Entrevistado en Radio Euskadi en vísperas de que se cumplan 25 años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA, el exlehendakari José Antonio Ardanza se ha preguntado si el gobierno de José María Aznar hubiera sido tan tajante si el cautivo hubiera sido su hijo. Ardanza ha lamentado que el ejecutivo del PP en aquella época no hiciera “ningún tipo de esfuerzo “para dar una salida” a ETA. "Ya me gustaría saber si el hijo secuestrado fuera el de Mayor Oreja o de Aznar, qué hubiera ocurrido", se ha preguntado.
Según Ardanza, Aznar se sumó a la manifestación que se celebró en Ermua para exigir la liberación del edil del PP tarde, no al inicio junto a las instituciones vascas, sino más atrás en otra pancarta, y al terminar la marcha, cuando los padres y la hermana del edil secuestrado le esperaban en el Ayuntamiento, se marchó "sin darles un abrazo ni saludarles, ni hablar con ellos" que pedían conocer qué iba a ocurrir.
Ardanza ha explicado que, a través del exconsejero de Interior Juan María Atutxa que tenía relación permanente con el exministro Jaime Mayor Oreja, propuso al Gobierno hacer una declaración pública señalando que la demanda de ETA del reagrupamiento de los presos a cambio de la vida de Blanco era "imposible de cumplir en 48 horas, pero no aceptó". "Yo sí creía que algún gesto de ese tipo podía ayudar" aunque "no tenía mucha confianza", pero "la reacción de Mayor Oreja fue rotunda en el no: el Gobierno de la nación no negocia con terroristas", ha manifestado.
Además, ha denunciado que aún a día de hoy "ETA no es consciente del daño tan enorme que ha causado a este pueblo, en su imagen, su prestigio, en su ruptura interna" y ha denunciado que "su mundo civil no quiera reconocer públicamente el daño que han hecho".
"A los vascos les costó reaccionar ante ETA" por "miedo" y "a la sociedad española también le cuesta todavía romper con 40 años de dictadura de Franco, con cientos de miles de muertos en la guerra y civil" y después "suprimiendo libertades, suprimiendo democracia y con más asesinatos y torturas. Hoy estamos deseando que en Rusia haya una reacción social contra Putin, pero el miedo es muy poderoso", ha reflexionado.