anfitrión no tenía aeropuerto. De todas formas, fue imposible tardar menos tiempo por tierra y aire desde Zubieta hasta la ciudad caballa y lo mismo en la vuelta.

Imanol volvió a confirmar que era quien marcaba el camino en la Copa y su convocatoria fue lo más parecido a la de un partido de Liga. Entre otras cosas, porque ese fin de semana no había competición regular al disputarse en Arabia Saudí la Supercopa de Rubiales. El oriotarra sabía que la cuesta se empinaba pese a que su adversario milita en Tercera, aunque llevaba una buena racha y aspiraba a subir a Segunda B. Es decir, le recibía con una dinámica ganadora, lo que sin duda les convierte en peligrosos.

Con cambios, menos de los esperados, la Real no tuvo un partido cómodo en un césped artificial. Al descanso se llegó con un incierto 0-0 y al poco de la reanudación se vivió un momento de máxima tensión cuando Cristo se quedó solo ante Remiro. Poco después, en una combinación por dentro con Oyarzabal, Sangalli puso el 0-1 y allí se terminó el romanticismo. Barrenetxea, en modo imparable, metió la directa por la izquierda, y en once minutos destriparon a los ceutís. Un centro del donostiarra lo aprovechó Januzaj; Sangalli hizo doblete, a pase de Guevara; y el propio Barrenetxea cerró la cuenta en una acción individual.

La Real caminaba con paso firme en la Copa. Las arenas movedizas de los duelos ante adversarios de categorías inferiores las había superado con nota esta vez. Algo muy bueno se estaba cociendo...