Cuando después de un partido de fútbol se habla de un árbitro rara vez suele ser para bien, sino todo lo contrario: lo habitual es que reciba críticas por un penalti no pitado (pese al VAR), por su actitud o, directamente, porque tu equipo ha perdido y hay que culpar a alguien.
En Filipinas se está hablando mucho de un colegiado pero no tiene nada que ver con críticas. Es bastante peor. Charlie Panes, un joven árbitro de 24 años, se encontraba dirigiendo un partido en la localidad de Bago City con total normalidad hasta que de repente se escuchó un estruendo acompañado de una potente luz amarilla que se dejó ver sobre la copa de un árbol que había junto al campo de fútbol.
Se trataba de un rayo, que rebotó en el árbol e impactó directamente sobre Panes, que como consecuencia perdió el conocimiento y se desplomó automáticamente. Por suerte fue atendido muy rápidamente por los servicios médicos que se encontraban en el campo y trasladado a un hospital, donde se recupera favorablemente.
Según cuenta el medio Now this News, el árbitro quiso tranquilizar pronto tanto a sus familiares como a los jugadores, técnicos y aficionados que presenciaron en directo el suceso. “Mi cuerpo se sentía muy caliente y perdí el conocimiento. Afortunadamente estoy bien y puedo contar que sigo vivo, ya que el rayo pudo haberme matado a mí o a otra personas”.
El incidente no le ha quitado las ganas de seguir arbitrando. “Tan pronto me recupere continuaré con mi deber como árbitro y terminaré ese partido”, anunció. Lógicamente, el encuentro quedó suspendido en el momento en que cayó el rayo.