donostia - A expensas de los últimos coletazos, la temporada concluye con buenas sensaciones deportivas y con la noticia de su salida del club. ¿Final agridulce?
-No empezamos bien la campaña. La primera vuelta que hicimos resultó floja. Pero luego el equipo ha sabido darle la vuelta a aquella situación, y eso me hace valorar más aún el final de temporada que hemos protagonizado, clasificándonos para la Copa de la Reina y dando la imagen que dimos contra el Barcelona. Respecto a mi salida, tras dos años dirigiendo a la plantilla femenina, se cierra una etapa. El club ha decidido que es el momento idóneo para cambiar, y a mí solo me queda respetarlo.
¿Qué objetivos le plantearon al llegar al club txuri-urdin hace dos veranos?
-Para el primer año, ninguno. La temporada anterior había sido muy mala y no quisimos ponernos metas en el corto plazo. Además, fue un momento de muchas novedades, empezando por la mía y continuando por la llegada de ocho nuevas futbolistas. Pero bueno, las cosas se dieron bien y protagonizamos una campaña histórica. De cara a este segundo año, sí nos planteamos volver a entrar en Copa y, a poder ser, igualando o acercándonos a la temporada anterior. Lo que pasa es que el nivel de la categoría ha subido, y repetir aquello ha resultado complicado. Como te decía antes, no comenzamos bien, pero termino contento por haber conseguido la plaza para la Copa de la Reina.
¿Podemos hablar de objetivo logrado?
-Bajo mi punto de vista, sí. Ya te he comentado que el nivel ha subido. Los equipos se han reforzado mucho y el número de extranjeras en el campeonato se ha multiplicado. La categoría se va profesionalizando poco a poco. Por supuesto que nos hubiera encantado repetir la quinta plaza, pero pienso que todos éramos conscientes de que iba a ser difícil. Así que, al menos por mi parte, se trata de una campaña satisfactoria, con la octava plaza final y un buen rendimiento en los dos últimos partidos contra Atlético de Madrid y Barcelona, los dos mejores equipos de la Liga.
¿Qué explicaciones le han dado en el club para explicar su salida?
-Me hablan del chasco de la primera vuelta, muy distinta a la de la pasada temporada, cuando permanecimos durante casi todo el campeonato en la cuarta plaza. Se quedan con eso, con ese mal arranque, pero yo pienso que los exámenes y las evaluaciones se hacen a 30 de junio. Ahí es cuando toca hacer un balance más objetivo y más riguroso. Reducirlo solo a la primera vuelta... No sé. Yo soy el primero que sabe y reconoce que, entonces, no estuvimos a nuestro nivel.
¿Qué pasó?
-Pienso que fue, sobre todo, una cuestión de eficacia. En cuanto a fútbol, en cuanto a juego, no estuvimos lejos de lo realizado el año pasado. Pero nos costaba mucho hacer gol. Pero luego el equipo ha sabido darle la vuelta a todo aquello, y eso también resulta significativo. Habla de la fuerza de un vestuario. La imagen en la segunda vuelta ha sido muy buena. Este sería el momento adecuado para hacer valoraciones.
El banquillo del equipo femenino de la Real va a coger fama de caliente...
-Creo que Unai Gazpio, el técnico anterior a mí, ha sido el único que ha aguantado tres temporadas. Y el resto no hemos superado los dos. No sé si estamos ante una cuestión de ciclos, pero los hechos demuestran que un entrenador del equipo femenino de la Real, normalmente, no supera las dos campañas. Yo me marcho contento con la labor realizada, y con las relaciones que he establecido durante la experiencia, lo que incluye a las jugadoras. Me he sentido cómodo trabajando con ellas.
¿Cambia mucho la película respecto a dirigir un plantel masculino?
-Para mí fue una sorpresa que me llamaran para hacerme cargo de este proyecto. Y te repito que me he encontrado muy a gusto. No te voy a negar que, de primeras, te entran las dudas y cierto respeto. Nunca había dirigido a un equipo femenino. Y tampoco estaba puesto en el día a día de la categoría. Pero, una vez que tomé la decisión de aceptar, me embarqué en una experiencia muy positiva que me ha servido para aprender un montón.
¿Dónde están las mayores diferencias entre el fútbol masculino y el femenino?
-En la materia física. Ahí tienes que cambiar de chip. Es algo que me recomendó el propio Unai Gazpio cuando hablamos hace dos veranos, al producirse el relevo. Me avisó de que la velocidad del juego es muy diferente, y que tienes que adaptarte a ello. También existen diferencias en lo que respecta a la gestión del vestuario. Y tienes que hacerte a ellas lo más rápido posible, claro.
¿Qué le augura al proyecto de la Real en cuanto a fútbol femenino?
-Se está haciendo un esfuerzo por renovar a gente. Y todavía quedan futbolistas importantes que creo que está en plenas negociaciones, como Chini Pizarro o Nuria. Si su continuidad se une a la de Nahikari, Manu o Itxaso, creo que el equipo puede estar llamado a hacer cosas importantes, a nada que se acierte en las incorporaciones que se realicen. Tenemos que ser conscientes, eso sí, de que la Liga femenina avanza a toda leche. El nivel sube mucho cada temporada.
La Liga también tiene un buen futuro...
-Sí, sí, sí (convencido). Se están dando muchas pasos adelante. Han entrado nuevos patrocinadores. Y poco a poco se está profesionalizando todo. La Real tiene que avanzar al mismo ritmo que la propia competición, porque si no lo haces corres peligro de quedarte atrás.
Usted entrenará la temporada que viene en Tercera, en el Lagun Onak.
-Eso es. Estoy muy ilusionado con el proyecto, que es muy serio y tiene una categoría muy bonita como escenario.
Hace dos años y medio estaba dirigiendo al Mundarro de Regional. ¿Es un paso adelante para usted?
-La oportunidad que se me presenta es muy buena. Más aún teniendo en cuenta que en Tercera División no hay muchos equipos guipuzcoanos, lo que resta opciones a los entrenadores del territorio. El Lagun Onak es un club con nombre y con el que espero aspirar a cotas bonitas.
¿Igor San Miguel quiere dedicarse a ser entrenador?
-Sí. La Real me ha dado también una buena oportunidad durante estos dos últimos años. Y entrar en este club es sinónimo de entrar en el profesionalismo, por mucho que esto tenga sus matices si hablamos de fútbol femenino. Lo que pasa es que trabajas con mejores medios, tienes los mejores médicos, los desplazamientos son cómodos, los hoteles... Te das cuenta de lo que es el fútbol de elite, y sí que te entra ese gusanillo. La Liga de féminas cada vez tiene una mayor repercusión y, gracias a mi experiencia en ella, me ha surgido esta opción del Lagun Onak. A gente del fútbol le ha podido llamar lo que he hecho en la Real.
¿Qué valoración hace de la temporada de la primera plantilla masculina de la Real?
-Buenísima. Creo que ha hecho el mejor fútbol que le he visto a la Real desde que tengo uso de razón. Lo he comentado con mucha gente. Siempre he seguido al equipo. Y pienso que ahora hay mimbres muy importantes para seguir creciendo aún más.
Complicado escaparse a Europa, ¿no?
-Complicado, complicado. Veré los partidos desde el sofá y con la bufanda, como un aficionado más.