Siete años para el recuerdo
De la Bella jugará cedido en el Olympiacos hasta el final de su contrato (2018) y se despide con un emotivo comunicado: “me he sentido como un canterano más”
donostia - En julio de 2009, “siendo un jugador desconocido”, Alberto De la Bella aterrizó en una Real “que no pasaba su mejor época en el año del centenario”. Siete años después, el defensa catalán puede presumir de haber experimentado in situ “el crecimiento del club, viviéndolo como un canterano más”. “Así me habéis hecho sentir desde el primer día hasta el último”, explicaba ayer el de Santa Coloma en una emotiva carta de despedida reproducida por el club txuri-urdin ante la imposibilidad de que el jugador, ya en Grecia, ofrezca una rueda de prensa.
Durante las dos próximas temporadas jugará en el Olympiacos, una operación cuyo formato puede sorprender, pero que no va más allá de lo anecdótico. La Real no quería poner trabas a su salida, y la vía consensuada entre todas las partes ha sido la de una cesión de dos campañas, justo el tiempo que le resta de contrato txuri-urdin al catalán. Circunstancias de despachos al margen, lo escenificado ayer fue el adiós de un futbolista que ha vestido la camiseta blanquiazul durante siete temporadas, y que no ha querido dejar pasar la oportunidad de despedirse exhibiendo una vez más la calidad humana mostrada en Donostia durante todo este tiempo.
“Me voy con la maleta cargada de felicidad y satisfacción por haber compartido tan buenos momentos juntos. Es un orgullo para mí haber formado parte de la familia realista”, cerraba De la Bella una carta abierta en la que se dirigió todos los estamentos de dicha familia, mediante un extenso apartado de agradecimientos. Este arrancó con la directiva “encabezada por el presidente Jokin Aperribay”, incluyó “a los servicios médicos” y demás trabajadores del club, y continuó con “todos los entrenadores” que han dirigido al de Santa Coloma durante estas siete campañas. El lateral mencionó aquí a Eusebio. “Le agradezco el trato y la claridad con la que siempre hemos dialogado. En el último partido de Liga en Anoeta (ante el Rayo) ya sabía que era el fin de esta etapa, y lo pude vivir como tal”. De estas palabras se deduce que el de La Seca le comunicó con antelación que su futuro no estaba en Donostia, y que le concedió la titularidad en los dos últimos encuentros oficiales para que pudiera disfrutar sobre el césped de sus últimos momentos como blanquiazul.
compañeros y afición La despedida de De la Bella también contó con una vertiente más personal, en la que citó a compañeros, familia y afición. Respecto a los futbolistas con los que ha compartido vestuario, “de lo mejor” que se lleva el defensa, este ensalzó “amistades que seguirán” independientemente del destino de cada uno. De la familia, el catalán subrayó el “apoyo incondicional” de los suyos, incluidos su mujer Marta (vizcaina) y su hijo Enzo (nacido en Donostia). “Volveremos para vivir en esta ciudad preciosa”, adelantó, sin querer dejar de lado a la hinchada. “Habéis apoyado en todo momento para llevar al equipo lo más arriba posible. Muchas gracias por el respeto mostrado durante todas las temporadas hacia mi persona y las muestras de cariño recibidas en los últimos días”, concluyó.