La decisión unilateral del Gobierno español de poner en marcha un macrocentro de refugiados en Gasteiz no ha sido bien recibida por la mayor parte del arco político y ha suscitado intensos debates en las asambleas vecinales de la localidad. La ministra Elma Saiz insistía el pasado mes de mayo en que el centro se va a abrir en la antigua clínica Arana y avisaba de que los 16 millones de euros estaban ya en ejecución. Pero, en mitad de toda esta polémica, la alcaldesa de Gasteiz, la también socialista Maider Etxebarria, está empezando a proponer un reajuste en sus dimensiones, y bajar el número de plazas previstas de 350 hasta las 200. Sin embargo, el PNV ha respondido que, aun así, seguiría siendo un macrocentro, y ha querido evidenciar el problema que se puede producir para dar una atención digna a esas personas por la futura saturación a nivel sociosanitario. Los jeltzales insisten en que la atención debe ser personalizada y digna como lo establece el “modelo vasco”, y la presidenta de la Ejecutiva del PNV en Araba, Jone Berriozabal, descartaba este sábado el movimiento de Etxebarria: “ni 350, ni 200; 200 sigue siendo un macrocentro”. A modo de dato, desde la izquierda, EH Bildu tampoco acepta el planteamiento de los grandes centros y, con un argumento idéntico al que utilizaba en julio la consejera Nerea Melgosa, su parlamentaria Eraitz Saez de Egilaz se ha preguntado en Radio Euskadi por qué se quiere para los migrantes un modelo de grandes centros que se rechaza para las residencias de las personas mayores.

El PNV dejó claro que su posición no ha cambiado a través de unas declaraciones de Berriozabal. “El PNV siempre ha estado en contra del macrocentro de Arana, un modelo de acogida que el Gobierno español quiere imponer a Gasteiz, contrario a la opinión generalizada de la ciudadanía y que el Gobierno español ni siquiera quiere para otros lugares”, dijo. En este sentido, en algunos ámbitos han deslizado que al Gobierno español le seduce la idea de utilizar los fondos europeos Next para rehabilitar un edificio de la Seguridad Social. “Ni 350, ni 200. Con 200 sigue siendo un macrocentro que choca con el modelo vasco de acogida que prioriza los centros más pequeños. Nos preocupa el impacto que puede tener en los servicios educativos, sociales... Hay que repensar lo que se está haciendo. El PNV va a seguir trabajando para que el Estado rectifique y paralice el centro. Es nuestra obligación mantener una posición contraria al mismo”, avisó.

El PSE coincide en la "coordinación" pero defiende a la alcaldesa

En el Parlamento en las Ondas de Radio Euskadi, EH Bildu coincidió en que la atención debe ser “personalizada y descentralizada”, sin decisiones “unilaterales”, y avisó de que no es justo pedir para los migrantes un modelo masificado que no se quiere para las personas ancianas.

Desde el PSE, Ekain Rico centró sus dardos en el PP y en su rechazo a un pacto de Estado sobre migración, en lugar de ir a la confrontación abierta con sus socios del PNV. Pero quiso aclarar que “no estamos hablando de menas ni migrantes en situación irregular”, sino que el centro acogerá a refugiados, y apeló a la solidaridad de las personas que se vuelcan en la denuncia del genocidio en Gaza. Ahora bien, compartió que las decisiones no pueden ser “unilaterales” y se debe “reforzar la coordinación”, aunque quiso poner en valor que la alcaldesa va a abrir algunos servicios del centro a los vecinos para facilitar la “integración” de los acogidos. El PP se ha embarcado en una recogida de firmas como ya hizo Javier Maroto con la RGI, y este sábado se ha centrado en criticar el baile de cifras “poco riguroso” y que Melgosa pida “80 o 100” plazas.