no diga aventura, diga Txikon. Los editores de diccionarios andan apurados buscando una foto de Alex Txikon para ilustrar la palabra aventura. Será la única manera de encasillar a este lemoarra de 31 años. Alpinista, aizkolari y ahora saltador. Pero puestos a saltar, Txikon no se anda con tonterías. ¿Cuál es el lugar más alto desde el que alguien ha saltado en el Estado? Los registros y manuales de locuras varias decían que el récord estaba a 200 metros escasos por debajo de la cima del Naranjo de Bulnes, en los Picos de Europa. Un salto desde 2.300 metros de altitud esperaba retador a quien tuviese agallas y sintiese un total desprecio por el vértigo.
Pero los récords no se rompen de cualquier manera. Se hacen con estilo, dejando una huella. Así que Alex Txikon se buscó como socios a Patrick Gisasola y Darío Barrio, otros dos que no saben pasar una tarde de domingo en el sofá, y pusieron la diana en una cornisa, casi escondida en una ladera del Pico Veleta, en Granada. "Todo el mundo sabía que este salto estaba ahí, pero nadie lo había intentado", explica el propio Txikon. Dicha cornisa estaba, y seguirá estando, para quienes quieran darse el capricho de visitarla, a 3.200 metros de altura, por lo que saltar desde ella establecía un nuevo récord de España de salto BASE. Esta modalidad de salto es la especialidad más extrema del paracaidismo. Para los que no la conocen, consiste en lanzarse desde una plataforma fija y no desde un avión, helicóptero, globo o demás artefactos voladores. El objetivo, por supuesto, es aterrizar de una pieza y con vida.
Txikon y sus dos compañeros decidieron probar suerte ayer por la mañana. "Hemos salido a las 8 desde los albergues que hay más arriba de Sierra Nevada", relata el montañero vizcaino, "yo quería haber salido antes, pero lo cierto es que hacía mucho, mucho frío". Fue sobre las 11.30 horas cuando el trío de aventureros consiguió acceder rapelando al punto exacto desde el que querían realizar el salto. Las características de la ladera dificultaban la ejecución del salto. Txikon y el cocinero más aventurero de la televisión, Darío Barrio, consiguieron realizar sus respectivos saltos de manera impecable, pero Gisasola tuvo que solventar con extrema habilidad la complicación que se le presentó en forma de giro de 150 grados.
Con los pies de nuevo sobre las nieve y un récord ya en la mochila, Alex Txikon evaluaba la gesta: "Ha sido un salto muy difícil, sobre todo, en el plano psicológico. Nunca se había saltado desde ahí y eso es por algo, no es casual. He de confesar que todos hemos pasado mucho miedo. Por suerte, no había apenas viento y la pared estaba extraplomada. Los dos o tres primeros metros eran en ligero saliente y eso requería un buen salto, pero la repisa era muy pequeña... Ha sido complicado. Lo mejor ha sido el aterrizaje, sobre nieve, en un paraje maravilloso".
Con una muesca más en su historial de gestas imposibles, Alex Txikon no pierde el tiempo a la hora de pensar en el siguiente objetivo. En febrero intentará la primera ascensión invernal al Laila Peak (6.096 metros) con la compañía de un equipo formado por Ramón Portilla, Juanjo San Sebastián, José Fernández y Sebastián Álvaro. Es por eso que casi no tiene tiempo para recrearse en el hito recién conseguido. Eso sí, tiene claro a quién se lo dedica de una manera especial: "A mi padre, que se me murió hace dos años. En Navidades, mi madre me dijo que mi aita se murió con ganas de haber vuelto a Granada, a donde no había vuelto desde que hiciera la mili. Seguro que desde allí arriba habrá visto el salto. Va por él".