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En el Bernabéu cambió todo

Solo la impotencia del recuerdo de la ida en Madrid, con el balance de la derrota y las lesiones de Canales y Agirretxe, debería servir como motivación para la Real

En el Bernabéu cambió todo

donostia - Las temporadas de fútbol se hacen largas, sobre todo cuando se convierten en sonoros fracasos. A lo largo de las mismas se producen fechas claves que marcan un antes y un después en la trayectoria de los equipos. Uno de los más evidentes que ha vivido la Real se vivió en el partido del Santiago Bernabéu, en la penúltima jornada de la primera vuelta.

El equipo txuri-urdin se presentó en pleno proceso de adaptación a su nuevo entrenador, Eusebio. Las esperanzadoras sensaciones necesitaban un refrendo definitivo con un éxito importante ante un adversario o en un escenario de enjundia. La visita al coliseo blanco se presentaba como una excelente oportunidad para consolidar la remontada pero, pese a las buenas sensaciones por el gran juego desplegado, la cosa no pudo terminar peor. El balance fue desolador con la derrota por 3-1, tras el escándalo arbitral más sonado de todo el curso, y las lesiones de Canales y de Agirretxe, que se han perdido lo que quedaba del campeonato. La del cántabro se produjo en una jugada fortuita en solitario, pero la del goleador realista se la provocó Keylor Navas con una salida tan agresiva como arriesgada. Agirretxe llevaba entonces doce dianas cuando no se había superado el ecuador de la liga, y el de Usurbil solo tendría después una fugaz reaparición ante el Málaga, en la que anotó su decimotercer gol. El colegiado, el ínclito González González, no quiso señalar nada punible, como tampoco lo había hecho en un derribo flagrante de Pepe a Jonathas. Pero la cosa no quedó allí. El trencilla se inventó dos penas máximas en el área donostiarra, una por un mínimo contacto entre Yuri y Benzema, que se dejó caer de forma descarada, y otro por una mano también del zarauztarra pero que le impactó de rebote después de estrellarse la pelota en la pierna. No contento con eso, en la segunda parte, volvió a mirar hacia otro lado en un derribo de un Pepe que se pasó de frenada a Yuri y perdonó la segunda amarilla a Nacho, por una entrada nítida de tarjeta. El duelo dejó secuelas vitales a los realistas, como lo confirma que en menos de dos meses después afrontó un duelo ante el Málaga acuciado por las bajas con siete futbolistas distintos en su once.

Solo el recuerdo y la impotencia de lo que sucedió aquel día en plenas navidades debería servir como acicate para que los blanquiazules buscaran una revancha en Anoeta. Aunque no se juegan nada, la motivación ante los blancos siempre es máxima en la Real y este equipo pretende alimentar su leyenda de matagigantes.