donostia - El caso de Adnan Januzaj es distinto. Como ya informó NOTICIAS DE GIPUZKOA hace unas semanas, en el club están muy cansados por sus continuos actos de indicisplina que han terminado por molestar hasta a sus propios compañeros. El belga pidió a la dirección deportiva que le buscaran una salida incluso antes de la apertura del mercado de invierno, pero se encontró con el mismo problema que el del verano, cuando veía con buenos ojos cambiar de aires y no vino ningún pretendiente con una oferta mínimamente atractiva.

Su pretendiente que más interés ha acreditado en las últimas semanas ha sido la Roma. El conjunto giallorosso ha enviado a un emisario para negociar con la Real en Donostia, a donde la noche del martes llegaron el padre y el agente del futbolista. No va a ser tan fácil llegar a un acuerdo salvo que la directiva txuri-urdin ceda bastante, cansada de la actitud del que fichó como una de las promesas más importantes del continente. Unas expectativas que le han quedado muy grandes, sobre todo si se tienen en cuenta sus paupérrimas estadísticas.

En principio la posibilidad que se está barajando es la de una cesión -a cambio de 800.000 euros- con una opción de compra. Como es lógico, la Real pretende asegurarse al menos unas garantías para poder recuperar la inversión de siete millones que acometió hace tres veranos, por lo que la opción de compra podría incluso rondar los 12 millones aunque, al no ser obligatoria, probablemente motivaría una nueva conversación a final de la temporada. El West Ham de Moyes también se ha interesado.

Mientras, Januzaj se toma las cosas con su ritmo especial. No ha entrado en las dos últimas convocatorias, jugó en Ceuta casi andando y sin ayudar en defensa (a pesar de marcar un gol y de generar bastante peligro, ya que nadie le discute su talento) y el miércoles, a 45 minutos del comienzo del encuentro ante el Espanyol, fue visto comiéndose una hamburguesa en un conocido establecimiento donostiarra. No acudió al estadio y luego tampoco acudió al vestuario al término del duelo para felicitar a sus compañeros. - M. Recalde