Donostia - La Real cierra el año en Anoeta ante el Sevilla en un partido en el que no puede volver a fallar. Sus números en su estadio en este 2017 son tan decepcionantes como preocupantes, sobre todo si se tienen en cuenta el presunto nivel que atesora la actual plantilla y su arsenal ofensivo. Los realistas solo han ganado dos de sus últimos trece encuentros y a estas alturas llevan nueve puntos menos que el año pasado. Con eso queda todo dicho, su crisis se agudizará sobremanera si no es capaz de imponerse a un conjunto hispalense que no parece tan fiero como en años anteriores pero que ya le saca nueve puntos de ventaja. El empate en el derbi dejó una sensación agridulce en un entorno al que, como es lógico, le frustró que su equipo no lograra plasmar en el marcador su evidente superioridad. Todo lo que no sea hacer bueno el empate con un triunfo se podrá contabilizar como dos disgustos más.

El encuentro pasará a la historia por ser el último de Carlos Vela con la txuri-urdin. La gran estrella de la Real durante los últimos siete años se marcha por la puerta de atrás, sin hacer ruido y con el mal sabor de boca de sus últimos meses en Donostia. Pero estas sensaciones no pueden eclipsar el rendimiento y las tardes inolvidables que ha dejado a una afición que siempre le ha idolatrado. Si no puede ser Vela el héroe en su último día, al menos que el equipo honre su figura con una buena velada a Anoeta.

Eusebio se va a ir de vacaciones con toda la plantilla a su disposición, aunque Kevin no está al 100%, por lo que se quedó fuera de la lista. El problema es que De la Bella arrastra molestias del derbi y es seria duda. En el caso de que no supere la prueba hoy, será Iñigo quien actúe en la banda (no lo ha hecho nunca en el primer equipo) y Navas quien forme pareja con Llorente en el eje de la zaga. No se esperan grandes cambios en el entramado ofensivo. Al revés, el técnico encontró un equipo de gala y, al contrario de lo que dijo meses atrás y como está confirmando en las últimas semanas, trata de exprimirlo al máximo.

El Sevilla se presenta con dudas. La enfermedad de Berizzo tampoco ha ayudado a consolidarse a un bloque con caras nuevas y con un potencial individual importante, como lo demuestra que en su entorno están molestos pese a ser quintos, a solo dos puntos de la Champions. Ben Yedder, que dejó cuentas pendientes el año pasado al chulear a Rulli tras el hat-trick, será otra vez su mayor peligro.