Los socialistas vascos han colocado en un platillo de la balanza el cumplimiento del Estatuto de Gernika y, en el otro, han situado el respaldo sin fisuras a su líder, Pedro Sánchez. Y hace tiempo que su balanza se ha inclinado con claridad hacia el cierre de filas con el presidente del Gobierno español, hasta el punto de restar relevancia a las cerca de treinta materias que debería gestionar Euskadi y de las que nada se sabe aunque el Consejo de Ministros se comprometió con un calendario. El PSE respondió ayer a los jeltzales que “no hay transferencia por resolver que tenga entidad para pretender bloquear este Gobierno de progreso, lo diga el PNV o lo diga quien lo diga”. Esas declaraciones las realizó en la fiesta de las agrupaciones socialistas de Araba, en un acto con la presencia de la propia ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y el consejero del ramo, Iñaki Arriola, en un momento en el que se negocia un último empujón al traspaso de cercanías, la única materia sobre la mesa.

Al margen de esa transferencia, aún quedan otras con repercusión en la economía y la vida cotidiana como los puertos, aeropuertos y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, tres cuestiones a las que el Gobierno español se opone frontalmente a pesar de su compromiso. También hay otras a las que ahora se resiste, como las autorizaciones iniciales de trabajo para personas migrantes, que el Gobierno español considera intransferibles aunque las alentaron los propios socialistas.

En cuanto al traspaso de los trenes de cercanías, la ministra Sánchez se mostró “optimista”, si bien evitó dar detalles y plazos. Solo dijo que la materia tiene cierta “complejidad técnica”, que se están abordando los términos y las negociaciones “están yendo bien”, y que espera llegar “a buen puerto en breve”. Añadió que la aprobación de los presupuestos estatales debería estar por encima de “una cuestión única como es una transferencia”. Mucho más hurgó en este punto el socialismo vasco, quien entró al cuerpo a cuerpo con el PNV, con quien gobierna en coalición en las principales instituciones vascas.

La secretaria general del PSE de Araba, Cristina González, respondió al PNV tras el aviso de los jeltzales, que dijeron que se replantearán la relación con Sánchez si no explica antes de los presupuestos cómo piensa cumplir lo pactado. “No sé por qué está nervioso el PNV. Le dará todo igual, y querrá poner los huevos en todas las cestas”, dijo, insinuando un acercamiento al PP que Ortuzar ha negado expresamente. “Con Rajoy no hubo ninguna transferencia, y el PNV seguía apoyando. Así que no hay transferencia por resolver que tenga entidad para pretender bloquear este Gobierno de progreso, lo diga el PNV o lo diga quien lo diga”, lanzó.

González volvió a esgrimir que Rajoy no transfirió ninguna materia y que Sánchez sí lo ha hecho con asuntos como las prisiones o el Ingreso Mínimo Vital. Pero la diferencia entre ambos casos radica en que Sánchez sí se ha comprometido por escrito con un calendario de transferencias, y el cumplimiento del Estatuto es uno de los puntos del acuerdo de investidura que firmó con el PNV. Rajoy no firmó tal cosa. Por ello, el PNV lo que exige es que se cumpla lo pactado.

El consejero Arriola decía el viernes pasado que la transferencia de los trenes de cercanías permitirá a Euskadi tomar todo un elenco de decisiones sobre las tarifas y la calidad del servicio, pero no será Euskotren quien opere los trenes al día siguiente del acuerdo porque Renfe tiene un contrato hasta 2028, una circunstancia que ya se ha dado con otros traspasos en el pasado.

En cualquier caso, la consejería de Garamendi está negociando algunas infraestructuras como la del trayecto hacia Balmaseda, clave para la línea 4 del Metro. El propio Arriola dijo el viernes en sede parlamentaria que esa gestión permitirá tomar decisiones sobre la infraestructura, planificar inversiones y realizar actuaciones sobre la integración urbana. l

Iturgaiz

“PNV y PSOE blanquean a EH Bildu”. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, ha preguntado a PSOE y PNV hasta cuándo “blanquearán” a EH Bildu, y ha denunciado que “hoy ETA no mata, pero los que fueron ETA mandan”. A su entender, pese a que la banda ya no existe, sí lo hace “su mundo”, que “exige, condicionan e impone”. En un artículo publicado en un diario español, garantizó que en este asunto su partido seguirá fiel a la línea que ha venido manteniendo hasta ahora.