Junts per Catalunya se ha convertido en la pieza fundamental para la estabilidad de las instituciones españolas tras el escenario que arrojaron las urnas el pasado mes de julio y su alma máter, Carles Puigdemont, en un político codiciado por sus siete votos en el Congreso que se antojan imprescindibles para la conformación de una mayoría que invista a Pedro Sánchez.

De esta manera, Puigdemont, tras sufrir represión, exilio, persecución internacional, lawfare y espionaje por parte del Estado; ha pasado ahora a ser el centro de atención de las formaciones españolas progresistas, sabedoras de que van a necesitar los votos independentistas en una investidura.

Así las cosas, el fundador de JxCat, a pesar de que ya no ostenta cargo alguno en la Ejecutiva de su partido, ha optado por implicarse personalmente en la negociación que en breve dará comienzo para tratar de llegar a un acuerdo de investidura con los socialistas, lo que no se antoja nada fácil.

Según publicó ayer el rotativo Ara, el president en el exilio ha decidido liderar el equipo negociador de JxCat en las conversaciones con el PSOE, que intentará que los posconvergentes faciliten, a cambio de ciertas prebendas, la reelección de Sánchez.

En este proceso de mediación con Junts interviene también estos días, a petición de Sumar, Jaume Asens, exportavoz de los comunes en el Congreso que mantiene desde hace años una estrecha relación con Carles Puigdemont.

En cualquier caso, el acuerdo parece muy difícil de momento, dado que Junts recuerda que sus principales exigencias son las que viene reclamando desde hace años: la amnistía de los procesados por el 1-O y un referéndum de autodeterminación para Catalunya.

Moncloa, por su parte, pide a los independentistas que aparquen estas exigencias que ven inasumibles y fuera de la realidad, y les reclama que se centren en propuestas de autogobierno, financiación o transferencias.

Más allá de la participación de Puigdemont en el equipo negociador de JxCat, también van a estar en él, previsiblemente, Míriam Nogueras, portavoz en el Congreso y persona de la máxima confianza de Puigdemont y de su corriente más cercana en el partido; y Jordi Turull, secretario general del partido y de un perfil más pactista.

Dadas las dos almas que conviven en Junts, es complicado hacer cábalas y no está nada claro a día de hoy si las conversaciones con el PSOE pueden llegar a dar frutos.