El PSOE sigue haciendo gala de las conquistas sociales que cree que se han alcanzado bajo sus mandatos y de una defensa numantina del sostenimiento de los derechos básicos en el Estado. La sanidad es uno de los pilares de esa estrategia, más si cabe viendo cómo el modelo del PP se va imponiendo –Díaz Ayuso mediante– en algunas regiones como la Comunidad de Madrid. Y ayer, en Málaga, el presidente español Pedro Sánchez se reafirmó en que “frente al que se cure quien pueda del PP, nosotros defendemos una sanidad pública, digna, de calidad, gratuita y universal”. “No podemos olvidar la importancia de tener una sanidad pública, universal y gratuita y por eso, ante el modelo del Partido Popular de que se cure quien pueda, nosotros defendemos una sanidad pública digna, de calidad, gratuita y universal”, profundizó el presidente.

La cuestión de la sanidad no es un tema baladí. No, al menos, a la vista de que algunas comunidades comandadas por el PP se habrían abrazado a “un modelo neoliberal”, intensificado además por la pandemia del coronavirus que ha hecho que las costuras del sistema sean más visibles que nunca. Puso como ejemplo lo que acontece en Andalucía, donde su presidente Juanma Moreno Bonilla “no deja de transferir recursos a la sanidad privada permanentemente”. “En Andalucía se está deteriorando la medicina pública”, agregó, mientras “en los cajones, por incapacidad de gestión del Gobierno de Andalucía”, quedan los fondos que llegan del Gobierno español. Frente a esa receta popular, Sánchez –que estuvo en la ciudad andaluza en la presentación de la candidatura socialista de Dani Pérez a la Alcaldía– contrapuso el estilo PSOE, el de ir “reconstruyendo todo lo que quebró la respuesta neoliberal a la crisis financiera con una respuesta completamente distinta”.

Otro tanto a lo que acontece en Andalucía ocurre en la Comunidad de Madrid dirigida por Ayuso, que tuvo que afrontar ayer una manifestación de unas 250.000 personas, según datos de la Delegación del Gobierno en la comunidad, y un millón de personas, según los organizadores. El objetivo fue protestar contra el “desmantelamiento” y la “privatización” de la Atención Primaria. A la marcha se adhirieron partidos políticos de la izquierda, sindicatos y distintas organizaciones ciudadanas, además de otras entidades sociales, que reivindicaron la necesidad de blindar lo que consideran como “la joya de la corona” del sistema público español. La eurodiputada de Unidas Podemos y portavoz federal de Izquierda Unida, Sira Rego, instó a “Ayuso y los del PP” que “dejen de recortarnos la vida, los servicios públicos y las condiciones laborales del personal sanitario”. “Madrid”, se lamentó, es “donde más ha descendido la esperanza de vida en los últimos años”.

“Esto tiene mucho que ver con la laminación de los servicios públicos y con la pérdida de un derecho fundamental como es el del acceso a la atención primaria de calidad”, puntualizó Rego. El PSOE estuvo representado en la manifestación por el candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, o la ministra de Industria y alcaldable por Madrid, Reyes Maroto. Además de en la capital española, también hubo marchas de similares características en Galicia y Castilla y León, en Santiago de Compostela y Burgos, concretamente.