Nadia Calviño ha subido este viernes las escalinatas del Palacio de Ajuria Enea para reunirse con el lehendakari comentando que la gélida temperatura empezaba a dar una tregua con los primeros rayos de sol, un comentario que se puede aplicar también al resultado de esta cita: un deshielo en las relaciones entre ambos gobiernos tras el malestar de la parte vasca por la gestión de los fondos europeos, con escasa participación de las autonomías. El encuentro entre la vicepresidenta española y el lehendakari en Ajuria Enea se convocó tras la carta que le envió Iñigo Urkullu a finales del año pasado, y no se ha saldado con la satisfacción del 100% de las reivindicaciones vascas, pero sí se ha abierto un camino y se ha arrancado una mayor capacidad de decisión para Euskadi, la principal reivindicación vasca. El encuentro se ha saldado con seis acuerdos, entre los cuales destacan que el Gobierno de Urkullu podrá decidir qué proyectos se financian con los 20.000 millones del fondo de sostenibilidad de las comunidades autónomas. Este fondo es una parte de la adenda que Calviño va a enviar a Bruselas para que el Estado acceda a 84.000 millones en concepto de préstamos del mecanismo de recuperación y resiliencia, a los que se sumarán 7.700 en transferencias directas de dinero. La adenda se enviará en marzo y el acuerdo ha llegado antes, como pedía Urkullu.

El lehendakari había pedido expresamente a Calviño en su carta claridad sobre los 20.000 millones, que las comunidades puedan decidir qué se financia con ellos, y que el Estado no se limitara a hacer y deshacer. Dentro de esos 20.000 millones, no se ha fijado un porcentaje para Euskadi. Pero la consejería de Hacienda de Pedro Azpiazu cree que puede caer un buen pellizco porque dependerá de la capacidad de absorción vasca, es decir, dependerá del número de proyectos que tenga, y tiene una buena remesa en especialización inteligente. Para la parte vasca, se cumple así su exigencia de influir en el Perte regional. 

Este y el resto de compromisos aportan algo de paz a la relación con el Gobierno de Sánchez, donde el PNV ha denunciado el incumplimiento de algunos acuerdos, la imposición del macrocentro de refugiados en Gasteiz o la falta de avances con las transferencias. El compromiso se asume además en 2023, el año que ha marcado en rojo Azpiazu como el momento clave para el aterrizaje del dinero en el tejido productivo.

Disfunciones en las subvenciones

La capacidad de decisión sobre el fondo de los 20.000 millones es, en todo caso, solo sobre una parte del paquete total. Sigue habiendo resistencias a que todo el dinero de los préstamos se pueda decidir desde Euskadi. Sobre la otra parte, las subvenciones o transferencias directas, en línea con el compromiso asumido por Calviño en la reciente conferencia con las comunidades autónomas, se permitirá flexibilidad. Significa que Euskadi podrá dirigir a otros proyectos el dinero que quería destinar el Estado a iniciativas que no tienen éxito en tierras vascas o no responden a sus necesidades y que se iba a quedar, por tanto, sin adjudicar realmente. En concreto, se ha alcanzado un acuerdo para reprogramar el plan de banda ancha en polígonos industriales y habrá reuniones bilaterales para hablar de otros programas que cojean sobre la educación de 0 a 3 años. 

Visitas de comisionados

El Estado se sigue reservando una parcela también para la gestión de los préstamos a través de sus propios mecanismos. Pero se ha alcanzado un compromiso que podría facilitar las cosas a las empresas: la visita de los comisionados de los proyectos estratégicos (Perte) a Euskadi antes de Semana Santa para que conozcan de primera mano sus proyectos y sus trabas burocráticas. El plazo lo confirmó de viva voz la propia Calviño. Los comisionados son los representantes nombrados por el Estado para coordinar los proyectos estratégicos. En concreto, van a visitar Euskadi los responsables del vehículo eléctrico y conectado (2.870 millones en juego), descarbonización industrial (3.100 millones), agroalimentación (1.450 millones), y microelectrónica y semiconductores (12.250 millones). El Gobierno vasco organizará sesiones informativas y visitas a los proyectos que decida, lo que espera que tenga dos efectos: que se escojan los proyectos vascos, y que las empresas puedan dar a conocer y superar las dificultades burocráticas.

No computará como déficit

Por otro lado, los préstamos de los fondos europeos no contarán como déficit para las comunidades, siempre que se movilicen a través de operaciones financieras. Esto significa que, por ejemplo, si se movilizan a través del Instituto Vasco de Finanzas, no computarán como déficit. Computarían como deuda, siguiendo un esquema similar a los bonos MRR que pedía Urkullu. En el caso vasco, existe como referencia el modelo de los bonos sostenibles de endeudamiento, condicionados a destinar el dinero a actuaciones concretas.

Carta de Sánchez: corredor de hidrógeno

El presidente español, Pedro Sánchez, asimismo, envió la semana pasada una carta al lehendakari para reconocer el potencial de los proyectos del corredor del hidrógeno, se compromete con los proyectos vascos relacionados con las interconexiones transfronterizas en materia de transporte y energía, y analizará una propuesta de almacenamiento de hidrógeno en suelo vasco, como reconoció Calviño tras la cita. El corredor vasco del hidrógeno podría absorber recursos extra del fondo Repower EU. En este terreno, Euskadi es uno de los territorios donde se ubicará uno de los proyectos innovadores y uno de los primeros ejes de la red troncal de hidrógeno verde.

Aplicar el Concierto Económico

Otro de los acuerdos permitirá aplicar el Concierto Económico a los fondos que van a financiar competencias que obran en poder de Euskadi, lo que ofrece la posibilidad de que se cubra de algún modo el gasto. Se refiere al fondo por bonificar la I+D en el Impuesto de Sociedades y la reforma del IMV, donde se crearán grupos de trabajo.

En total, se anunciaron seis acuerdos tras un encuentro en el que también estuvo presente el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, y que en sí mismo fue reivindicado como algo positivo por el lehendakari. Responde a la carta que le envió a finales del año pasado a Calviño, en la que solicitaba una reunión técnica de los gobiernos. Urkullu y Calviño comparecieron de manera conjunta en rueda de prensa, y el lehendakari consideró “positivo” el encuentro y vio un “paso adelante”. Tampoco restó valor a que esta cita se haya vuelto a producir en Ajuria Enea, un año después del último encuentro. 

La vicepresidenta española calificó de “productiva y constructiva” la reunión, aunque en ningún momento reconoció una ausencia de cogobernanza, y dijo que el peso de la empresa vasca es palpable en los proyectos del vehículo eléctrico, como lo acreditaría el liderazgo de la planta de Mercedes. Moncloa se sigue reservando cierto control con el argumento de que debe dotar de coherencia a las actuaciones. El reparto de los fondos está llamado a ser crucial en la recuperación económica.