“La Real cumple las normas de la FIFA”
El club txuri-urdin observa, desde la barrera, la problemática suscitada a raíz de que la FIFA haya impedido incorporar a menores inmigrantes de forma irregular. Su director de fútbol base, Luki Iriarte, arroja luz al caso
-Yo sé que en Bizkaia se dio hace año y medio o dos años el caso de un equipo que tenía muchos jugadores que estaban aquí legalmente pero que no cumplían todos los requisitos que suele pedir la FIFA, y que la Federación Vasca les había tramitado las licencias. Eso sí que nos consta. A nosotros, en los casos de jugadores que queremos tramitar para la Real Sociedad, nos piden todos los requisitos porque entiendo que una cosa son los clubes que realizan una labor social y otro caso son los clubes o centros de alto rendimiento o clubes de formación de cantera.
¿Tiene la Real en sus equipos hijos de residentes extranjeros?
-Sí. Nosotros tenemos jugadores que sus padres son extranjeros, pero que cumplen los requisitos que suelen pedir para poder tramitar la licencia. En algunos casos han estado partidos sin jugar hasta que ha llegado el transfer, pero se han cumplido los requisitos. En muchos casos, además, hemos tenido que demostrar que llevan cinco años viviendo en este país, que tienen permisos de residencia sus familias, además de contratos laborales... Es decir, hemos tenido que presentar muchos papeles para que fueran aceptados.
Entonces, ¿la Real no tiene problemas para contar con niños como el recientemente fichado del Aviron Bayonnais -Enis Bocard, de quince años-?
-No. Yo entiendo que son dos cosas diferentes: por un lado, jugadores que residen en otro país, pero que entran en alguno de los tres supuestos que tiene la FIFA. El primero de ellos es que la residencia del jugador esté a menos de 50 kilómetros de la frontera y el centro de formación en el otro país, en este caso Euskal Herria, esté también a menos de 50 kilómetros de la frontera, como es la situación de Zubieta. Entonces, los jugadores que estén en ese radio de menos de 50 kilómetros desde su hogar hasta la frontera, en este caso con Irun, pueden jugar legalmente con la Real. Y otra cosa son los jugadores cuyos padres lleven viviendo aquí, en Gipuzkoa, más de cinco años; que hayan venido de muy niños con sus familias, que estas estén estabilizadas aquí y que hayan empezado a jugar a fútbol en diferentes equipos y que la Real los quiera incorporar a su estructura. De estos también tenemos y nos han pedido todos los papeles antes de tramitar sus licencias, y han sido aceptados.
Enis Bocard entra, por lo tanto, en el primer supuesto.
-Claro. Porque su residencia habitual está a menos de 50 kilómetros con Gipuzkoa y de Zubieta a la frontera de Irun también hay menos de 50 kilómetros.
Y el Athletic, que tiene un convenio de colaboración con el Aviron, no lo ha podido incorporar al no cumplir este supuesto.
-No lo podría incorporar hasta los 16 años porque desde la frontera hasta Lezama hay más de 50 kilómetros. En ese caso la ley también es clara: no son 100 kilómetros en la distancia total, es decir, no puede ser que desde tu centro a la frontera haya un kilómetro y desde su casa a la frontera 99. Siempre tiene que estar dentro de los 50 kilómetros, para un lado y para el otro.
Pero si hubiera tenido 16 años sí lo habría podido fichar.
-Sí, porque ahí entraría el segundo supuesto, que son los jugadores de entre 16 y 18 años que van a estudiar a otro país de la Unión Europea y se les permite también jugar al fútbol.
¿Y el tercer supuesto?
-Es el caso en el que la familia viene a vivir y a trabajar aquí y, por lo tanto, como se instala aquí sus hijos tienen derecho a jugar al fútbol.
¿Les han dado en alguna ocasión alguna advertencia por tener jugadores foráneos en su cantera?
-No que yo sepa. Nosotros no hemos tenido ninguna situación ilegal. Sí que en algunos casos nos ha costado más que se tramite la licencia, como con el jugador Jules Focone -jugador de Pau que milita en el primer equipo juvenil-. Entraba dentro del segundo supuesto, al tener entre 16 y 18 años y venir aquí a estudiar, pero costó que nos dieran la licencia.
¿Y no teme que puedan llegar a sancionarles pese a que les hayan otorgado las licencias?
-No, porque estoy seguro de que estamos cumpliendo los requisitos. Cumplimos las normas que la FIFA pone para que se puedan tramitar las licencias. El conducto habitual para estas situaciones es que la Real pida tramitar la licencia a la Federación Guipuzcoana, la Guipuzcoana se lo manda a la Vasca, la Vasca a la Española y la Española a la FIFA para ver que ese supuesto es correcto. Y luego viene el recorrido de vuelta y a veces tarda poco y a veces más. Pero siempre dentro de la legalidad.
Que en esta normativa una de las excepciones sea que se puedan incorporar niños extranjeros siempre que sean de una zona menor a los 50 kilómetros es algo que favorece a la Real.
-Sí. Es una norma que la Real puede aprovechar. No todos tienen esa opción. Desconozco si en Galicia se puede dar el caso de que Vigo esté a menos de 50 kilómetros de la frontera con Portugal o que algún club catalán esté a menos de esa distancia con la frontera con Francia para poder coger jugadores. Pero la Real sí que tiene esa opción y creo que debe aprovecharla. También es cierto que a un jugador de Baiona, Hendaia o Biarritz le queda bastante más cerca poder jugar en un club de elite como la Real que jugar en Burdeos o en Toulouse.
Además, sirve al club txuri-urdin para estrechar lazos, más si cabe, con equipos de Iparralde.
-Sí. La Real tiene clubes convenidos en Iparralde y nos da la opción para que esos niños también puedan seguir haciendo deporte; y si alguno tiene unas cualidades para intentar seguir con su formación en un centro de alto rendimiento, pues que pueda venir a Zubieta para intentar formarlo deportiva y personalmente.
Miguel Cardenal apoya, según reconoció en la entrevista que concedió a este periódico, a la Federación Vasca, que lleva casi dos años dando licencias a hijos menores de residentes extranjeros.
-Yo creo que hay que tener en cuenta dos situaciones. Que muchas familias han tenido que abandonar sus países porque no estaban viviendo adecuadamente y sus hijos deben tener las mismas posibilidades que los niños de aquí para hacer deporte y, en muchos casos, los requisitos de la FIFA para que puedan hacerlo no son fáciles y en los primeros años no pueden jugar. Y eso no es lo más adecuado. El deporte tiene que servir para socializar, educar y ese instrumento lo debemos utilizar. Todos, como padres o responsables de familia, queremos que nuestros hijos hagan deporte, por lo que esos niños también tendrían que tener la oportunidad de hacerlo. Pero eso no es óbice para que, quizás, en algunos casos de formación se haya usado esto para intentar buscar figuras del deporte y después hayan sido abandonados. Esto sí es una aberración y no se debe permitir. No es fácil, pero es responsabilidad de los que gobiernan que sepan cuándo es una situación y cuándo es otra. Que no paguen justos por pecadores.
Por este motivo, en la Federación Española parecen no fiarse de la política de incorporaciones de algunos clubes vascos cuando se trata de jóvenes extranjeros.
-Yo entiendo que en estos casos son clubes sociales. Son clubes que seguramente hacen una gran labor social y en este caso los niños también deben de tener la oportunidad de hacer deporte de alguna forma para integrarse en la sociedad vasca.
¿Le parece bien que la FIFA se esté mostrando intransigente con algunos clubes para evitar el tráfico de menores?
-Es su labor que miren y controlen esa situación porque para nada es adecuado sacar a niños muy jóvenes de su entorno familiar, de sus raíces, para llevarlos a un centro de formación y luego, si no pueden llegar arriba, dejarlos a un lado sin darles una salida. Nosotros, como centro de formación que somos, tenemos que tener esa labor deportiva, pero también esa labor educativa y a eso estamos respondiendo. Pero es función de la FIFA que eso no se dé y es algo que habría que erradicar.
Es que sería ilógico que no se permitiera jugar en un club a un niño, hijo de extranjeros, cuya familia lleve tiempo trabajando aquí, ¿no?
-Claro. Hay una serie de años. Si mal no recuerdo, son cinco años los que deben llevar aquí. Si llevan menos, por ejemplo dos o tres años, por qué no van a poder jugar a fútbol u otro deporte. Creo que no tiene mucha lógica. Pero también es cierto que la FIFA tiene que saber cuándo se da un caso de estas circunstancias y cuándo un club quiere aprovecharse de esto para mover niños en edades excesivamente tempranas. Es labor también del Gobierno Vasco tratar de favorecer que esta gente se pueda integrar y es labor de la FIFA que no se utilice esta trampa para sacar a niños de sus países.
Lo que parece es que la reglamentación en este ámbito no está muy clara y existen ciertas lagunas.
-Yo entiendo que las normas son diferentes. La FIFA tiene unas normas y son claras: tú sabes cuándo estás cumpliéndolas y cuándo no. Y entiendo también que el Gobierno Vasco, a pesar de que no se esté cumpliendo esa norma FIFA, sepa por qué se está tramitando una licencia a un niño. Entiendo que son dos realidades diferentes que tienen que saber entenderse.
También parece que existe una pelea en este ámbito entre la Federación Española de Fútbol, y su presidente Ángel María Villar, y el Consejo Superior de Deportes, y su presidente, Miguel Cardenal. ¿No cree?
-Desconozco que sea así. Pueden tener sus diferencias, pero sería muy triste que cuestiones personales las lleven a esta realidad. Nadie se merece que se aprovechen de su realidad, que es compleja, para tener disputas de poder.
En cualquier caso, el trabajo de formación se puede decir que es el pilar fundamental en la Real...
-Sí, para nosotros es fundamental. Nosotros estamos muy contentos y orgullosos de que la primera plantilla se nutra, en un porcentaje muy alto, de jugadores de la cantera, que es nuestra primera función. Pero esto también viene de una formación integral. Creemos que tenemos que seguir educando porque no todos van a seguir siendo futbolistas profesionales, pero todos deben salir de Zubieta con una formación que les valga para la vida. Y en eso tenemos mucho que decir y tenemos que hacer un esfuerzo.
En un escenario en el que cada vez llega más dinero a los clubes por parte de los derechos televisivos, ¿el futuro del club sigue estando en la cantera?
-Desde mi punto de vista, claramente sí. Se ha demostrado con los años que el fútbol guipuzcoano forma personas y forma jugadores para poder competir en la elite del fútbol español y de Europa. Y debemos tener en cuenta que, aparte de los jugadores de la primera plantilla, hay también entre 20 y 25 jugadores que no están en la Real pero que juegan en ligas de primera división europeas o en la Primera o Segunda División española. Es decir, que hay un volumen importante de jugadores que han pasado por Zubieta que son capaces de estar en el fútbol profesional. Por eso creo que la Real tiene que seguir apostando por la formación y este tiene que ser el pilar principal también en los próximos años. Y desde Gorabide trabajaremos intensamente en ello.
Y, por último, ¿qué opinión le merece la llegada de Roberto Olabe a Zubieta?
-La Real Sociedad ha fichado a Roberto Olabe para sumar en el trabajo de Zubieta, dentro de lo que es el fútbol formativo y el fútbol profesional. Es una persona que tiene un conocimiento exhaustivo de la Real y a partir de septiembre empezaremos a trabajar y todos sumaremos por el bien de la Real.