donostia. La Real va a denunciar a Prosegur por su carga contra un grupo de aficionados realistas al término del encuentro en San Mamés. La empresa con sede en Madrid se encarga de la seguridad en el recinto bilbaino los días de partido y despliega un dispositivo que supera las 50 personas. El Consejo realista no salía ayer de su asombro por la desproporcionada intervención con la afición realista, que fue presenciada desde el palco por parte de varios de sus componentes, que incluso se enfrentaron verbalmente a los agentes, a los que recriminaron su actuación.
El presidente Jokin Aperribay confirmó a este periódico que habían tomado la decisión de presentar una denuncia en las próximas horas porque "golpearon sin motivo a unos chavales y uno de ellos tuvo que ser atendido por nuestro cuerpo médico. Ellos están para proteger, no para agredir. Si sucediese eso en Anoeta, la empresa encargada cesaría en sus funciones inmediatamente".
Su vicepresidente y mano derecha, Mikel Ubarrechena, fue testigo directo y no se explica la contundencia de los agentes de Prosegur: "No hay por donde cogerlo. Nuestra afición había estado 15-16 horas en una cola en la calle para coger una entrada. Van a Bilbao, se comportan de una manera excelente y lo único que hacen es animar al equipo. Con los lógicos piques deportivos, pero sin encender una bengala o una pancarta ofensiva. Esto que pasó sucede con otra afición más conflictiva y hay heridos con navajas".
El hostelero relató cómo había vivido los hechos: "Acabó el partido y Jokin bajó al vestuario corriendo para decirles que fueran a saludar a la afición y a regalarles las camisetas. Estos volvieron a saltar al terreno, se las lanzan y, además, los cuatro o cinco jugadores suplentes comenzaron a ejercitarse a las órdenes de Troin. Estaba en el palco y de repente escuché a un inspector de Prosegur con un pinganillo que dice: Desalojar como sea a los aficionados de la Real. Porra en mano, había 20 miembros de seguridad, repartiendo golpes a destajo. Fue una acción desproporcionada, no venía a cuento ni tenía lugar".
Los seguidores blanquiazules no provocaron ni se enfrentaron a la seguridad: "Ese grupo estaba animando y no hizo nada para que se le tratase así. Yo me identifiqué y le pedí al inspector que parara eso como sea, pero me ninguneó y no me hizo ningún caso: No hay derecho, hay que pararlo por favor. Luego me contó Ansotegi que en el túnel de vestuarios escuchó a otro decir: Sacarlos a hostias".
Tras el incidente, se improvisó una reunión en una sala en el antepalco de San Mamés: "Como Consejo tenemos una responsabilidad con los aficionados a los que les dieron una paliza sin motivo. Además de pegarles, avisaron a la Ertzaintza y, mientras iban saliendo, les repartieron más golpes. El trato que nos dispensó después la Ertzaintza y Prosegur fue inaceptable. El Athletic, al menos, estuvo correcto. Entró a la sala y se interesó por la situación. No hay imágenes y lo sabían perfectamente. El jefe de seguridad del Athletic me dijo que no hubo ningún porrazo". Le contesté que cómo me podía "mentir así. Que para qué me habían metido en la sala para tratar el asunto, ¿para convencerme de lo que no había visto?".
Lo más increíble es que mientras se retiraban, varios miembros de Prosegur amenazaron a los consejeros realistas que estaban en el palco: "Los de Prosegur me retaban desde abajo: Baja, baja... Me insultaron casi todos, hasta el inspector que estaba en el palco. También vi cómo increpaban a los periodistas desplazados desde Gipuzkoa, a los que veíamos cómo protestaban con los brazos. Hemos pedido la cinta, pero nos han dicho que no pensaban dárnosla si no la requería un juez".
Ubarrechena reconocía que estaban indignados: "Mientras siga Prosegur no quiero volver a San Mamés. Yo sí les denunciaría. En el palco, que es muy abierto, nos han increpado mucho los dos años".