La izquierda abertzale tiene todo preparado para abordar en los próximos días un cambio sustancial de su organización, estrategia y modus operandi. Este fin de semana afronta en Iruñea su tercer congreso en el que se asimilará a un partido político al uso, pese a mantenerse como la coalición en la que cohabitan Sortu, Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba. Pasará a ser una formación con su militancia, estructura y espacios de decisión propios y todo ello con Arnaldo Otegi al frente, que acumula más de una decena de años como principal referencia de su marca y que llegará al final de su mandato con 70 años cumplidos.

Otegi saldrá del congreso del fin de semana en el Baluarte de Iruñea como timonel de la izquierda abertzale, sin ninguna alternativa confirmada. Su trayectoria política va más allá de la fundación de Sortu en 2011 y un año después Bildu, en los que ha estado al timón de la nave. En las décadas anteriores, tras dejar atrás su militancia en ETA, ya participó en la vida política y parlamentaria en representación de Herri Batasuna. En 1995 obtuvo su primer acta como diputado vasco y tuvo un papel destacado en el Pacto de Lizarra-Garazi que llevó a la tregua de la banda armada.

Tres décadas después se mantiene como timonel de la izquierda abertzale, sin que los vientos de renovación en la política tan reclamados en los últimos tiempos -incluso por el propio Otegi- parezca que le afecten. De su mano, EH Bildu ha estado más cerca que nunca de lograr un lehendakari de la izquierda abertzale, a pocos miles de votos del PNV en las últimas elecciones autonómicas.

Otegi llegará al congreso como coordinador general de EH Bildu y saldrá como secretario general. No se trata de un mero cambio de nombre, sino la consecuencia ineludible de otro cambio de más calado, ya que la formación pasará a tener un esquema bicefálico: por un lado, la Mesa Política que se reunirá cada dos meses y estará integrado por 37 personas; y, por otro, la ejecutiva, que llevará el día a día de la formación, capitaneada por el secretario general.

En su origen, los partidos que integraban la coalición (los tres actuales más la desaparecida Aralar) se repartían las portavocías. Sortu llevaba la batuta, pero el resto de los partidos tenían cierto peso y un representante en la Mesa Política, hasta ahora el máximo órgano de dirección, y una ejecutiva al mando de Otegi, pero con personas de EA y Alternatiba.

En el nuevo esquema, Eba Blanco e Idurre Bideguren (EA) y Oskar Matute (Alternatiba) mantendrán su representación en ese foro, pero estos dos partidos no estarán representados en la ejecutiva, formada por dieciséis personas. De confirmarse, la hegemonía de Sortu será absoluta y tendrá como compañeros de viaje a dos formaciones cada vez más diluidas y con un reducido peso interno e influencia. De este modo, Sortu consuma la toma de control de EH Bildu ya iniciada en los años anteriores.

Sin plancha alternativa

La dirección de la coalición ha presentado en los últimos días la candidatura propuesta por la actual Mesa Política y la ejecutiva permanente. Los militantes votarán a partir del miércoles de manera telemática, pero ya se sabe que la plancha encabezada por Otegi no tendrá rivales ya que no se ha presentado ninguna candidatura alternativa. Todos los integrantes de la lista oficial de la ejecutiva también forman parte de la plancha de la nueva Mesa Política, de modo que queda blindado el núcleo duro actual y la continuidad de la estrategia y las políticas que desplegará la izquierda abertzale tradicional

En la ejecutiva, Otegi estará nuevamente acompañado de personas como Sonia Jacinto (secretaria de Organización), Arkaitz Rodríguez (secretario de Acción Política) o Miren Zabaleta (responsable política de Nafarroa Garaia), que encarnan el núcleo duro de la izquierda abertzale que le ha acompañado en los últimos tiempos. Todos ellos fueron condenados por el Tribunal Supremo en 2012 a penas de entre seis y seis años y medio de cárcel en el sumario Bateragune por el intento de reconstruir Batasuna. En 2018 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que el juicio no fue imparcial ni tampoco justo.

También se proponen en esa lista a miembros que han acompañado a Otegi en diferentes puestos durante los últimos años, como Nerea Kortajarena (secretaria de Programas), Gorka Elejabarrieta (secretario de Relaciones), Unai Urruzuno (responsable de Política Institucional), Onintze Oleaga (responsable de Udalgintza), Imanol Nieto (Eraketa), Igor Zulaika (Política y Relaciones Internacionales) y Gari Mujika (responsable de Comunicación y mano derecha de Otegi).

Asimismo, se incluye a Ibon San Saturnino como responsable político de Araba, Nahia Sanz como responsable de Bizkaia, Nekane Zinkunegi, de Gipuzkoa, y completa la candidatura para la ejecutiva Pello Otxandiano. El portavoz del grupo parlamentario en la Cámara Vasca es considerado el nuevo ideólogo de la izquierda abertzale en estos tiempos post-ETA y presenta un perfil aparentemente más moderado. Está llamado a suceder a Otegi al frente de la izquierda abertzale, aunque en su primer intento en las pasadas elecciones autonómicas en las que fue cabeza de cartel no logró su objetivo, a pesar del mal momento electoral del PNV en dichos comicios.

Ponencia política

Apuesta por el protagonismo

Giro estratégico. La nueva dirección deberá seguir los principios establecidos en la ponencia política en dos direcciones: por una parte, tendrán que “trabajar para cambiar el modelo de relación con el Estado y un nuevo estatus político para Euskadi”, y por otra, defender e impulsar políticas antineoliberales. Para ello, será necesario poner en marcha “una gran transformación”. Se reconoce un giro a sus posiciones históricas de boicot y veto a las instituciones del Estado para a través de la real politik y del pragmatismo avanzar en cotas de soberanía y en políticas de progreso. La asunción de este volantazo lleno de contradicciones subyace en el documento político como base para proyectar la nueva estrategia a encarar los próximos años.