Creo recordar, si la memoria no me falla, que tuve ocasión de conocer personalmente a Andoni Ortuzar en la antigua sede de EITB de Durango, cuando ostentaba el cargo de director general. Durante muchos años y debido a nuestras respectivas responsabilidades políticas, hemos mantenido una relación fluida más allá de la legítima disputa política en la defensa de nuestros respectivos proyectos políticos. En los últimos años esa relación (la mayoría de las veces desarrollada con la discreción necesaria y fuera del foco mediático) se ha intensificado notablemente. Y no debiera de sorprendernos, puesto que una relación fluida entre los representantes de las dos grandes familias abertzales de Euskal Herria no solo es necesaria, sino que es absolutamente imprescindible. En la cultura política de la izquierda independentista vasca que yo represento, mantener siempre vías de diálogo y colaboración forma parte de nuestro ADN político. Nuestro pueblo también debe de saber que, a pesar de las discrepancias políticas, por encima de declaraciones políticas más o menos agrias, no solo hemos mantenido un espacio de diálogo honesto, sino que hemos construido un espacio de confianza política que no podría haber existido sin la apuesta decidida de Andoni para que así fuera.
Creo sinceramente que los abertzales en nuestro país no podemos seguir estando en la suma cero. Creo sinceramente que ese espacio de confianza que habíamos logrado construir nos estaba permitiendo desbrozar el camino para alcanzar acuerdos en diferentes ámbitos de interés para nuestra vieja nación vasca. El mérito de haber construido durante años de innumerables encuentros la confianza suficiente como para encontrar, más allá de la confrontación política del día a día, cimientos para construir acuerdos de más largo alcance no habría sido posible sin el concurso de Andoni, entre otros. Ahora toca aprovechar el camino andado y los avances que habíamos ido dibujando.
He dicho que, como es lógico y legítimo, teníamos y tendremos grandes discrepancias en términos políticos, pero creo que es más constructivo hoy poner el acento en el esfuerzo de estos últimos años por no ocultar las diferencias, pero poniendo el acento en los posibles acuerdos.
Concluyo con una reflexión en términos personales: más allá de la política creo que puedo decir que durante estos años también hemos labrado una intensa relación personal. Probablemente el agudo sentido del humor nos ha ayudado a ambos a respetarnos desde la discrepancia y a la búsqueda de encuentros necesarios para nuestro país.
No puedo sino significar y reconocer su figura como presidente del EBB deseándole en lo personal lo mejor en esta nueva fase. Estoy seguro de que nos seguiremos viendo. Besarkada handi bat!