Aunque solo ve sombras y formas, la estadounidense Bojana Coklyat, una artista plástica de 33 años, hizo de su discapacidad una pasión: enseña arte a niños como ella, ciegos o deficientes visuales, en Jersey City, cerca de Nueva York. Siendo diabética, perdió la vista hace cuatro años por no haber cuidado de su salud. Tuvo que renunciar a su trabajo en una galería de arte y dejó de pintar. Hoy, Bojana Coklyat recibe a los visitantes con una gran sonrisa y una energía sin límites en su salón de clases de la Escuela para Ciegos St. Joseph de Jersey City, rodeada de estudiantes entusiasmados.

Al principio ofreció sus servicios voluntariamente. "La escuela tenía un salón precioso para las artes, pero no tenía docente", dice. Si su proposición sorprendió entonces, dos años después, su aportación se ha vuelto esencial. Incluso se logró presupuestar el dinero para pagarle un salario. En un curso reciente, les enseñó arte a once ciegos: dos adolescentes y nueve alumnos del jardín de infancia. Los más grandes han interiorizado las nociones de azul, amarillo, rojo o blanco, pero no los ven. Cuando no está enseñando, Bojana Coklyat pinta en su casa.