El PP insiste en la estrategia de revertir mediante la presión en las calles el resultado que arrojaron las urnas en las elecciones generales del 23 de julio de 2023. Los populares buscan desalojar, apenas 10 meses después de su gestación, al Gobierno español que Pedro Sánchez ha construido –no sin superar numerosos escollos– junto a Sumar y las fuerzas soberanistas catalanas y vascas.

Y para ello no ha dudado en convocar la enésima manifestación en Madrid para tratar de parar la aplicación de la amnistía –que entrará en vigor esta misma semana– y en favor de un adelanto electoral. En todo caso, las concentraciones auspiciadas por los conservadores solo parecen lograr desatar la guerra de cifras: mientras que la formación de Génova contabilizó en “cerca de 80.000” los asistentes a la Puerta de Alcalá, la Delegación del Gobierno los rebajó a 20.000 personas.

El PSOE se apresuró a valorar que el poder de convocatoria de los populares ha menguado considerablemente. En un mensaje en la red social X aseguró que “la Puerta de Alcalá es testigo” de que la concentración ha cosechado “nueve veces menos (asistentes) que en noviembre del 2023”.

En la misma red social, el secretario de Organización del PSOE y diputado socialista, Santos Cerdán, resaltó que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, “pinchó en su intento de gobernar aupado por Vox el 23-J”, ya que las ciudadanía “los paró en las urnas”. “Quien se nutre de confrontar, nunca busca una solución. Quien se abraza a la ultraderecha, siempre será parte del problema. Este #9J volveremos a pararlos”, afirmó el dirigente socialista.

Con la plana mayor del PP presente –especial mención a la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, así como a los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar–, el líder del partido Alberto Núñez Feijóo señaló que la única salida a la situación abierta por Sánchez es convocar unas nuevas elecciones. “Ya que le gusta tanto presumir de cambiar de opinión y dado que es incapaz de aprobar ninguna ley y al final acaba retirándolas, le pido que retire la ley de amnistía”, añadió respecto a la norma que se aprobará este mismo jueves en el Congreso.

“Ya que la legislatura está perdida y ya que el Gobierno tiene el país parado”, le pidió además “que ponga punto final, que disuelva las Cortes y convoque elecciones”. “Nos ha engañado a todos, a los suyos también”, ahondó Feijóo durante el mitin, y apostilló que España “no se vende” y que todos los ciudadanos son “iguales ante la ley”.

Hasta en cinco ocasiones ha convocado el PP concentraciones en Madrid para incrementar la presión sobre Sánchez. Todas, además, con un escenario muy similar de banderas españolas al viento y numerosas pancartas por la dimisión del líder socialista con lemas como España contra la amnistía y la corrupción, dimisión ya; Sánchez traidor y mentiroso o Rata vende patria. Las propias elecciones europeas del 9 de junio se han erigido en una especie de plebiscito para calibrar las fuerzas entre el PSOE y el PP. Y del resultado de esa batalla dependerán los pasos de Génova de cara a derribar las puertas de Moncloa.

Feijóo lo tiene claro. “Estamos hartos de la arrogancia, de la mentira, del egoísmo. ¿Y por qué? Porque nos han vendido a todos los españoles por siete votos. Porque tenemos un país que está parado”, profundizó sobre una supuesta parálisis contra la que existiría un antídoto: votar al PP este 9-J. “Será la victoria de España para todos”, vaticinó el popular.

Controlar el Estado

Cumpliendo su papel de ariete contra Sánchez, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le acusó de proceder a estilo y semejanza de “la Venezuela de Nicolás Maduro”. “Quiere dividir y controlar los tres poderes del Estado”, insistió, y lamentó que la inminente aprobación definitiva de la ley de amnistía, este jueves en el Congreso, era una cuestión “inconcebible, hasta que a Sánchez le hacían falta siete votos (los de Junts). Ahora ha empezado a perseguir a los jueces fachas con toga”, aseveró, y llamó a frenarle plantando cara con la única “alternativa” posible, que es activar el “voto antiSánchez” del PP.