En la sesión del miércoles en el Congreso, el Gobierno español no solo perdió la votación para reducir la jornada laboral hasta las 37 horas y media a la semana. También se dejó jirones en su relación con Junts, uno de los partidos imprescindibles para que la legislatura del socialista Pedro Sánchez aguante. Es cierto que, a principios de año, cuando rechazó el decreto ómnibus que incluía las ayudas al transporte, Junts ya tomó una decisión que el Gobierno español u otros aliados no compartieron porque implicaba tumbar iniciativas con buena prensa a nivel social, pero esta vez el foco está en que Sumar ha perdido la medida con su dura respuesta a un aliado necesario. Ante la mirada preocupada de los propios representantes socialistas, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de Sumar, arremetió desde la tribuna de oradores contra Míriam Nogueras por haber tumbado su medida estrella y por haber votado lo mismo que el PP y Vox. Llegó a entrar en el terreno de lo personal cuando aseguró que ambas encarnan la lucha de clases, y que Nogueras defiende el capital y a los que están “forrándose” en Catalunya. En intervenciones ante los medios, añadió una acusación de “chantaje”, dando a entender que Junts le pedía alguna contrapartida al margen de lo laboral. 

Ministros socialistas han intentado que baje la temperatura, con María Jesús Montero y Félix Bolaños lanzando mensajes de respeto a Junts. La situación es delicada, porque Junts es ya de por sí el aliado más impredecible de Sánchez por la compleja situación en Catalunya, y porque el nivel de cumplimiento de su pacto no es el que debería y el PP ha torpedeado en Europa una de las medidas clave, el reconocimiento del catalán. Desde el PSOE inquieta la posibilidad de que se repita la suma de PP, Vox y Junts en otras votaciones económicas, laborales o relacionadas con la vivienda. Y, en este contexto, Sumar trató este sábado de justificar y quitar hierro a la dureza de Yolanda Díaz, dando a entender que no le quedaba otra porque hubiera sido extraño que solo criticara a dos de los tres grupos que tumbaron la medida, e incluso dijo que los carteles de las protestas en la calle señalaban a Junts. Pero, al mismo tiempo, volvió a lanzar mensajes que pueden denigrar la posición de Junts: por boca de su portavoz Verónica Martínez Barbero en Radio Nacional de España, dijo que las caras de Junts y del PP en el hemiciclo “eran de derrota, no aplaudió nadie el resultado de cargarse una norma emblema de este Gobierno”. 

“Estaban arrepentidos”, dijo, para añadir que se produjo “un silencio atronador en el hemiciclo tras la votación”. En cualquier caso, la portavoz de Sumar insistió en que va “a seguir apostando por la reducción de la jornada laboral, que tiene la marca de Sumar”. Cuando se le preguntó si hay margen para que se apruebe, continuó hablando en clave de presión social porque “la gente quiere la reducción de la jornada y eso se va a ganar”. “Con Junts vamos a seguir negociando”, confirmó en otro momento. Cuando le preguntaron si el tono de Yolanda Díaz fue el acertado, respondió que “la ciudadanía no entendía lo que estaba haciendo Junts”, que “todos los carteles” en las protestas decían “Junts, di que sí”, y que Sumar no podía hacer otra cosa que decir públicamente que no le gustaba su actitud. 

Critica el aplazamiento de la negociación

La portavoz de Sumar añadió que habían aplazado la votación de la medida hasta después del verano para poder negociar, y ni por esa vía han conseguido un acuerdo. Le preguntaron también si hace autocrítica, e insistió en que Sumar tenía que cumplir ese compromiso con la ciudadanía. Tampoco ve tocado el liderazgo de Díaz, que “ha traído los debates que le preocupan a la gente” y que “siempre ha sido el referente” de este movimiento.

El escollo con el PNV

El PSOE está inmerso en una nueva fase de cortejo a Junts en un momento delicado tras el estallido del caso Cerdán y sin un solo Presupuesto aprobado en esta legislatura. Desde Catalunya, el president Illa se ha reunido con el expresident Puigdemont. El PNV, que rechazó las enmiendas a la totalidad de PP, Vox y Junts, también opina, sin embargo, que una ministra no puede descalificar a un grupo por el mero hecho de que le tumbe una medida. No cree que fuera un movimiento hábil. Cabe recordar que el PNV tiene un frente abierto con Díaz, porque de ella depende la transferencia de las ayudas del desempleo que no lograron acordar en julio.