- La propuesta del presidente valenciano, Ximo Puig, de gravar a las rentas más altas de la Comunidad de Madrid con un nuevo impuesto, a la que se sumó el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, con el fin de compensar lo que definieron como el “efecto capitalidad”, fue duramente criticado, también por otros dirigentes del PSOE y miembros del Gobierno español. Pese a que esta iniciativa ya se daba por guardada en un cajón, el alcalde de Madrid y portavoz estatal del PP, José Luis Martínez-Almeida, cargó ayer contra el PSOE por el impuesto “que quiere imponer a los madrileños por no saber votar como a ellos les gustaría desde hace 30 años, los que se cumplen desde la última victoria socialista en la región”.

En una tribuna del diario El Mundo, añadió que los habitantes de Madrid “seguirán equivocándose en su voto” y apoyando las políticas fiscales del PP, y reprochó al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que plantee esta cuestión “como una guerra fiscal entre Madrid y el resto de España”. Almeida lamentó por ello que Madrid tenga que estar “ya tristemente acostumbrada” a recibir ataques de las regiones gobernadas por los socialistas por su política fiscal, con acusaciones de “dumping fiscal e insolidaridad”.

Respecto a las palabras de Puig y Escrivá, el primer edil censuró que “olvidan, intencionadamente, que el supuesto beneficio que podría tener ser la capital implica también un mayor nivel de gasto, que afrontamos las administraciones madrileñas en infraestructuras y servicios públicos de los que se benefician todos los españoles”. Almeida agregó que este impuesto, “además de injusto, tendría dudosa cabida en el ordenamiento jurídico”.

Concluyó que lo que debería hacer el Gobierno es afrontar “con urgencia” la reforma del sistema de financiación autonómica y local para que “solvente de una vez por todas las injusticias e ineficiencias de los sistemas anteriores, aprobados por el Gobierno de Zapatero”.