He aquí el motivo, señoras y señores, por el que en Gipuzkoa nadie había pronunciado aún la palabra permanencia. La Liga es como es, flojita, y por muy mal que juegues vas a ir ganando partidos aquí y allá que te van a evitar cualquier tipo de apuro. Al menos a equipos como la Real. Anoche sumamos tres puntos necesarios, que saben muy bien por lo que suponen, por la tranquilidad que generan de cara al derbi y por la moraleja que dejan en cuanto a la identidad de sus protagonistas. Ha sido el verano de los fichajes, de los desembolsos, de la ambición mal entendida. Y resulta que la primera victoria llega en la quinta jornada, basada en actuaciones inconmensurables de tres canteranos que componen el plantel desde hace años: Iñigo, Zurutuza y Agirretxe.

Eso en lo individual, porque ayer, en lo colectivo, no hizo falta lucirse. Fue suficiente una jugada aislada para marcar el 0-1. Y después, con ventaja en el marcador, y penaltis al margen, mantener la renta supuso una tarea relativamente sencilla para la Real, con licencia para recular unos metros y sumir de dudas el fútbol local. El Granada es un equipo de respuesta, no de propuesta, así que bastó con obligarles a llevar el peso y esperar a que se pusieran nerviosos, los jugadores y el público, mientras nosotros seguíamos a lo nuestro, esperar y aprovechar los espacios.

Me alegro por Agirretxe, el mejor, le traigan lo que le traigan. Me alegro por Zurutuza, que si está sano debe ser titular sí o sí porque, efectivamente, es de los que sacan las castañas del fuego. Pero me alegro, sobre todo, por Oier Olazabal, señalado sin sentido alguno por un entrenador que, al César lo que es del César, acertó poniéndole ayer. Lo contrario habría sido terminar de cargárselo. No pagamos 100.000 euros para que el chaval jugara en Granada. Los pagamos para seguir teniendo dos porteros en la plantilla de aquí a mayo. Ambos de plenas garantías.

Esta Liga es como es, flojita, y por eso nadie había hablado de permanencia tras el mal arranque; esta Real siempre sumará victorias

No fue necesario jugar bien para ganar en Granada; el equipo consiguió de la nada el 0-1 y a partir de entonces todo se le puso a favor