- Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala asesinado por el GAL en 1983, y Bárbara Dührkop, viuda del senador socialista Enrique Casas, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapistalistas, defendieron ayer la justicia restaurativa como un ejercicio de terapia y una forma de compartir memoria, que desvinculan del perdón, algo que sitúan en la esfera privada. Zabala y Dührkop, que participaron en encuentros restaurativos, fueron las protagonistas de una de las mesas redondas organizadas en el 17 Seminario Internacional de Victimología que se celebra en Donostia y que reúne a mas de 400 expertos en la materia procedentes de 50 países.

La exparalamentaria de Podemos admitió que agradeció que representantes de las instituciones que “habían causado el daño a su familia” con las que tuvo un encuentro le pidieron “perdón”, pero señaló que “necesita” una “disculpa pública y oficial” por la muerte de su hermano. “Tuve un ofrecimiento para participar en encuentros restaurativos y pude estar con un exmiembro del GAL con el que pude comentar la tragedia de mi familia, para lo que tuve que hacer un ejercicio de introspección para sanar, para limpiar”, indicó Zabala, que acudirá a una visita al cuartel de Intxaurrondo dentro de las actividades programadas por el seminario.

Recordó que tenía quince años cuando su hermano desapareció en 1983 y dijo que “tenía la necesidad de conocer a un guardia civil bueno”. “A alguien de esa institución que me dijera esto estuvo mal, no de que me pidiesen perdón, pero sí que escucharan el dolor que había causado a la familia”, dijo.

“Siempre he sabido que la Guardia Civil ha sufrido mucho en Euskadi y ese intercambio, salirte de tu lugar de vivencia y aliviar ese foco para poder ver que ha habido muchas vulneraciones de derechos y poder apreciar el dolor del otro y sentirlo tuyo, y que el otro sienta tu dolor como suyo, es algo muy positivo y nos hace mejores seres humanos”, destacó Zabala, que no reveló detalles ya que la confidencialidad es uno de los requisitos de los encuentros. En cuanto al perdón, precisó que “tiene un significado cristiano” y “hay que ganárselo, porque no vale pedir perdón y seguir haciendo lo mismo”. “Lo más importante es que la persona que ha cometido delitos se perdone a sí misma, lo que quiere decir cambiar, reconocer el daño causado y ser capaz de volver a vivir en sociedad adoptando las normas convivencia”, desbrozó. A su juicio, “todas las vulneraciones de derechos deben tener su lugar” en la memoria y deben constituir una “brújula moral” para que la violencia no se repita.

Barbara Dührkop aseveró que la justicia restaurativa es “una terapia, una forma de compartir memoria y de obtener un cierto sosiego y reconciliación”, al tiempo que supone “enfrentarse” con lo que pasó para “digerirlo y hacer introspección”. “Las víctimas todas son únicas y solo tienen en común el ser víctimas y que no querían serlo”, matizó la viuda de Enrique Casas, y subrayó que en lo relativo a la justicia, además de que los asesinos respondan de sus actos está la “justicia social, algo que ha faltado en Euskadi, “que era el país del miedo”.

“Las víctimas molestábamos, éramos un elemento perturbador, pero esto ha cambiado, eso ha sido lo más importante”, se felicitó Dührkop, trasladando a los estudiantes que “la violencia no tiene nombre porque es inadmisible”.

En cuanto al perdón, afirmó que es “individual” y que es “muy difícil” perdonar a alguien que mató a su marido y le dejó sola con cuatro hijos, el más pequeño de solo ocho meses. “La primera víctima fue Enrique, que no pudo ver crecer a sus hijos y nietos. Yo no puedo perdonar, pero eso no significa que el culpable que ya ha cumplido su pena y reconocido el mal causado, no tenga la oportunidad de reintegrarse. Yo he estado con él en la misma sala, hemos hablado, hemos comido juntos. Esa es la parte restaurativa, que yo pudiera estar enfrente de él, pero alguno de mis hijos no entraría y me echaría una bronca”.

“Lo más importante es que la persona que ha cometido delitos se perdone a sí misma”

Hermana de Joxi Zabala