el Celta, agarrado con sus 42 puntos a una séptima posición que se niega a soltar en favor de sus perseguidores, porque le podría conceder el billete europeo, afronta el partido de hoy ante la Real con el objetivo de no dejar puntos a un rival que le persigue.

A falta de jugadores importantes como el sancionado Orellana o el lesionado Tucu Hernández, el encargado de liderar las ofensivas celestes frente a los realistas será Iago Aspas, el hijo pródigo de Balaídos, con el permiso de un Nolito, que aún no ha recuperado su mejor estado de forma después de su lesión muscular.

El genio de Moaña, como reza su particular apodo, marcó el único tanto del Celta en la goleada que encajó el sábado pasado en el Santiago Bernabéu y estuvo a punto de anotar otro en la primera parte -el larguero escupió el balón- que pudo haber variado el rumbo del partido. Aspas tratará de seguir demostrando hoy su olfato goleador y firmar una de las muchas obras de arte que ha materializado desde su irrupción en la élite del fútbol estatal en la temporada 2012-13.

canterano Su debut en Primera División, cómo no, se produjo al abrigo de Balaídos, su preciado hogar. Canterano celtiña, su efusivo carácter y ardor guerrero no tardaron en cautivar a la hinchada celeste, entregada en cuerpo y alma a uno de los principales artífices del ascenso del Celta a Primera en verano de 2012.

En el ansiado regreso del club a la máxima categoría, Aspas se destapó con doce goles y una entrega ilimitada, empañada solo por su autoexpulsión en el derbi ante el Deportivo, siendo castigado con cuatro partidos de suspensión en un momento clave de la temporada. El enérgico, escurridizo y determinante punta de Moaña, sin embargo, regresó a tiempo para salvar al Celta. Una asistencia suya, tras jugada individual, dio pie al gol con el que el cuadro vigués evitó el descenso en la última jornada del campeonato.

Con la agradable sensación de haber cumplido su misión, Aspas, amado en Vigo, probó fortuna en el Liverpool, que desembolsó 9 millones de euros para hacerse con sus servicios en junio de 2013. Pero el viaje a la Premier League se convirtió en una amarga e inesperada pesadilla. El gallego sólo marcó un gol en los once partidos que disputó, por lo que decidió aceptar una oferta del Sevilla para completar la pasada temporada a las órdenes de Unai Emery, que tampoco dio a Aspas las oportunidades que reclamaba el delantero para volver a relanzar su carrera.

UN REGRESO SATISFACTORIO Fue en ese sombrío escenario, alejado de los vítores de un pasado cercano, en el que el de Moaña optó por regresar al Celta, que no dudó en apostar por su añorada estrella el pasado verano. Con Eduardo Berizzo en el banquillo, Aspas ha vuelto a sonreír y, al mismo tiempo, ha multiplicado las ilusiones de la afición celeste en un curso en el que ya suma nueve goles en la Liga, los mismos que Nolito. Entre los dos, junto con Orellana, forman una de las apuestas ofensivas más atractivas del campeonato, siendo el gallego el alma de un equipo decidido a hacer cosas importantes esta temporada.

A estas alturas de la película, nadie duda de que el Celta y Aspas forman la combinación perfecta. El ariete, referencia ofensiva del equipo dirigido por Berizzo, es consciente de que tanto su presente como su futuro, ahora sí, pasan por Vigo.

La implicación del punta es máxima en cada partido, como reflejan las seis cartulinas amarillas que ha visto en lo que va de campeonato.

Aunque más que por su entrega y su lucha constante durante los noventa minutos del partido, Aspas destaca por anotar goles importantes para el Celta, su equipo del alma. - N.G.