A las 17:14 horas de este lunes, como cada año, ha arrancado la manifestación independentista convocada por la ANC con motivo de la Diada del 11 de septiembre, esta vez con la asistencia de ERC, además de JxCat y la CUP, y en un contexto de negociación de la investidura del próximo presidente del Gobierno español.

En esta ocasión, la manifestación parte desde cuatro puntos distintos de Barcelona -Estación de Sants, sede de Hacienda, Ciudad de la Justicia y Escuela Proa en el barrio de la Bordeta- para confluir en la plaza Espanya, donde a las 18:15 horas está previsto un acto político con parlamentos.

El acto, presentado por la escritora Iolanda Batallé y el activista y exlíder de Podem Catalunya Albano-Dante Fachin, contará con las intervenciones del presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), Jordi Gaseni, el cantautor Lluís Llach en nombre del Consejo de la República, el presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, y la presidenta de la ANC, Dolors Feliu.

Los emplazamientos de partida de las cuatro columnas de manifestantes han sido escogidos por su simbolismo: la Ciudad de la Justicia para denunciar la "represión" contra el independentismo, la Escuela Proa para reivindicar la defensa de la lengua catalana, la Estación de Sants para protestar por la falta de inversión en Cercanías y la sede de Hacienda para denunciar un "expolio fiscal".

A la manifestación acuden los cabezas visibles de los partidos independentistas, incluido esta vez el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ausente el año pasado, mientras que el presidente de ERC, Oriol Junqueras, no asistirá porque ha dado positivo en covid.

Además de numerosas banderas 'estelades', entre los asistentes a la manifestación se observan carteles con lemas como "Los políticos hacen, los jueces deshacen", "Govern dimisión", "Independencia o dimisión" o "Aragonès no hace nada", en sintonía con las críticas de la ANC a la estrategia negociadora del ejecutivo de ERC.

La manifestación será un termómetro para calibrar el poder de convocatoria de la ANC, después de que el año pasado ya empezara a percibirse cierta desmovilización ante la división independentista, que llevó a ERC a desmarcarse de la convocatoria por las críticas de los organizadores a su estrategia de diálogo con el Estado.

Las calles de Barcelona volverán a tomar el pulso a las bases independentistas, en pleno debate sobre si ERC y JxCat deben negociar la investidura del próximo presidente del Gobierno bajo la condición de que se apruebe una amnistía para los encausados por el 'procés'.