Donostia - El Ayuntamiento de Donostia “no va a parar en absoluto” de colocar placas en memoria de los asesinados por ETA en la ciudad, pero admite que el dolor que sabotajes como los de este verano causan a las familias de las víctimas puede llevar a alguna a rechazar el reconocimiento.

La idea sigue siendo que cada uno de ellos tenga una placa con su nombre en el lugar donde se produjo el atentado, de la misma manera que quiere que las tengan las víctimas causadas por otros grupos terroristas y por las fuerzas de seguridad.

No hay un calendario, ni siquiera una fecha fijada para las próximas placas, tras haberse colocado las primeras cinco este mismo año a la altura del número 7 de la Avenida de la Libertad. Estas, que se encuentran sobre la acera, serán repuestas tras resultar dañadas en el tercer ataque del que fueron objeto hace un mes -iban a haber sido sustituidas el viernes, pero no fue posible por problemas técnicos.

Recuerdan al que fue presidente de la Diputación de Gipuzkoa, Juan María Araluce, padre de Maite Araluce, presidenta de la AVT, así como a su chófer y a sus tres escoltas, acribillados a tiros por ETA en 1976.

El concejal de Presidencia y Gobernanza, Juan Ramón Viles, insiste en que estos sabotajes no van a “condicionar” al Consistorio, pero comprende que algunas familias de las víctimas puedan preferir que no se coloque una placa por no pasar por este trance: “Por supuesto que las vamos a reponer 8.000 veces si hace falta, pero no queremos poner a las familias en la picota dos veces, porque cada vez que atacan las placas dañan también a las familias”.

El Ayuntamiento ha trabajado en este proceso discretamente durante casi tres años y lo ha hecho de forma muy cercana con la AVT, que no ha logrado contactar con todas las familias, pero aproximadamente 40 con las que lo ha hecho por ahora sí estarían dispuestas a que se rindiera tributo a sus allegados. “La AVT entendió muy bien el proyecto, aunque había cosas que le gustaban menos. Existen también víctimas de violencia policial y no quería que se mezclaran las cosas”, explica el edil.

El Consistorio, que llevó su iniciativa a la comisión municipal de Derechos Humanos, donde EH Bildu se abstuvo en la votación, ha decidido que las placas sean de diferente color según el tipo de víctimas.

Para confeccionar el listado se han atenido a los nombres del informe Retratos de vulneraciones del derecho a la vida en el caso vasco 1960-2010, elaborado por la Secretaría para la Paz y la Convivencia del Gobierno Vasco.

“Creo que quienes han atacado las placas no pueden soportar que quede en evidencia que en San Sebastián ETA mató a más de un centenar de personas hasta el año 2001. Esa es probablemente la foto que no ha gustado a alguno. Se rompe eso de querer hacer un revuelto de que todo fue igual. No da margen para relatos justificativos”, recalca Viles.

El concejal afirma que el Consistorio sigue investigando los sabotajes del verano, que no va a “dejarlos pasar”. Y advierte de que esas placas no son mobiliario urbano, sino “elementos memoriales en homenajes a personas asesinadas”. - A. Burgueño/Efe