donostia - Aritz Elustondo fue el invitado en la entrevista a fondo semanal que realiza los martes Iñaki De Mujika en Onda Vasca. La hora estuvo marcada por su emocionante recuerdo y sus continuas referencias a su aita, fallecido el año pasado. El defensa, que esta campaña siempre ha cumplido cuando ha jugado, no ocultó lo mucho que le gustaría estar entre los elegidos este sábado en Bilbao: “Lo daría todo por jugar en San Mamés. Los derbis no se olvidan. Tuve la suerte de que el año en el que lo jugué casi todo, también estuve en San Mamés y vencimos 0-1. Eso lo guardo en la mente. Jugar y ganar el derbi allí es muy bonito. Con la afición que viaja hasta Bilbao y que anima como si fuese un partido único”.

De corazón txuri-urdin, el beasaindarra era de los aficionados que viajaba para apoyar a su equipo: “He tenido la fortuna de vivir el derbi desde fuera, porque el año que se empata 1-1, con diez (y gol de De la Bella), estuve en la grada en mitad de todo el ambiente. Sé lo que es disfrutar de un derbi vasco desde fuera y desde dentro, y eso es algo precioso. Con ese pique Real-Athletic”.

Sumergidos en una inesperada crisis, los realistas confían en recuperarse en el escenario en el que más gusta ganar a su parroquia: “Espero conseguir los tres puntos. El equipo no está en una dinámica muy buena. Creo que nos están haciendo muchos goles. Nosotros necesitamos muchas ocasiones para anotar y los rivales, con nada, nos marcan. Supongo que la gente pensará que siempre decimos lo mismo, pero yo creo que es una muy buena ocasión el ir a Bilbao, ganar al Athletic y salir o empezar a salir de este bache”.

Insistir con el estilo Como publicó ayer NOTICIAS DE GIPUZKOA, en las reuniones del lunes, Eusebio y Loren pidieron a los realistas que insistieran con la misma idea de juego: “Los nervios y la ansiedad no te ayudan en nada. Somos futbolistas, humanos, no somos perfectos, y esas sensaciones negativas te hacen aún peor. Lo mejor es mantener la tranquilidad. Cuando las cosas funcionaban iban muy bien. Ahora tenemos que hacer lo que nos está pidiendo el entrenador, que es salir con el balón desde la portería e intentar generar las oportunidades que nos vuelvan a dar las victorias. El derbi es una buena ocasión para intentar vencer con nuestro estilo de siempre”.

Como es lógico, el vestuario se ha quedado tocado: “La verdad es que estamos jodidos. Es normal tras una racha tan negativa. Como ya hemos hablado, de peores hemos salido, así que de esta también saldremos. Lo que estamos sufriendo ahora no es nada bonito. Seguro que nos sirve para aprender y para madurar. Ahora nos quedan dos partidos antes del parón, en los que podemos conseguir sacar la cabeza de ahí y pienso que lo vamos a lograr”.

recuperado Aritz Elustondo está volviendo a sentirse futbolista esta campaña: “No sé si el fútbol está siendo justo conmigo o no. He tenido momentos peores. En la pretemporada del año anterior lo pasé muy mal por lo del aita. Me afectaba en Zubieta. No era yo. No es por poner excusas, pero a mí me tocó mucho lo del aita. Quieres hacerlo bien y no te salen las cosas, te quedas sin confianza. Este verano he llegado con la mente vacía para demostrarle al entrenador que estaba ahí y que podía contar conmigo, que era yo de nuevo. Creo que lo hice bien. Empecé jugando y estoy contento con el trabajo que he hecho. Pienso que me va a llegar otra oportunidad”.

Eusebio no es de los que da muchas explicaciones a titulares o suplentes: “No he tenido ninguna explicación ni tampoco se la he pedido. Nuestro trabajo es ponérselo difícil y generarle dudas. Demostrar que podemos jugar el fin de semana”.

El canterano no quiere ni oír hablar de salir en el mercado de enero: “Desde joven, siempre he sido de la Real, mi idea es pasar mi carrera aquí. Si me va bien, esa es mi intención. El dinero no es lo más importante, sino que estés seguro de ti mismo. Si estás a gusto, no hay problemas para seguir aquí. Ese es mi sueño, el principal, jugar siempre aquí”. Con el 15 a la espalda: “Yo encantado. Ansotegi siempre ha sido un referente para mí, porque era lo que yo quiero llegar a ser. Me dieron la opción de escogerlo. Mi aita nació un 15 de noviembre, por eso lo llevo también”.

El no jugar o quedarse fuera de las listas no es fácil para nadie. En su casa lo llevan peor: “No estoy enfadado. Estoy con la conciencia tranquila, pienso que cuando he tenido la oportunidad lo he hecho bien. Mi hermano se siente orgulloso, pero le gusta discutir de fútbol, y a mí muchas veces no me apetece. Se suele enfadar porque no juego, pero yo sé que he hecho las cosas bien y con eso nos tenemos que quedar”.

El defensa desveló que le había venido muy bien para desconectar la compañía de su perra Kira: “Cuando llego mal, me lo huele, me saluda como una loca. Me apoyo mucho en ella”. Fuera del campo, se define como una persona “alegre”: “Me gusta vacilar, pero en su justa medida. Tengo un mal pronto. Cuando estoy de buen humor me gusta pasarlo bien, pero cuando estoy cabreado más de uno me hubiera mandado a la mierda. Mi novia dice que tiene el cielo ganado conmigo, y yo pienso que también con ella (risas). No, en realidad tiene mucho mérito. Cuando me enfado puedo estar muchas horas sin hablar dándole vueltas a la cabeza. Antes era peor, ya voy madurando”.

El gol del bernabéu Entre sus alegrías a sus 23 años, el gol de Bernabéu: “En ese momento no pensé en decir aquí estoy yo. Casi no sabía lo que estaba haciendo. Como en el día de mi debut, Moyes me dijo la víspera que iba a jugar y el del Bernabéu también. Te lo tomas como un partido más. Me acuerdo que antes de ir al campo nos mostró un vídeo en el que nos explicaba que en el segundo palo se les podía hacer daño, y fue justo la jugada de mi gol. En ese momento estaba jugando de lateral, y nos comentó que estuviésemos atentos para entrar si se sacaba el córner desde la otra banda. A los 30 segundos, metí ese gol, y en un primer momento no fui consciente de lo que hice. Luego, poco a poco sí que me di cuenta. Pero siempre te gusta marcar y ganar. Aunque no me voy a olvidar nunca. Antes lo solía ver a veces, en la tablet”. A los de ahora les da más importancia: “Para mí sí, porque tengo claro que todos los que consiga van a ser para mi aita. Como el de Mendizorroza o el del Valencia en Anoeta”.

La figura paterna ha marcado su vida y su carrera: “Me acuerdo mucho de mi aita. Siempre lo tengo ahí. Después de cada partido, daba igual lo que hubiésemos hecho, venía y me abrazaba. Es lo que más echo de menos. Era muy significativo para mí y me marcaba mucho. Me falta ese abrazo, aunque tengo a mi madre y a mi hermano. Mis compañeros también saben cuando los necesitas. Al menos sé que mi aita, esté donde esté, seguirá orgulloso de mí. En algún momento sí que he llegado a dudar de mí y de si sería capaz de darle la vuelta a lo que sufrí. Para mí fue un palo tremendo”.