Nor naiz ? ?
aixo afición txuri-urdin! Os escribo desde aquí arriba, unos cientos de kilómetros al norte, para reivindicar la importancia histórica que tienen en nuestro club las penúltimas jornadas de Liga. ¿Recordáis? Anda que no hemos conocido sinsabores a esas alturas de la temporada. Me viene a la cabeza la derrota de Vigo en el año del subcampeonato. El penalti que falló Savio en Anoeta contra el Racing, una semana antes del descenso. O la remontada que sufrimos en Mendizorroza y que nos dejó sin regreso a Primera solo un curso después. Habiendo pasado por todo ello, creo que es justo reconocer también los logros obtenidos en el 37º encuentro del curso, porque también sirven, y mucho, para celebrar cosas en el 38º.
Que se lo pregunten si no a Xabi Prieto, autor del empate definitivo contra el Real Madrid en 2013, antesala de los festejos por la cuarta plaza en Riazor. O que me lo pregunten a mí mismo, porque protagonicé una historia similar a la de nuestro mítico capitán. Cundió aquel gol que marqué de cabeza. Porque lo terminaría agradeciendo el equipo. Y porque me ayudó a disputar luego como titular importantes partidos a los que ahora mismo no tengo acceso. Sin embargo, comprendo perfectamente que, a la hora de quedaros con una actuación mía como txuri-urdin, elijáis la que protagonicé en un partido menos trascendente pero quizás más emotivo. No marqué en aquella noche de viernes. Pero todos coincidisteis a la hora de destacar mi actuación. Como también destacasteis el papel de un compañero de generación que sí vio puerta. Fue su estreno anotador con el primer equipo.
Os sigo desde la distancia. Veo siempre que puedo los partidos de la Real, cuando me lo permiten mis compromisos con el club cuya camiseta defiendo en la actualidad. Cuando se interrumpió nuestro campeonato luchábamos por la permanencia, mientras todo el país miraba a un único equipo, a todo un histórico en apuros. Os hablo de una entidad que ha ganado 34 ligas nacionales y cinco títulos europeos, pero que ahora se encuentra a solo un paso de quedar fuera de la lucha por el torneo. Os sonará a poca cosa. Pero eso aquí, con semejante sistema de competición, supondría un pelotazo de los gordos. Os envío un abrazo, familia. Ojalá podamos vernos muy pronto.