- El Ayuntamiento de Eibar saldó ayer una deuda que la ciudad tenía pendiente con Alejandro Telleria Estala, el que fuera su alcalde durante la proclamación de la II República.
Y lo hizo con un Pleno extraordinario que tuvo lugar en el teatro Coliseo y en el que la actual corporación aprobó, por unanimidad, una declaración institucional que sirve para recuperar la memoria de Telleria; un hombre pequeño (por su escasa estatura era conocido como Alkate Txikia), grabador de profesión y que fue alcalde de la ciudad en dos ocasiones. Además, en contra de su voluntad.
Así consta en el acta de su primera investidura tras ganar las elecciones del 1 de abril de 1920. Según recordaron Iosu Mendicute y Gorka Errasti (los actuales portavoces del PNV y EH Bildu, respectivamente), “durante su intervención, Telleria quiso eludir el cargo para el que le habían propuesto sus compañeros, lo que da muestra de su carácter humilde”.
El primer mandato del Alkate Txikia resultó breve; toda vez que en febrero de 1921 un tribunal militar le destituyó del cargo acusándole de incitación a la sedición “por no controlar las publicaciones de su ámbito territorial a raíz de una hoja suelta editada por los jóvenes socialistas que llevaba su firma y que, supuestamente, era injuriosa para el Ejército”.
Finalmente, Telleria fue absuelto de esa acusación en 1922 y reelegido nuevamente alcalde en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931; dos días antes de que la II República se proclamara en Eibar.
En su segunda etapa al frente del Consistorio, Alejandro Telleria ejerció hasta que durante la revuelta de octubre de 1934 fue encarcelado durante quince meses en la prisión de Iruñea (junto con 238 eibarreses más) y destituido por segunda vez. En 1936 fue amnistiado y retomó la Alcaldía, desempeñando sus funciones en plena guerra (junto al alcalde de Deba, Polentzi Markiegi -fusilado en Santander en 1937-, fue uno de los componentes de la mesa cuarta para la elección del Lehendakari Agirre).
Hasta que en octubre de 1938, cuando trataba de huir a Francia, fue capturado y trasladado a la cárcel de Burgos. De allí fue enviado al campo de concentración de Valdenoceda pero, muy enfermo, falleció en el hospital de Burgos el 24 de octubre de 1939.
El homenaje tributado ayer a Alejandro Telleria se llevó a cabo con aforo limitado y con la participación de varios de sus familiares, de las principales entidades locales, de la actual la corporación y de los exalcaldes eibarreses de la democracia (solo faltó el consejero de Vivienda, Iñaki Arriola). En cualquier caso, el acto arrancó con una presentación del primer edil, Miguel De los Toyos, y continuó con la lectura de la declaración institucional que se aprobaría posteriormente; con unos discursos con los que los portavoces de las diferentes formaciones políticas de la corporación (PSE, PNV, EH Bildu y Podemos) recordaron la vida y la obra de Telleria; con la proyección de un breve documental de trece minutos sobre la figura del homenajeado y con la entrega de unos ramos de flores a la sobrina de Alejandro, Adela Telleria (96 años) y a Carmen Amutxastegi (88 años), cuya madre era sobrina del Alkate Txikia.
Los actuales corporativos eibarreses destacaron que “no podemos dejar en el olvido a un alcalde y a todos los miembros que conformaron aquella corporación despojada de todos sus derechos” y subrayaron que su “obligación” es “recordar a todos los eibarreses que fueron fusilados; a los trabajadores y trabajadoras municipales que fueron condenados al ostracismo por cumplir con su obligación, a todas aquellas maestras desterradas y a toda la gente que tuvo que huir de Eibar y vivir en el exilio”.
A su juicio, “recordar a Alejandro Telleria es recordar a toda la gente que murió en circunstancias que ningún ser humano ha de soportar, para que nunca más caigan en el olvido”.
“Aunque por su estatura fue conocido como el ‘Alkate Txikia’, Telleria fue un gran ejemplo”
Portavoz del grupo municipal del PNV