donostia - Muchos ojos estaban puestos en Martín Merquelanz y Jon Guridi. Ambos son jugadores cedidos por la Real Sociedad en el Mirandés, así que ayer visitaron Anoeta con la camiseta rival a medirse al equipo al que pertenecen y no en un partido cualquiera, sino en toda una semifinal de Copa. Con todo lo que ello supone a nivel de emociones. En su rueda de prensa del martes, ambos habían despejado cualquier duda acerca de su posible actitud en el campo y aseguraron que iban a salir a por todas a defender los colores del equipo burgalés. Y lo hicieron. Ambos cuajaron un partidazo.

Merquelanz, que había sido el gran protagonista en la ronda de cuartos de final cuando marcó un gol y dio tres asistencias que permitieron al Mirandés apear al Villarreal, pidió los focos durante la primera parte de ayer en Anoeta. Ya en el minuto cinco puso a prueba a Alex Remiro con un zurdazo que despejó el guardameta realista. Al extremo zurdo nacido hace 24 años en Irun se le vio con mucha chispa y siempre buscó las cosquillas a Zaldua, que sufrió de lo lindo durante todo el partido. Merquelanz también exhibió su buena zurda y fue el encargado de lanzar la mayor parte de faltas y córners favorables a su equipo, casi siempre con peligro.

En el minuto 14 Merquelanz hizo dos centros seguidos y el segundo fue rematado arriba por Jon Guridi, que también dejó su sello en Anoeta. El centrocampista azpeitiarra de 24 años (cumplirá 25 el próximo 28 de febrero) también lució ante la Real. Incrustado en el centro del campo junto a Malsa y Antonio Sánchez, fue por tanto uno de los grandes responsables de que el juego blanquiazul luciera muy poco. Zubeldia, Merino y Odegaard vivieron un mal día ante la presión del cuadro visitante. Guridi se encargó especialmente de tapar a Merino, mientras que Malsa se centraba en frenar a Odegaard. Guridi cumplió con nota y para nada desentonó ante el centro del campo local.

Durante el primer tiempo el Mirandés estuvo muy bien puesto en el campo y Merquelanz recibió bastantes balones, creando siempre sensación de peligro. El descanso no frenó el ritmo visitante y la primera jugada de la segunda mitad tuvo sello guipuzcoano, ya que la comenzó Kijera, la siguió Merquelanz y la finalizó -sin éxito- Guridi.

ocasión de merquelanz Tras un cuarto de hora en el que la presión del Mirandés pareció decaer un poco, el equipo entrenado por Andoni Iraola volvió a la carga y fue Merquelanz quien tuvo una buena ocasión, pero el zurdo, en una posición cómoda dentro del área, no estuvo atinado en un centro desde la derecha.

El toque guipuzcoano del equipo de Miranda de Ebro se notó más que nunca, y no solo por los dos jugadores cedidos por la Real, porque a Merquelanz y a Guridi se unió el hernaniarra Gorka Kijera, que lució el brazalete de capitán y mantuvo un duelo muy intenso con Portu, que fue de los mejores de la Real. Pero su energía se fue apagando según avanzaba el encuentro, en parte por la sólida actuación de Kijera en el lateral izquierdo.

Además, no solo defendió al lateral de 33 años, sino que se animó a subir la banda y en el minuto 75 su disparo fue repelido por Remiro. En el último cuarto de hora volvió a surgir la figura de Merquelanz. El Mirandés parecía haber volcado su juego de ataque a la derecha, pero de nuevo recurrió al zurdo irundarra para crear peligro en la recta final. Primero forzó la amarilla de Zaldua -que no jugará la vuelta- y luego se le fue largo un control en una jugada peligrosa. Ya en la última acción del duelo, Guridi estuvo a punto de marcarse en propia puerta a centro de Guevara, pero su portero lo evitó.