17 puntos perdidos tras marcar primero
La Real ha dejado escapar ventajas iniciales hasta en siete partidos
donostia - Algo no funciona. La Real ha dejado escapar 17 puntos en siete encuentros en los que se ha puesto por delante en el marcador de inicio. No es normal, hasta incluso Imanol Alguacil no suele tener reparos en reconocer que el ADN del futbolista es un poco blandito: “Estoy totalmente de acuerdo y los jugadores lo saben. Son generosos y quizá la palabra sea más determinación. Ser determinante en momentos concretos, y cuando tienes muchos de esos el equipo se impregna. Un Godín, un Giménez, un Damián (Getafe)... A mí me encantaría que, con todo el talento y la calidad que tenemos, también fuéramos capaces de conseguir sacar eso que también entiendo que tienen nuestros jugadores. Es una cosa que a mí me gusta trabajarla, lo que pasa es que no es fácil. Entiendo que es mejorable, que para eso estoy y en ello estamos”, declaró en una entrevista con su habitual sinceridad y naturalidad.
La Real solo ha remontado un encuentro en lo que llevamos de temporada. Fue en el Ciutat de Valencia donde, después de una pésima primera hora de partido, dos cambios tácticos de Asier Garitano permitieron a los realistas hacerse fuertes y voltear el tanto inicial de Chema con dianas de Theo, Juanmi y Oyarzabal. Una remontada en 32 jornadas, sin duda uno de los datos más significativos que pone en evidencia la candidez del equipo.
Tampoco parece lógico que haya dejado escapar en siete ocasiones la ventaja que había logrado de inicio. Una circunstancia a la que los entrenadores le dan hoy en día una importancia capital. Esta falta de fiabilidad comenzó a manifestarse muy pronto, en la segunda jornada, cuando después de ponerse con un 0-2 en Leganés, en una segunda parte en la que se vieron encerrados y acorralados, provocó que se diera por bueno el punto. La siguiente cita fue en Eibar, donde la afición txuri-urdin volvió a salir más que disgustada, después de que Willian José se rompiera al materializar el 0-1 de penalti y, lo que fue peor, Merquelanz se lesionara de gravedad, y Charles puso el 2-1 en el último minuto. Para más inri, una jornada después, el Barcelona se llevó los tres puntos de Anoeta después de que la Real firmara una de las mejores actuaciones en casa de la Liga y de que desperdiciara el tanto de Aritz Elustondo, el primero en el nuevo fondo de Anoeta. Dos saques de esquina tumbaron a los realistas.
Hubo que esperar a la posterior cita en Anoeta, cuando la Real se dejó voltear por el Rayo otro tanto madrugador, en este caso de Bautista. Al menos en este caso, Willian, que reaparecía, salvó el empate con un buen cabezazo.
recaída En el momento en el que parecía que el problema estaba erradicado, 22 fechas de Liga después, la Real dejó escapar una ventaja frente al Levante cuando había logrado lo más difícil, que era ponerse por delante. Mayoral, un nombre que sigue sonando con fuerza en los despachos de Anoeta, igualó el único gol de Januzaj en lo que llevamos de Liga.
En pleno bache y sumergidos en un mar de dudas en el momento clave del curso, los donostiarras han visto como en los dos últimos encuentros han desaprovechado buenas oportunidades. En Vigo, tras una primera parte notable, con un gol de penalti de Willian, una mala salida al campo y una exagerada expulsión, también de él se cobraron la derrota. Por último, el pasado domingo, Juanmi anotó a los doce segundos el tanto más rápido de la historia del club, pero, a falta de seis minutos, Jordán de falta igualó con merecimiento el derbi.
Lo que se repite tanto deja de ser casualidad. De las diez victorias que llevan los de Imanol, nueve se fraguaron poniéndose por delante en el marcador. Es decir, en 16 ocasiones en esta Liga la Real comenzó ganando, en cinco empató 0-0 y en once lo hizo perdiendo. No sería una mala estadística para un conjunto fiable y maduro que fuese capaz de jugar en función del marcador con una consistencia que le permitiese cerrar a cal y canto la puerta de los puntos en sus partidos.
El dato más comentado de la semana es que la Real jugó el derbi con la media de edad más baja de toda la Liga, 23 años, y con dos de sus tres fichajes sentados en el banquillo pese a la plaga de bajas (el tercero, Merino, fue el peor). Los deberes para la temporada que vienen parecen claros. La plantilla necesita experiencia, contundencia y madurez.
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