Pere Aragonès movió ficha tras el mensaje de la Diada entre las críticas por su ausencia en el acto central y por la división estratégica del independentismo. El primer paso se visualizó ayer en una cumbre vespertina en el Palau entre el president y las entidades soberanistas de la sociedad civil, la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), a las que citó personalmente para “escuchar sus propuestas”. Eso sí, el Jefe del Govern tiene claro que no habrá un adelanto electoral porque no ve “motivo” para ello al estar al frente de un Ejecutivo “desacomplejadamente independentista” pese a las tensiones entre Esquerra y Junts; y que la única estrategia posible a día de hoy es la apuesta por la mesa de diálogo y por no poner plazos a la independencia.

El líder republicano, acompañado por la consellera de Presidència, Laura Vilagrà, compartió a puerta cerrada la visión sobre el momento actual del país con los respectivos líderes de estas organizaciones, Dolors Feliu (ANC), Xavier Antich (Òmnium) y Jordi Gaseni (AMI), y se evidenció que parten desde distintas hojas de ruta. De hecho, la ANC le acusó de “inmovilismo” al rechazar su propuesta de hacer efectiva la declaración unilateral de independencia (DUI) en el segundo semestre del próximo año, fecha que coincide con la presidencia del Consejo de la Unión Europea por parte del Estado español. “Aprovechar esta presidencia, con gran visibilidad y presencia internacional, conlleva que toda Europa y todo el mundo estará presente, y se hace más difícil la violencia, la represión y la vulneración de derechos fundamentales”, transmitió Feliu, que además hizo llegar una petición formal de reunión a ERC, JxCat y la CUP para poder debatir por separado. La ANC, que también se vio con el vicepresident Jordi Puigneró, pidió al Govern y al Parlament que el 27 de septiembre, en el transcurso del debate de política general, den una “señal de compromiso” aprobando una resolución en la Cámara donde expresen su voluntad de declarar la independencia el próximo año.

En este escenario, Vilagrà aseguró que “solo hay una estrategia, una vía que se basa en la democracia y el diálogo, que nos permite sumar personas a la causa y seguir confrontando con el Estado”. El resto son deseos y nos alejan de la independencia de Catalunya”. “Hoy no se dan los requisitos para sacar adelante una propuesta como la que ha hecho la ANC. Si primero somos capaces de hacer los deberes, seremos más fuertes. Hemos hablado de la posibilidad de construir confianzas y el Govern es el primero en hacer el camino llano para hablar de propuestas”, explicó la consellera, que dio valor al hecho de reunirse, abogando por profundizar en citas bilaterales con estas entidades. “Es imprescindible recuperar la sintonía entre instituciones y ciudadanos, porque son dos elementos imprescindibles para seguir avanzando en el objetivo común del Govern y las personas que participaron en la Diada: avanzar hacia la independencia y ser aún más”, había afirmado horas antes la portavoz de la Generalitat, Patícia Plaja.

Inmovilismo

Pero la ANC fue contundente en sus respuesta. “Aragonès dice que no piensa valorar nuestra propuesta y la descarta totalmente. Creemos que no hay más opción que elecciones. Le hemos visto en una postura inmovilista”, replicó Feliu, que esperaba “una reacción en positivo” tras la Diada pero que no halló “ningún matiz” diferente entre las intenciones del president “fuera de la mesa de diálogo falsa que tienen montada”. “La lista cívica sigue encima de la nuestra. Lo que hemos planteado era para empezar a trabajar en busca de consensos, no algo cerrado”, zanjó.

Por su parte, Òmnium mantiene su apuesta por sumar “nuevos agentes” independentistas, entre los que incluiría a más actores del ámbito sindical, estudiantil y municipalista, entre los que el Ministerio del Interior infiltra agentes policiales a conciencia para vigilar sus movimientos.

Jordi Pujol

Consciente tras su ictus. El expresident Jordi Pujol, de 92 años, está consciente y bajo los efectos de medicación sedante, pero el equipo médico que lo trata ve prematuro valorar las posibles secuelas del ictus isquémico que sufrió el lunes, por lo que esperarán 24-48 horas para hacer una valoración de su estado neurológico. Se le practicó un cateterismo por vía femoral para desobstruir la arteria afectada y previsiblemente estará ingresado entre tres y siete días.