donostia -A estas alturas de la película, está todo explicado. La Real confiaba ciegamente en las opciones de Kevin Rodrigues este pasado verano para hacerse un hueco en el lateral izquierdo txuri-urdin. Por eso accedió a traspasar a Yuri Berchiche por una cantidad sensiblemente inferior a la estipulada en su cláusula de rescisión. Y por eso recuperó a Alberto De la Bella, de papel destinado a priori a cubrir las espaldas del joven baionarra. Por lo tanto, en el hecho de subrayar las circunstancias que coincidieron ayer no cabe buscar una crítica, sino la simple exposición de lo caprichoso que puede llegar a ser el destino.

Mientras la Real se medía al Sevilla, en París el PSG hacía lo propio con el Caen. Yuri marcó su primer gol a las órdenes de Unai Emery, el momentáneo 3-0 en un triunfo (3-1) que no terminó de satisfacer al de Zarautz. Al parecer, completó una mala actuación hasta que vio puerta, en el minuto 80, y prácticamente no festejó la diana, tras las que sólo realizó gestos de rabia. Todos sus compañeros, incluidas las estrellas Neymar y Mbappé, acudieron a felicitarle y a mostrarle su cariño.

En Anoeta, por contra, Eusebio Sacristán tenía que devanarse los sesos para solucionar el entuerto con el que se encontró ayer en la demarcación. Si bien el club había anunciado el lunes que toda la plantilla estaba a disposición del técnico, terminaron cayendo tanto Kevin y De la Bella. El primero, por problemas de espalda. El segundo, con un leve esguince en la rodilla. El vallisoletano se quedaba sin lateral zurdo para recibir al Sevilla.

En el Sanse las opciones son dos. Por un lado está Odei Arrieta, que ya completó algún partido de preparación este pasado verano. Y está siendo más protagonista últimamente el joven Aihen Muñoz, un extremo reconvertido a zaguero. En otras circunstancias similares, por ejemplo la que se dio en enero con Odriozola, el entrenador tiró del filial. Ayer prefirió no hacerlo. Ni cambiar de banda a un lateral diestro. Ni situar a Aritz a pierna cambiada. Se decantó por Iñigo Martínez, cuyas subidas por ese flanco resultaron claves en las dos últimas jornadas de la pasada campaña.

El ondarrutarra cumplió con creces. Agradeció el hecho de que el Sevilla actuara sin extremos puros. Y además protagonizó peligrosas subidas al área. Se marchó a casa con una estadística llamativa en su caso: gol y asistencia. Quizás resulte más significativa su subida en el minuto 90 para darle el 3-1 a Vela que el hecho de que rematara el centro de Illarra para hacer el 1-0. Y es que, al fin y al cabo, siempre ha sido un gran cabeceador. Iñigo está protagonizando una campaña irregular, marcada por las lesiones del inicio, y un partido como el de anoche puede ayudarle a terminar de reencontrarse.