donostia - El fichaje de Imanol Ibarrondo es uno de los que mayor curiosidad causó este pasado verano entre los aficionados de la Real Sociedad. El club txuri-urdin sí había requerido la colaboración ocasional de algún coach o psicólogo en las épocas de Lotina o la más reciente de Eusebio, pero nunca a tiempo completo como es el caso del vizcaino de 51 años, que fue futbolista profesional durante una década y desde 2007 ejerce como coach profesional.

Ibarrondo, natural de Bilbao, ha trabajado con numerosos deportistas individuales y con las selecciones estatales de rugby, hockey hierba y natación sincronizada, además de colaborar con clubes como Celta, Oviedo, Leganés, Almería o Athletic. Además, formó parte del staff técnico de la selección mexicana desde 2016 hasta la disputa del pasado Mundial de Rusia. Fue al término del campeonato cuando se incorporó a la Real de la mano de Roberto Olabe, su gran valedor.

Es habitual ver a Ibarrondo a pie de campo en Zubieta, siguiendo atentamente los entrenamientos. Incluso ha acudido en ocasiones a las ruedas de prensa de Asier Garitano previas a los partidos. Se supone, por tanto, que su interacción con los futbolistas es continua, aunque la Real en ningún momento ha especificado cuál es su labor. Además, exceptuando al entrenador principal, los miembros del cuerpo técnico no pueden conceder entrevistas a los medios de comunicación, así que resulta difícil conocer su quehacer diario en Zubieta o su modo de trabajar.

Por tanto, la mejor manera de conocer su sistema de trabajo, más allá de charlas ocasionales o participaciones en programas televisivos que se pueden ver en Youtube, es el libro La primera vez que la pegué con la izquierda, que ya va por la 13ª edición y en el que explica su método para ejercer el coaching, formar líderes -entrenadores en este caso- y sacar lo mejor de cada persona. En este sentido, es conocida su mirada bellotera, que define así en el libro: “Al igual que una bellota tiene dentro todo lo necesario para convertirse en un roble extraordinario, cada persona nace completa, creativa y con todos los recursos que necesita para convertirse en la mejor versión de sí misma. La responsabilidad del líder no consiste en meter, sino en sacar lo que ya está dentro”.

Y es la formación de ese líder lo que ocupa el libro. De hecho, en la portada, una frase destaca: “Despierta al líder que hay en ti”. Ibarrondo considera que la mayoría de los entrenadores, a los que va dirigidos su método, lo que quieren es “que los jugadores les crean y les sigan hasta el infinito y más allá”. “Cuando se expresan así ya no están hablando de entrenar jugadores, sino de liderar personas”. Para ser un líder, el coach de la Real propone las 7Ps para brillar: presencia, preguntar, positivizar, potenciar, empatizar, procesar y pactar.

presencia Para Imanol Ibarrondo, la presencia es “un estado que permite que un deportista disponga de control total sobre su atención, sin pensar, tan solo sintiendo y dejando hacer a su cuerpo. Para un deportista pensar es malo y pensar mucho... muy malo, porque pensar te desconecta del juego y de ti mismo, te saca de la presencia y te obliga a hacer un esfuerzo extra, innecesario, para hacer lo que tu cuerpo sabe hacer perfectamente, porque lleva haciéndolo miles de horas de entrenamiento”.

Un ejemplo de presencia es Rafa Nadal: “Cuando comienza su peculiar y compleja rutina previa a ejecutar su servicio, no se trata de una manía o superstición, tampoco es un ritual sagrado. Lo que busca es enfocar su atención en una secuencia de tareas que le permitan desconectar del punto anterior y del siguiente. Controla su atención y la enfoca en el momento presente”.

Dentro de la presencia, la “escucha” es “la competencia más sublime del liderazgo”, según Ibarrondo: “Implica y demuestra generosidad y respeto. Cuando escuchamos así a una persona, respetando sus silencios, ayudamos a crear un espacio de serenidad, confianza y seguridad para que pueda reflexionar sobre su situación actual y sobre qué es lo que realmente quiere”. “Tu tarea consiste en escuchar en absoluto silencio, sin interrumpir, conectado y presente”, pide Ibarrondo al entrenador o líder que está siguiendo su método. Llama a esta actividad “conversa(c)ción”, una palabra que mezcla conversación y acción.

preguntar “Tras la presencia y la escucha, la habilidad de hacer preguntas es el recurso más poderoso del que disponemos para generar conversa(c)ciones”, dice Ibarrondo, que considera que “ya va siendo hora de comenzar a prestar atención a las emociones, a tenerlas en cuenta”.

Uno de los grandes enemigos de cualquier persona es el “saboteador”, forma en la que denomina a los “pensamientos negativos” que tiene todo deportista, entrenador o líder: “Lo que dice tu saboteador puede ser cierto o no... pero te garantizo que no es toda la verdad. Él te descubre tus miedos, inseguridades, dudas y desconfianzas. Desde ahí, difícilmente podrás conectar con la emoción, la pasión y la determinación que necesitas para afrontar nuevos retos que te obliguen a crecer y a transformarte en la persona capaz de merecerlos y alcanzarlos”.

Ibarrondo propone un ejercicio contra el saboteador: “Elige un saboteador, un pensamiento recurrente que sabes que te está haciendo daño. Solo el hecho de desvelar al saboteador, de reconocerlo y verbalizarlo, reduce ya de forma drástica su poder sobre ti”.

Contra el saboteador, propone lo que él denomina “energizol”: “Esa energía que surge de la conexión con el yo más profundo y esencial de cada uno. Llamamos energizol a esa vitalidad y energía inagotable que surge de la conexión con el yo más profundo y esencial de cada uno”.

positivizar “Si la interpretación que estás haciendo de lo que te sucede te ayuda a seguir adelante, tira por ahí. Si por el contrario ese pensamiento te desanima, te roba energía, te bloquea, si tu verdad no te está sirviendo, existen otras interpretaciones posibles que también pueden ser verdad para ti”, dice Ibarrondo.

Todo depende de la actitud con lo que afrontes lo que te sucede. Pone el ejemplo de un jugador que habló con él y se quejaba porque su entrenador le había sacado en el minuto 90. “Jugar el descuento es humillante”, decía el futbolista. “Le pregunté qué otras cosas podía pensar sobre el mismo hecho. Por ejemplo, aprovechar su calidad para mantener la posesión de balón durante los cinco minutos del descuento. Tras la charla se encontraba más tranquilo, más contento”.

El coach de la Real considera que “etiquetar es limitante” e invita a los líderes o entrenadores a no hacerlo: “Si etiquetas, en adelante solamente verás aquello que confirma y refuerza ese pensamiento. Lo demás resultará invisible para tus ojos. Etiquetar es cómodo, también para la persona que lo sufre, porque se conformará con seguir siendo quien está siendo. Necesitamos líderes que no etiqueten, que les impulsen a descubrir quiénes podrían ser si se atrevieran a quitarse esas pegatinas, líderes que les inspiren a hacerlo”.

potenciar Para Ibarrondo, es “demoledora” la creencia de “si pierdo, no soy suficientemente bueno y no me van a querer”, que arrastras desde que te preguntan, cuando eres niño: ¿Qué habéis hecho? Lo que lleva al aludido a pensar que si gana será reconocido y si pierde decepcionará. “Es el origen de un absurdo e irracional miedo a no ser valiosos”.

Dice Ibarrondo que hay “distintas formas de mirar a la gente”. La adecuada sería la citada mirada bellotera: “Creer que todas las personas tienen un propósito, aunque tengan problemas y su comportamiento y actitud actuales indiquen lo contrario, creer que tienen un tesoro a la espera de ser descubierto que les hace únicos, especiales y diferentes. Valiosos. Desde mi mirada bellotera, transformo mis gestos, palabras, declaraciones, conversaciones, juicios, hasta el lenguaje no verbal... Todo es distinto cuando creo”.

El integrante del cuerpo técnico txuri-urdin pone el ejemplo de Marcelo Bielsa en el Athletic, del que destaca su liderazgo transformador: “Su visión es poderosa e inspiradora. Sin excusas, sin justificaciones, se centra en creer en sus futbolistas, consiguiendo transformaciones impensables en algunos casos y mejoras de rendimiento sorprendentes en otros”. Y se pregunta: “Cuando alguien te hace el gran regalo de creer tanto en ti, ¿cómo no vas a hacer todo lo posible por confirmar esa creencia?

Además, anima al entrenador o líder a elogiar a sus jugadores: “Se confunde el elogio gratuito y fácil con el reconocimiento sincero y auténtico. Quien se guarda un reconocimiento, se está quedando con algo ajeno, dijo en una ocasión Picasso”.

empatizar Comenta el coach que “uno de los valores esenciales de los grandes líderes es la humildad, entendiéndola no como hacerse de menos, sino como pensar antes en los demás que en uno mismo. La empatía es una de las capacidades más difíciles de aprender, pero también se puede mejorar y desarrollar”.

En su época de jugador, Ibarrondo cuenta que su equipo se estaba jugando el ascenso en un partido. Al descanso, el 2-0 en contra provocó resignación al descanso. Sin embargo, el entrenador entró al vestuario y dijo: “¡Qué frío hace! ¿Alguien quiere un cafecito?” Se puso a servir cafés y, según Ibarrondo, eso cambió el ánimo del equipo, que remontó. Y compara esa actitud con la de otro entrenador que, en un encuentro también importante, se dedicó a abroncar a sus jugadores en el descanso porque habían pasado del 2-0 a favor al 2-2. Ibarrondo y compañía perdieron 2-3. “Posiblemente el autocontrol emocional sea una de las competencias que más y mejor debe dominar un líder. Es precisamente en medio de la tempestad cuando se requiere liderazgo”, resume el actual integrante del cuerpo técnico de la Real.

Añade Ibarrondo otros dos aspectos interesantes de liderazgo en este capítulo. Uno, que “es fácil ser líder con aquellos jugadores que tienen buena actitud, pero que el auténtico desafío, el mérito, está en ponerse también al servicio de los otros. Dime cómo le hablas y cómo tratas al que menos juega, al que no te gusta, y te hablaré de la calidad de tu liderazgo”. Y dos, la importancia de “ponerse en el lugar del otro. Ayuda a aumentar la solidaridad, el respeto, la humildad, la amabilidad, el valor de servicio y la compasión”.

procesar Ibarrondo considera que, en general, somos “analfabetos emocionales”: “Por educación y cultura renunciamos a descubrir y conectar con nuestro mundo interior, lo escondemos, es como si nos avergonzáramos de él. Frases del tipo los hombres no lloran, llorar es de débiles, las decisiones se toman con la cabeza... refuerzas esa creencia tan limitante. Uno de los aspectos a los que más tiempo dedico en mis conversa(c)ciones con deportistas es a identificar y nombrar las emociones”.

El coach nombra siete rasgos del “incompetente emocional”: “Siempre quiere tener razón. Busca un culpable para todo. Va de víctima por la vida. Experto en excusas y justificaciones. Pesimista profesional, ejerce de crítico y realista. Es muy susceptible y se enfada con facilidad. Vive sumido en la desconfianza”. Y dice que “transformando estados de ánimo, me convierto en un generador de nuevos espacios desde los que poder actuar, espacios que antes eran inaccesibles y estaban cerrados a cal y canto. Me encanta esa parte de mi trabajo. Cuando somos incapaces de sostener una emoción, impedimos a esa persona vivir intensamente su propia experiencia. Le juzgamos si la emoción es negativa, rebajamos sus expectativas si es demasiado positiva”.

Cree Ibarrondo que “en la actualidad, y no solo en el deporte, se precisan líderes emocionalmente inteligentes, competentes, que se atrevan a mostrarse abiertos, disponibles y vulnerables. En el ámbito significa esconder nuestra oscuridad; todos estamos en lucha permanente. Expresar cosas como yo solo no puedo, gracias, me preocupa, reconozco mi error”.

pactar La última de las “7Ps para brillar” es pactar. “Ayudar a pactar nos ayudará a cruzar el puente desde la obediencia al compromiso. Cuando se acaba la diversión, cuando la situación comienza a complicarse, es cuando necesitamos que aparezca y se demuestre el compromiso”, explica Ibarrondo, que enumera “cuatro principios inmutables y eternos del liderazgo que son tan sencillos que resulta increíble que los apliquemos tan poco: escuchar activamente, ser amables y considerados preocuparnos por los demás, cumplir lo que decimos, y decir la verdad”. Cita como ejemplo al fallecido Manolo Preciado: “Trabajador, sensible, cercano, humilde, valiente, alegre. Manolo se dejaba la vida por los jugadores y ellos morían por él. Un liderazgo ejemplar que ha dejado huella en los futbolistas”.

Dice el coach vizcaino que el compromiso no depende de las circunstancias, sino de la decisión de cada cual: “Los mejores líderes no son aquellos que esperan las oportunidades, sino quienes crean sus propias posibilidades y son capaces de mantener su compromiso, sobre todo frente a la adversidad. El compromiso colectivo es un lugar de encuentro al que todos los integrantes del equipo están invitados. Quien facilita una conversa(c)ción para alcanzar un consenso debe prestar máxima atención al proceso y no solo al resultado. Eso significa que el líder necesita crear un espacio en el que todos se sientan seguros y en el que cada uno de ellos se sienta escuchado y comprendido. Que los integrantes de la minoría, puedan responder son un sí rotundo a la pregunta: ¿Puedes vivir con esta decisión?”.

Añade Ibarrondo que “resulta muy complicado involucrar sin saber qué quiero conseguir, para qué quiero hacerlo, qué futuro quiero crear para mí y para mi equipo y en quién necesito convertirme para alcanzarlo”. “Pactar es co-crear la relación que quieres tener con tus seguidores, diseñar un espacio de conversa(c)ción generador de nuevas posibilidades. El propósito es la brújula que da sentido a lo que hacemos. La visión es el faro que ilumina mi camino. El líder transformador es muy consciente de que su compromiso es una elección que no depende de las circunstancias, sino solamente de su decisión”.

La primera vez que la pegué con la izquierda. 7 Ps para brillar.

330 páginas.

Autor: Imanol Ibarrondo.